Si ya apuntábamos que la moción de
censura en Murcia se había gestado directamente en los despachos del Palacio de
la Moncloa sin que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuviera la
cortesía de comunicar sus intenciones a su socio de gobierno, Pablo Iglesias; ahora,
nos encontramos con que en los "Idus de Marzo" (15 de marzo) de este
año, es el Vicepresidente Tercero del Gobierno, Pablo Iglesias, quien sin
comunicárselo a Pedro Sánchez ha decidido generar, por su cuenta y riesgo, una crisis
y remodelación del gobierno, todo ello, también hay que decirlo, sin que el jefe
del Gobierno haya mostrado una especial pena.
Pablo Iglesias, ferviente admirador
de la serie televisiva "Juego de Tronos" parece haberse quedado de la
misma con las conspiraciones, juego sucio y traiciones, más que con las
elevadas consideraciones de alta política de alguno de los personajes y ha
emprendido un juego estratégico que resulta más que evidente.
Muy posiblemente, nuestro país se
enfrentará en el próximo otoño a una dura prueba pues muchas grandes empresas
ya han anunciado que emprenderán Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) que
afectarán a miles de trabajadores en lo que no es más que la constatación de
que muchos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) se van a
convertir en EREs y en desempleo real y estadístico que será el prólogo inicial
de una gran crisis económica y social que le tocará gestionar al gobierno de
coalición PSOE-PODEMOS con todo el desgaste electoral que ello conllevará y
como, evidentemente, Pablo Iglesias no desea tomar las decisiones que hay que
tomar en tiempos duros ni asumir responsabilidades reales que puedan suponer un
desgaste de su liderazgo abandona el gobierno en un momento muy oportuno para él.
Así pues, el líder de PODEMOS aspira a obtener, o al menos a arrogarse, en las
elecciones autonómicas madrileñas unos resultados que le permitan recuperar
parte del espacio político perdido o al menos mantenerlo o aparentar que lo
mantiene y para ello no dudará en intentar aliarse de alguna forma con la
formación que fundó Iñigo Errejón al irse de PODEMOS por sentirse marginado.
Tal alianza, sin duda, será electoralmente beneficiosa para una candidatura
situada a la izquierda el PSOE, pero afectará gravemente al liderazgo de
Errejón pues será exclusivamente Pablo Iglesias quien capitalice el posible
éxito electoral.
Otra escena costumbrista de la política español
Esto puede parecer política ficción, pero no se puede negar que la candidatura de Pablo Iglesias ha sorprendido a Díaz Ayuso y a VOX quienes ante la noticia no han podido tener una reacción más pobre e inadecuada al decir la primera que cambiaría el lema de su campaña por el de "Comunismo o Libertad" y al manifestar Rocío Monasterio, dirigente de VOX, que "nos vamos a divertir y mucho, pues tenemos experiencia en sacar a los comunistas de Madrid y de toda España". Si el Partido Popular y VOX centran su campaña electoral en el anticomunismo pueden encontrarse con un discurso a la contra, poco o nada constructivo, que genere una mayor movilización de la izquierda y cierto cansancio en sus propios electores que no ven el comunismo ni a Pablo Iglesias como un peligro cierto y real por lo que aquello que parecía seguro la semana pasada, una amplia victoria del Partido Popular en Madrid, ya no es tan seguro y todas las opciones permanecen abiertas pudiéndole salir la jugada a Isabel Díaz Ayuso, cuyo verdadero enemigo es Pablo Casado y su verdadero objetivo es la presidencia del Partido Popular como paso previo a alcanzar la Moncloa, no tan bien como en un principio esperaba.
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