Después de que esta obra, publicada
por primera vez en Estados Unidos en 1962, le valiera a su autora el Premio
Pulitzer en 1963 y se convirtiera en un best seller mundial hasta bien entrada
la década de los años setenta del siglo pasado, cayó en cierto olvido en
nuestro país hasta que la editorial Península la reeditó en el año 2004 pasando
desde ese año hasta el actual a ser reeditada periódicamente por distintas
editoriales, la ultima de ellas RBA.
“Los Cañones de Agosto”, que lleva
el muy acertado subtítulo de “Los Treinta y Un Días que Cambiaron el Mundo” tiene
precisamente por objeto eso: los treinta y un días que siguieron a la
declaración de guerra del Imperio Austro-Húngaro a Serbia como consecuencia del
atentado que acabó con la vida del Archiduque Francisco Fernando de Habsburgo,
heredero al trono Imperial, en Sarajevo el 28 de Junio de 1914.
“Los Cañones de Agosto” de Bárbara
Tuchman (1912-1989) constituye un ensayo histórico excelentemente construido y
de amena lectura que comienza exponiendo en el primer capítulo, con motivo de
la narración de los funerales de Eduardo VII en 1910 (de estos regios funerales
data la histórica “foto de familia” en la que quedaron retratados todos los
soberanos europeos reinantes en 1910 y de los cuales, tan solo cuarenta años
más tarde, iban a quedar menos de la cuarta parte), los equilibrios de poder existentes
en Europa a principios del siglo XX. Posteriormente, la autora pasa
inmediatamente a describir “las fuerzas en presencia” y los planes militares
que cada potencia europea tenía preparados desde hacía años para enfrentarse
entre sí, continúa con la exposición de los movimientos diplomáticos que se
llevaron a cabo en las más importantes cancillerías de Europa para evitar la
guerra tras el atentado de Sarajevo y finaliza con la narración de las acciones
bélicas acaecidas en todos los frentes hasta la llamada Batalla del Marne la
cual acabaría a la vez con las esperanzas de una guerra corta y de una victoria
alemana.
“Los Cañones de Agosto” de Bárbara
Tuchman tiene también un carácter pedagógico y práctico porque a través de sus
páginas el lector, y más aún si se trata de una persona con inquietudes
políticas, descubrirá el como la continua y previa preparación para la guerra
lleva irremediablemente a la misma en cuanto que una de las partes que la está
planificando se considera en condiciones de lanzarse a ella y ganarla pero
también pone de manifiesto que, una vez iniciada, la guerra adquiere vida
propia y plena independencia de todo poder imponiéndose a cualquier lógica política.
Igualmente, “Los Cañones de Agosto” revelará al lector interesado la
inseguridad de toda planificación bélica pues esta siempre está sujeta a miles
de imponderables que es imposible tener en cuenta, incluso por los más grandes
y perfectos ordenadores, pasando a ser la victoria un resultado caprichoso que
solo pertenece al contendiente que comete menos errores.
Es precisamente este carácter
pedagógico y político de “Los Cañones de Agosto”, y que hace su lectura
altamente recomendable, el que se puso de manifiesto al inspirar la actuación
del presidente norteamericano John F. Kennedy durante la crisis de los misiles
cubanos en Octubre de 1962 con el satisfactorio resultado de evitar la confrontación
bélica entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética deseada íntimamente por
importantes sectores de ambos bloques.
El conjunto de obras y ensayos escritos por Bárbara
Tuchman hacen que esta historiadora norteamericana merezca ser considerada con
justicia una experta en la historia universal de la primera mitad del Siglo XX
así como una especialista en temas de seguridad y relaciones internacionales
(de hecho era hija del embajador norteamericano ante el Imperio Turco en la
época de la Gran Guerra) habiéndose publicado recientemente por la misma
editorial RBA “La Marcha de la Locura. De Troya a Vietnam” que constituye una
meditación sobre la actuación histórica de los gobiernos que en muchos casos
aplican políticas evidentemente contrarias a sus propios intereses.
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