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martes, 12 de abril de 2011

UNA EXPLICACIÓN A LA CRISIS DEL CINE

De las artes existentes, la más popular a la vez que sintética de todas ellas es la denominada “Séptimo Arte”, es decir, el cine; el cual a pesar de haber ido evolucionando rápidamente en poco más de cien años al pasar de ser mudo a ser sonoro y de ser en blanco y negro a ser en color y, más aun, en tres dimensiones, parece ser que esta pasando por una importante crisis a nivel mundial que no solo afecta al cine español.


El cine es un arte sintética porque reúne en ella a todas las demás artes, así en cualquier producción cinematográfica veremos como se requiere de la arquitectura aunque solo sea para hacer unos decorados en cartón piedra, de la fotografía, de la pintura, de la música y sobre todo de la literatura que se manifiesta en los guiones de las películas muchos de los cuales son adaptaciones para el cine de novelas más o menos clásicas y famosas en el mundo literario.


Fundamentalmente, la crisis que sufre el cine tiene su origen en una crisis generalizada de todas las artes de las que se nutre consideradas individualmente, pero sobre todo y ante todo en una crisis de la literatura empezando a ser muy difícil encontrar una película con un guión que desarrolle un argumento original, llegando al extremo de que un porcentaje representativo de las películas que actualmente se estrenan en la gran pantalla o bien son segundas versiones (remakes) de otras películas anteriores o adaptaciones para la gran pantalla de antiguas series televisivas, que tras una muy sabia campaña publicitaria consiguen, más o menos, la benevolencia del público. Además de este hecho irrefutable, resulta que otro porcentaje muy elevado de nuevas producciones cinematográficas posee un argumento ya utilizado con anterioridad en otras muchas películas. Así, por ejemplo, es de señalar que una película que sonaba mucho para ser “triunfadora” en los premios “Oscar” de este año 2011 fue “Valor de Ley”, remake de la conocida película del mismo título dirigida en 1969 por Henry Hathaway y protagonizada por John Wayne, lo que ya es indicativo de que tal vez las musas, que inspiran novedades, hayan dado la espalda a los guionistas.


Las segundas versiones o remakes al menos poseen la honradez de no pretender disimular que se nutren directamente de los mismos guiones de los que se sirvieron las versiones primigenias utilizando incluso las mismas frases, pero donde la crisis del cine se manifiesta con toda su crudeza es en la esterilidad de los argumentos de las nuevas producciones cinematográficas los cuales tienen que basarse en los ya utilizados anteriormente por otras. Esta repetición de los argumentos puede ser clara y directa como ocurre en la recientemente estrenada “Invasión a la Tierra”, que reproduce el argumento de “Independence Day” u ocultarse mediante un cambio de escenario o de época como ocurre, por ejemplo con “Avatar” que tiene el mismo argumento que un viejo Western que narra “la Conquista del Oeste” o con las resucitadas películas de “Romanos” que, como “Centurión” o “La Legión del Águila”, nos presentan al viejo “Rambo” con una loriga y un gladio en vez de un AK-47.


Siendo esta la cruda realidad de las producciones cinematográficas que de unos años a esta parte inundan las pantallas de nuestros cines no es de extrañar que los espectadores tengan la sensación de que están viendo una y otra vez la misma película y que a la media hora de proyección ya sospechen con certeza que es lo que va a ocurrir y como va a terminar la misma no siendo extraño, pues, que el número de asistentes a las salas de proyección vaya descendiendo. Frente a esto la industria cinematográfica intenta salvar la crisis con la huída hacia delante que supone la introducción en todas las películas de unos efectos especiales cada vez más sofisticados y llamativos y con la introducción cada vez más frecuente del efecto 3D en todas las cintas, pero de no solucionarse el problema de la falta de originalidad de guiones y argumentos no es de esperar que estas medidas sean suficientes para salvar al séptimo arte porque estos efectos no alejan ni pueden alejar del espectador la pésima sensación, mortal para el arte cinematográfico, de ya haber visto la película con anterioridad en alguna otra ocasión.


1 comentario:

HadaTraviesa dijo...

Pues si, parece que esta crisis que vivimos afecta a todo y el cine no iba a ser menos. Habrá que tener confianza y esperar la llegada de algún genio.
Que tengas un feliz día, saludos

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