La aplastante victoria del Partido
Popular en Madrid, que ha obtenido novecientos mil votos más que en las
elecciones autonómicas anteriores de 2019,
no debe entenderse realmente como una victoria de dicho partido sino,
más bien, de su líder autonómico, Isabel Díaz Ayuso, quien ha conseguido ganar
las elecciones más por deméritos de los contrarios que por méritos propios. En
primer lugar los madrileños han votado menos a favor del Partido Popular que a
favor de Díaz Ayuso y en segundo lugar lo han hecho menos a favor de Díaz Ayuso
que en contra los partidos del gobierno (PSOE y PODEMOS).
La pésima gestión de la pandemia por
parte del gobierno de coalición PSOE-PODEMOS, así como la crisis económica, la
falta de coherencia de los líderes de la izquierda y que, en año y medio de gobierno
"progresista", no hayan sido capaces de tomar medidas sociales de
alcance real ha pasado factura tanto a PODEMOS como al PSOE y la pérdida de
casi doscientos setenta y cinco mil votos por parte del PSOE no se compensa ni
de lejos con el incremento de setenta y nueve mil votos de PODEMOS sumados a
los ciento treinta y nueve mil nuevos votantes que se han decantado por MÁS
MADRID.
En el nuevo panorama político
español en el que el bipartidismo tiende a ser sustituido por una política parlamentaria bipolar o bifronte
en el que cada "polo" o "frente" dispondrá de un partido
emblemático, al igual que toda flota tiene su buque insignia; el "polo"
de izquierdas en Madrid solo ha perdido realmente cincuenta y cinco mil votos
respecto a las elecciones de 2019, pero sobre todo, considerando que la
participación se ha incrementado en doce puntos y que el censo electoral había
aumentado respecto a hace dos años, ha demostrado una notable incapacidad para
ganarse a nuevos votantes lo que acrecienta el fracaso real de PSOE, PODEMOS e
incluso MAS MADRID que, aunque crece y se pone por delante del Partido
Socialista, no logra compensar la pérdida lineal de votos que ha sufrido el "polo"
de izquierdas y mucho menos su pérdida de escaños en la Asamblea de Madrid, por
lo que su aparente éxito puede no ser más que una ilusión puntual.
Los resultados electorales en las
elecciones autonómicas madrileñas del 4 de mayo de 2021 marcan una tendencia,
pero todavía no la definen. Parece ser que "Ciudadanos" tendrá algún
problema para lograr representación parlamentaria en las próximas elecciones
generales y, si la obtiene, será menor a la que actualmente ostenta
repartiéndose sus votantes entre el Partido Popular, que continuará siendo el
partido hegemónico del "bloque" de la derecha, y VOX, que además
podrá incrementar su representación parlamentaria en base a qué muchos de quienes
han votado por Díaz Ayuso en las autonómicas muy probablemente no lo harán por
Pablo Casado en las generales lo que permitirá al Partido de Santiago Abascal
reunir algunos cientos de miles de votos más en detrimento del Partido Popular.
Así pues, los resultados de las
elecciones autonómicas madrileñas del 4 de mayo de 2021 no suponen ningún
terremoto político en el panorama político español, quedando aún todas la
opciones abiertas cara a las futuras elecciones generales de dentro de dos
años, aunque sí es cierto que se pueden sacar algunas conclusiones respecto al
cuerpo electoral como las que se enumeran a continuación y que pueden resultar
incluso alarmantes:
1º. Los electores se inclinan más
hacia las personalidades de los líderes que hacia sus propuestas.
2º. Los electores votan en contra de
algo o de alguien más que a favor de alguien o de algo, es decir existe más
interés en acabar con determinadas situaciones que en construir situaciones alternativas.
3º. La bipolarización que ha surgido es fruto exclusivo de cierto radicalismo verbal de los líderes políticos que, en realidad, están jugando con fuego al exigir que los electores no se posicionen a favor de alguien o algo sino, sobre todo, ante todo y por encima de todo; en contra de algo o alguien.
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