“Deme argo po favor” bien podría ser el nuevo lema de la encantada, cuando no orgullosa, cadena de televisión “Intereconomía” porque en la dos últimas semanas y con la excusa de demostrar que una televisión puede ser sustentada íntegramente por los televidentes que deseen verla, ha solicitado a todos los que la ven y cuyo número estima en unos dos millones de personas que hagan aportaciones económicas en una cuenta que al efecto se ha abierto en La Caixa.
Lo cierto es que la excusa esgrimida y que también aspira a fundamentar una posible privatización de las distintas televisiones públicas, no deja de tener su gracia pues si lo que en realidad se pretendiera fuera una televisión exclusivamente sustentada por sus fieles televidentes bien podrían codificar sus emisiones y así seguro que los que quieren ver “Intereconomía”, no solo pagarían por ello, sino que además estarían dispuestos a instalar en sus hogares un trasto descodificador para poder disfrutar de su coherente y amena programación, sea entendido lo de amena y coherente con toda la sorna e ironía con la que se pueda entender.
Así pues, no siendo muy creíble la excusa dada para tal campaña pedigüeña, solo cabe deducir lógicamente que las cuentas del “Grupo Intereconomía” no están para echar cohetes y que han empezado una campaña de capitalización encubierta apelando a la generosidad caritativa de sus acólitos en vez de la seria y empresarial medida de proceder a una ampliación de capital mediante la venta pública de acciones y es que mientras con lo primero se pueden conseguir múltiples donaciones individuales que supongan una importante cantidad total sin necesidad de repartir beneficios en caso de que los hubiera ni de rendir cuentas a los donantes, con lo segundo estarían obligados a dar cuentas a sus accionistas repartiendo con ellos los beneficios si los hubiera y explicando, en su caso, los motivos de las pérdidas.
El grupo “Intereconomía” fue creado en el año 1995 con la puesta en marcha de una emisora de radio del mismo nombre dedicada exclusivamente a la información de carácter económico. Posteriormente, en el año 2005, el grupo se amplia con la compra de “Expansión TV” que es el germen de la actual cadena televisiva de ámbito nacional “Intereconomía” dando comienzo la formación de un grupo de comunicación con grandes pretensiones que procede a ampliar incesantemente su estructura mediática con la publicación del semanario religioso “Alba”, con la creación de la editorial “Homo Legens”, con la publicación del diario “La Gaceta”, con la publicación del semanario “Época” que se entrega los Domingos junto con el diario “La Gaceta” y finalmente con la adquisición de la emisora de radio “Radio Intercontinental”, propiedad que fuera del exministro franquista don Ramón Serrano Suñer.
Lo cierto es que el Grupo “Intereconomía” se ha ido formando mediante la adquisición de distintos medios de comunicación en franca decadencia por su dudosa rentabilidad económica, siendo de indicar, por ejemplo, que el diario “La Gaceta” en su origen era un semanario económico llamado “La Gaceta de los Negocios” del que hoy muy pocos se acordarán y que la última adquisición del grupo, “Radio Intercontinental”, en el momento de su compra por “Intereconomía” (año 2009) era una emisora de radio con muy poca audiencia. Así pues, no es de extrañar que tengan que pedir dinero, pero no para demostrar que un medio puede sostenerse por las aportaciones de sus televidentes ni para hacer partícipes a estos del contenido de su programación, sino simple y llanamente, para seguir emitiendo.
No obstante, es de señalar a los directivos del “Grupo Intereconomía” que, en vez de pedir dinero a los televidentes, todos ellos con los bolsillos esquilmados por los impuestos de los mil Atilas que mal gobiernan este pobre país; la posibilidad que tienen de ampliar, previo el abono del correspondiente óbolo, a cinco horas el programa de una hora que en la actualidad tiene cierto personaje que en el pasado tuvo una importante relevancia financiera y al que siempre se le relacionó con cierta sociedad secreta condenada repetidamente por el Magisterio de la Iglesia Católica a la que dicho grupo dice estar orgulloso de pertenecer, aunque parece que desconoce el contenido de las distintas Encíclicas Papales y más concretamente la de León XIII titulada “Humanus Genus”. Por cierto y para terminar, hay que indicar igualmente que para hacer honor al nuevo nombre del programa, el protagonista debería permanecer las cinco horas calladito y preferiblemente en posición horizontal.
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