Queridos Carlistas:
El 18 de agosto de 2020 se cumple el X
aniversario del fallecimiento de mi querido e irrepetible Aitá, Carlos Hugo.
Mis hermanos y yo recordamos cada
detalle de sus últimos meses en Barcelona, sufriendo “físicamente” por la
enfermedad pero con una esperanza cristiana sincera y a la vez soñadora por el
futuro.
Falleció en Barcelona como siempre
quiso vivir, rodeado de su familia y de los carlistas. Su vida sin el
compromiso carlista no es comprensible.
Desde el año 1957, año en el que acudió
por primera vez al tradicional acto de Montejurra/Jurramendi, se enamoró y
vinculó personalmente con la causa carlista y con la justicia social que
implícitamente conlleva y que siempre defendió.
Asimismo, durante los largos años de
lucha contra la Dictadura Franquista descubrió la pasión y la entrega absoluta
del Pueblo Carlista para con su Dinastía Legítima y con las libertades.
Aita me transmitió su legado histórico
y su compromiso político inculcándome la responsabilidad que nuestra Familia
tiene con las Españas y en especial con el Pueblo Carlista. Mi padre, Carlos Hugo, hubiese sido un buen
Rey para los españoles.
Por ello, soy muy consciente de mis
deberes, y en este sentido he actuado desde el año 2010 acompañando al Pueblo
Carlista y trabajando coordinadamente con él para seguir proponiendo
alternativas a los desafíos que presenta actualmente nuestras Españas. Para
cumplir este compromiso he recibido el apoyo y colaboración constante de mi
hermano Jaime, de mis hermanas Margarita y Maria Carolina y de mis queridas tías María Teresa, Cecilia y
María de las Nieves.
Este es el legado que transmitió nuestro
padre y es mi compromiso personal con la colaboración inestimable y permanente
de mis hermanos, el impulsarlo a la próxima generación, que encabezada por mi
hijo el Príncipe Carlos Enrique deberá continuar el proyecto de libertades y
justica social en todos los ámbitos posibles de actuación: España, Europa,
Hispanoamérica y en general en todo lugar donde podamos contribuir con nuestros
principios…
No quiero dejar pasar esta oportunidad
sin recordar a nuestra querida tía María Teresa, fallecida en París el pasado
mes de marzo, víctima de la COVID-19. Otro gran ejemplo para nuestra
generación. Ejemplo de entrega absoluta por los otros y propuesta vital
centrada en la búsqueda de soluciones justas y sociales para los pueblos.
Para todos vosotros, un fuerte abrazo, en
la esperanza de que junto con mis hermanos podamos encontrarnos el próximo mes
de noviembre en Tarragona en la Festividad de la Dinastía Legítima.
En La Haya, 18 de agosto de 2020
Carlos Javier de Borbón Parma
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