Aunque existen muchos autores literarios envueltos en el misterio no existe misterio literario que supere al de Bruno Traven, pseudónimo que esconde a un autor de nombre desconocido que a lo largo de su vida utilizó numerosos pseudónimos y que parece ser Ret Maruk, fundador, junto con Ernst Toller; de la efímera República Soviética de Baviera (1919).
Influenciado desde muy joven por la obra de Max Stirner, Bruno Traven comenzó su militancia anarquista publicando numerosos artículos periodísticos en la revista que fundó al efecto y que denominó “Der Zielgelbrenner” (“El Objetivo”). Anteriormente había combatido en la Primera Guerra Mundial y tras la misma, una vez fracasada la revolución alemana y condenado a muerte, se exilio en Méjico en el año 1923 donde empieza su producción literaria.
Siendo su novela más conocida “El Tesoro de Sierra Madre” por haber sido lleva al cine con gran éxito por John Ford y protagonizada por Humphrey Bogart, Traven tuvo una prolífica producción literaria entre la que destaca su novela “La Nave de los Muertos” recientemente publicada en España por la Editorial Acantilado.
“La Nave de los Muertos” de B. Traven es la segunda novela del autor, escrita en 1926 y ambientada tras los tratados de paz que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial. Narra las aventuras de Gerard Gales, un marinero norteamericano que abandonado en Amberes sin dinero ni documentación por el buque en el que servía se ve enfrentado sin éxito a toda la burocracia administrativa para intentar que le reconozcan una nacionalidad y le provean de la documentación necesaria para poder enrolarse en otro buque que le lleve a Nueva Orleans. Sin dinero, sin documentación y constantemente expulsado de los países en los que se encuentra por carecer de identificación, Gales se ve obligado a embarcarse en el “Yorikee” un buque más propio para el desguace que para surcar los mares.
Sirviendo el protagonista, Gerald Gales, como hilo argumental de la novela ésta se convierte en una acerada y directa crítica al mundo surgido tras la Gran Guerra con especial dedicación al capitalismo con sus condiciones laborales abusivas y al nacionalismo, reflejando el sentir de millones de seres humanos que, en virtud de los tratados de paz de 1919, se vieron desposeídos de toda nacionalidad y de todo derecho, convirtiéndose esta novela en una obra de plena actualidad al repetirse la misma situación setenta años después con la desintegración de la URSS.
A mayor redundancia, el propio título de esta novela de Traven “La Nave de los Muertos, hace referencia a una práctica fraudulenta muy utilizada en las dos primeras décadas del Siglo XX por no pocos navieros y consistente en mantener en servicio buques tan antiguos y tan decrépitos, que no tenían valor económico alguno, con la esperanza de que les ocurriera alguna desgracia en alta mar y así poder cobrar una suculenta indemnización por parte de las compañías aseguradoras. Dicha práctica fue la fortuna de no pocos banqueros cuyas familias hoy pasan por muy honorables y mecenas de las artes.
“La Nave de los Muertos” de Bruno Traven, no solo es una novela interesante y entretenida que mantiene al lector atento a sus páginas sino que además le hace reflexionar sobre unas prácticas económicas y sociales que poco o nada han evolucionado en los últimos ochenta años convirtiéndose en el prototipo de lo que será toda la producción literaria posterior de su autor en la que hay títulos, aún no publicados en España, tan significativos como “El General (Tierra y Libertad)” o “El Gobierno”. En definitiva, “La Nave de los Muertos” es otra obra literaria contemporánea que merece la pena leerse y analizarse tanto por su contenido como por el estilo literario utilizado por su autor. No en vano, cuando un periodista pregunto a Albert Einstein qué libro se llevaría a una isla desierta, éste le contesto: “Cualquiera, siempre y cuando sea de Bruno Traven”.
1 comentario:
Recuerdo haber visto la pelicula de El tesoro de Sierra Madre. Me pareció un tostón. Pero el libro no lo he leido, así que le daremos un voto de confianza.
Feliz fin de semana, monsieur le comte
Bisous
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