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miércoles, 3 de julio de 2013

LA CABALLERÍA de SAVÍNKOV



La primera vez que oí hablar de Boris Viktorovich Sávinkov fue en una excelente serie de la BBC titulada “Reilly, As de Espías” emitida por Televisión Española a principios de los años ochenta en la que se narraba las aventuras de un agente británico en la Europa previa a la I Guerra Mundial y concretamente en la Rusia revolucionaria de 1917. Junto al protagonista, Sidney Reilly, aparecían multitud de personajes como el capitán Cromie, el espía Bruce Lockhart y el propio Sávinkov. Aunque “Reilly, As de Espías” era una serie histórica su contenido me pareció tan fantástico que no creí en la existencia ni de tales hechos ni de tales personajes por lo que me puse a buscar en una enciclopedia a las personas citadas en la misma descubriendo, con gran sorpresa, que habían sido reales y que habían protagonizado las aventuras que la serie refería descubriendo, además que Bruce Lockhart había escrito un libro (en el que se basaba la serie) titulado “Memorias de Un Agente Secreto” y que Sávinkov había vivido largos periodos en Francia donde había escrito dos novelas tituladas “Cheval Palé” (El Caballo Amarillo)  y “Cheval Noir” (El Caballo Negro). Extremadamente interesado me puse a buscar infructuosamente el primer libro mientras que las novelas de Sávinkov al no ser mencionadas en castellano por la enciclopedia supuse que jamás habían sido traducidas a nuestro idioma  y que, por tanto, eran imposibles de conseguir.

            Aceptando, desde ya hace muchos años, que jamás leería la obra de Lockhart ni las novelas de Sávinkov “El Caballo Amarillo” y “El Caballo Negro”, gracias a la editorial Impedimenta he conseguido leer estas últimas al haber sido publicadas recientemente por dicha editorial siendo ambas obras extremadamente curiosas y originales desde el punto de vista psicológico e histórico.

            “El Caballo Amarillo”, escrita por Sávinkov en Francia en 1909 bajo la forma de diario anuncia la que sería más tarde su obra más famosa publicada en 1917 y titulada “Memorias de un Terrorista”. En “El Caballo Amarillo”, su autor describe perfectamente la evolución mental y el estado anímico que presenta un terrorista encargado de organizar y ejecutar un atentado contra un alto cargo de la administración imperial rusa, estando presente a lo largo de esta atípica novela, la constante atención a todo lo que le rodea y que puede resultarle peligroso, la constante desconfianza de todo y de todos y el permanente temor de ser traicionado no por los miembros de la célula terrorista reclutados por el protagonista, George O´Brien (alter ego del propio Sávinkov), sino por los propios dirigentes políticos que ordenan los actos terroristas. Es precisamente, en las escenas narrativas de las relaciones entre la dirección política de un supuesto movimiento revolucionario y el protagonista de la novela donde surgen unas interesantes reflexiones sobre el terrorismo que tiende a convertirse en algo puramente independiente de todo objetivo político para terminar siendo un fin en sí mismo que solo sirve de justificación existencial a la persona que se dedica a él. “El Caballo Amarillo” es una muy actual reflexión sobre el terrorismo desde el punto de vista del terrorista del que presenta su “iter críminis” y sus pretendidas justificaciones morales.

            Por su parte “El Caballo Negro” escrita en 1923, si bien retoma la forma narrativa de un diario al igual que en “El Cabalo Amarillo”, constituye la curiosa narración de una evolución, o más bien una involución, del protagonista que anuncia el propio cambio de posición del autor que le llevará, pocos meses después de la publicación de esta obra, a regresar a la Unión Soviética bastante cansado de sus actividades antibolcheviques y a morir en el Palacio de la Lubianka de Moscú presuntamente asesinado por agentes de la Cheka.   

            Dividido en tres partes “El Caballo Negro” se inicia con una escena de la guerra civil rusa donde el coronel Yuri Nicolaiévich (nuevamente alter ego de Sávinkov) dirige un regimiento del ejército antibolchevique (1) acantonado en Polonia, posteriormente, en la segunda parte, el regimiento, por avatares bélicos que la novela no menciona, se ha convertido en poco más de una veintena de guerrilleros que desarrollan una cruenta guerra por su cuenta contra las autoridades comunistas para terminar viéndose reducidos, en la tercera parte de la obra, a una mera célula de saboteadores integrada por menos de cinco personas. En “El Caballo Negro” esta presente la crisis existencial y la progresiva pérdida de voluntad combativa que llevaron a los ejércitos antibolcheviques al colapso además de servir de reflexión sobre el destino de cualquier ejército que combate sin saber por qué lo hace y que es incapaz de poner fin a una guerra con una victoria. A este respecto “El Caballo Negro” viene a indicar que en esos casos todo ejército degenera moralmente hasta terminar reducido a poco más que un grupo de delincuentes.

            Sávinkov, aunque calificado por Lenín como “un burgués con una bomba en el bolsillo” y conocido entre la intelectualidad vanguardista del Paris de 1900 como “nuestro amigo el asesino”, fue un personaje peculiar, un hombre que hizo de la acción no solo una forma de vida sino la justificación de su propia existencia y una refinada expresión de arte bohemio.

            Se dice que cuando fue detenido en Moscú en 1924, Pilliar, el chequista encargado de interrogarle, le pregunto:

             “¿Ha escrito recientemente una novela titulada “El Caballo Negro” y antes “El Caballo Amarillo?”,

            “Sí, toda una caballería, ¿Verdad?” –contestó Sávinkov,

            “y ahora escribirá El último Caballo”, terminó burlándose el chequista.

            Y es que efectivamente, atendiendo a los títulos de estas novelas de Sávinkov no sería de extrañar que de haber tenido tiempo hubiera continuado con “El Caballo Blanco” y “El Caballo Rojo” para completar una tetralogía dedicada a la caballería del Apocalipsis (2).














      (1) Utilizamos al expresión “ejército antibolchevique” y no la genérica de “Ejército Blanco” porque en la Guerra Civil Rusa (1918-1922) el que luchaba contra el “Ejercito Rojo” (bolcheviques) no solo era el “Ejército Blanco” (Monárquicos) sino también el “Ejército Negro” (Anarquistas) y el llamado “Ejército Verde”, conglomerado de las más dispares voluntades políticas que abarcaba desde nacionalistas ucranianos de Petliura a campesinos pobres descontentos con el no reparto de tierras, pasando por aventureros y oportunistas como Grigoriev. En “El Caballo Negro”, Sávinkov se considera miembro del “Ejército Verde” aunque ello no le impidió ser partidario de Kornilov y estar próximo al Gobierno de Siberia  presidido por el Almirante kolchak, ambos dirigentes blancos.

      (2) Los caballos que montan los Jinetes del Apocalipsis son un Caballo Negro que representa el hambre, un Caballo Rojo que representa la Guerra, un Caballo Amarillo que representa la muerte y un Caballo Blanco que representa la Victoria del Evangelio.     
      

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