No
se puede negar que una de las tradiciones seculares del Ejército Español ha
sido la literaria; baste para afirmar tal cosa que autores tan insignes del
Siglo de Oro como Cervantes o Quevedo, antes que fecundos escritores, fueron
valientes soldados, aunque, a diferencia de los que actualmente desempeñan el oficio
de las armas, bien supieron esgrimir la espada para defender la patria frente a
sus enemigos exteriores y mejor aún empuñar la pluma para denunciar la
corrupción que carcomía los cimientos del Imperio.
Hoy, el Imperio ha dejado de existir
y España es un país que, a través de una progresiva decadencia, ha llegado a
tal estado de desecho que ya solo se puede calificar de degeneración. De la
progresiva decadencia carpetovetónica poco o nada se ha escapado y, como no
podía ser de otra forma, tampoco se ha salvado la tradición literaria de las
Fuerzas Armadas.
Si en el Siglo XVII, de las plumas de ave de nuestros soldados salían obras cumbre de la
literatura universal como "El Quijote" o "Historia de la vida
del Buscón llamado don Pablos", en el Siglo XX, la literatura producida
por el personal militar decayó hasta el punto de que de las estilográficas de
algunos generales salían pequeñas novelitas baratas como "Diario de una
Bandera", para terminar degenerando definitivamente en el presente Siglo
XXI en el que, de los bolígrafos de distintos miembros del ejército, tan solo
salen manifiestos necrófilos o adhesiones estériles a personajes del pasado.
Todo lo anterior sirve de
introducción a la moda, prolífica afición
o manía que, desde hace dos años, ha surgido entre ciertos sectores de
las Fuerzas Armadas Españolas de emitir manifiestos, comunicados o cartas
colectivas en apoyo de determinados ex-Jefes del Estado. Dicha moda,, afición o
manía empezó en el verano del año 2018 con un manifiesto firmado por más de mil
militares en la reserva a favor del dictador Francisco Franco Bahamonde y
parece repetirse este verano de 2020 con una "carta colectiva" de
carácter privado que varios "Edecanes" o "Ayudantes de
Campo" del ex-Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, le han remitido ante
la complicada situación que actualmente está atravesando. Esta "carta
colectiva" parece ser una especie de prólogo a otra más amplia y con mayor
número de firmantes que, según se rumorea en diversos mentideros, están
preparando varios generales también en la reserva.
Estas
cartas, manifiestos, comunicados o como los deseemos denominar, tienen unas
curiosas características comunes que, lamentablemente, no pueden nada más que
dejar en muy mal lugar, personal y profesionalmente, a los firmantes de las
citadas piezas literarias. En primer lugar, se tratan de algún tipo de adhesión
a personajes que fueron importante en el pasado, es decir, que por haber dejado
de existir biológicamente o, aparentemente, haber dejado de tener toda
autoridad, podrán ser objeto de estudio o critica histórica, pero muy difícilmente
requerirán de apoyos y respaldos en la actualidad pues ¿Qué respaldo y apoyo
requerirá alguien que ya ha fallecido o que, voluntariamente, declino sus responsabilidades?.
En segundo lugar, los firmantes de tales apoyos suelen resultar personas tan
"jubiladas" como a las que se pretende apoyar por lo que tales apoyos
son tan simbólicos como un brindis al Sol y, finalmente, considerando que
"el Arte de la Guerra", que es la dedicación de los firmantes de
tales manifiestos, consiste en gran medida en la previsión de las acciones de
los contrarios y en la antelación a los movimientos que éstos puedan emprender,
estas adhesiones y denuncias a tiempo pasado ponen de manifiesto tal ausencia
de capacidad de prevención y de anticipación que padecen los militares
españoles que no podemos menos que preguntarnos si serían capaces de prevenir
un ataque o movimiento de fuerzas enemigas en una situación de combate real.
En definitiva, estos
"manifiestos" o "pronunciamientos" escritos carecen de
cualquier valor literario y adolecen de una total falta de realismo dando la
sensación de que solo aquellos militares españoles que ya están seguros de no
arriesgar sus garbanzos y sus soldadas están dispuesto a apoyar a ciertas
autoridades, siempre y cuando estas resulten estar biológicamente extintas o se
encuentren jubiladas, haciendo surgir la cuestión de si no será la ausencia de
valor el que hace que los militares en activo guarden silencio y, no siendo
capaces de redactar una especie de "Epístola Satírica y Censoria escrita
al Conde-Duque de Olivares" que critique el estado de cosas que padecemos,
busquen renovar la tradición literaria de las Fuerzas Armadas Españolas
entroncando directamente con las letras clásicas de Plauto reviviendo y
poniendo en escena su "Miles Gloriosus".
No hay comentarios:
Publicar un comentario