CONTACTO (indicando como asunto El Chouan Ibérico): arturoen@hotmail.com

viernes, 16 de agosto de 2013

GIBRALTAR: LA ROCA DE VERANO

En el periodo estival, cuando las noticias escasean, es antigua y tradicional costumbre periodística acudir a las llamadas “serpientes de verano”, noticias irrelevantes o intrascendentes que llenan las páginas de los periódicos durante las vacaciones veraniegas para ocupación de los plumillas y entretenimiento de los lectores. Como los tiempos cambian, las tradiciones se renuevan y el ecologismo gana terreno los periodistas españoles, en vez de acudir a una representante del reino animal como es la serpiente, han recurrido más bien a un representante del mundo mineral como es una roca y más concretamente al Peñón de Gibraltar.

            El Peñón de Gibraltar fue ocupado militarmente por un combinado de fuerzas anglo-holandesas el 4 de Agosto de 1704 y finalmente cedido a la Gran Bretaña, junto con la isla de Menorca, en virtud del Tratado de Utrecht de 1714 que ponía fin a la Guerra de Sucesión Española. Prácticamente desde el mismo momento de la ocupación los intentos militares españoles por recuperar la roca han sido varios y todos ellos infructuosos.

            La mala fe británica en el Peñón de Gibraltar ha sido siempre manifiesta desde los comienzos de la ocupación. Primeramente forzó el desplazamiento de los habitantes españoles autóctonos, que terminaron fundando el pueblo de San Roque en la Provincia de Cádiz, para introducir en la roca una heterogénea población procedente de los más diversos lugares, seguidamente concedió al territorio y a su población el status de colonia británica en 1830 para continuar apropiándose del istmo que une el peñón con la península, cosa que hizo durante los año de nuestra guerra civil cogiendo nuestra propia verja y subiéndola unos cuantos kilómetros más arriba. Posteriormente, sobre el istmo robado ha construido un aeropuerto para seguir construyendo un dique en el puerto de Gibraltar con el fin de apropiarse de una parte de la Bahía de Algeciras que no le pertenece. Por último, la política gibraltareña apoyada por la Gran Bretaña ha permitido que la roca se convierta en un paraíso fiscal en el que se encuentran domiciliadas numerosas sociedades mercantiles, en un refugio de todo tipo de contrabandistas, en un lugar donde los buques pueden repostar en diques flotantes instalados en aguas de la Bahía de Algeciras que son de legal soberanía española y finalmente haya comenzado a tirar bloques de hormigón a la Bahía con el fin de desecarla y agrandar su extensión terrestre tal y como los holandeses hicieron con Holanda. Todos estos actos han hecho que la colonia británica de Gibraltar se haya convertido en un parásito de la economía española, en un peligro ecológico para la biodiversidad de la Bahía de Algeciras y en un grave problema político para España que trasciende la mera reivindicación histórica y territorial.

            Ante la imposibilidad militar de recuperar el Peñón de Gibraltar, España optó, a mediados del Siglo XX, por aplicar estrictamente el Tratado de Utrecht que prohibía todo contacto terrestre entre el Peñón y la península y por desencadenar una gran ofensiva diplomática. El resultado de la primera medida fue la supresión de todas las comunicaciones terrestres entre el Peñón y España con el cierre de la verja en 1969 mientras que en virtud de la segunda opción, la Asamblea General de la ONU adoptaba las resoluciones 2231 de 1966 y 2353 de 1967 por la que se instaba a la Gran Bretaña a reintegrar el peñón a la soberanía española. A pesar de todo esto, y dentro del marco de las conversaciones sobre el ingreso de España en el entonces Mercado Común Europeo, el primer Gobierno Socialista de Felipe González acordó, en 1982, la apertura de la verja permitiendo el libre acceso terrestre del peñón a la península y viceversa e iniciándose una serie de sucesivos despropósitos al respecto del Peñón por parte de los siguientes gobiernos españoles que han rozado siempre la traición y el abandono de las reivindicaciones españolas.

            Siendo éste el estado de cosas y quedando muy claro que, desde 1982, ningún gobierno español ha tomado ni va a tomar las medidas pertinentes tendentes a evitar los abusos del Reino Unido en el Peñón de Gibraltar donde lleva décadas haciendo lo que le da la gana, llama poderosamente la atención el descubrimiento informativo del “contencioso gibraltareño” y el bombardeo de noticias al que el pueblo español esta siendo sometido desde los primeros días de este mes de Agosto, como si existiera algún tipo de interés de que se hable de Gibraltar y no de otras cosas.

            Ya es hora y resulta imprescindible que alguien manifieste a los españoles la cruda verdad sobre el tema del Peñón de Gibraltar y que no es otra que la siguiente:

            1º. El Peñón de Gibraltar es un territorio de la Gran Bretaña ocupado militarmente desde 1704 siendo su permanencia en la roca fruto de casi trescientos años de superioridad militar británica sobre España.

            2º. Mientras perdure esta ocupación británica del peñón, los británicos harán lo que les de la gana con el mismo y sus alrededores porque para eso lo tienen ocupado y son más fuertes.


            3º. La posibilidad de recuperación militar de la roca por parte del ejército español es poco más que un cuento considerando nuestra notable inferioridad militar respecto a los británicos por lo tanto cualquier medida militar debe descartarse totalmente.

            4º. No obstante de lo anterior, existen medidas diplomáticas, jurídicas y políticas que se pueden y deberían tomar como podrían ser, entre otras: la exigencia de la aplicación estricta de las resoluciones de la ONU y del Tratado de Utrecht,  el cierre de la verja con la supresión de las comunicaciones terrestres y el corte de todo suministro de la península al peñón, la construcción de altos edificios en la zona que dificulten el  tráfico aéreo del aeropuerto de Gibraltar, la prohibición de que las sociedades mercantiles domiciliadas en Gibraltar comercien o tengan relaciones comerciales con empresas españolas, el cierre de los puertos navales españoles a unidades de la flota británica, etc…

            5º. Parece ser que ningún gobierno español va a tomar medida alguna tendente a reivindicar eficazmente la reintegración del Peñón de Gibraltar ni a impedir o limitar los abusos británicos en la zona.

            6º. Al sesenta por ciento de los españoles no les importa el asunto de Gibraltar como tampoco parece importarles el futuro de sus hijos y nietos por lo que muestra total confianza y conformidad con todo lo que hace la casta política española dándose la surrealista situación en la que, parafraseando a un político de la llamada Transición, parece ser que “el ladrón roba a la víctima con su pleno conocimiento y consentimiento”.

            Así pues, permanezca tranquilo el español y siga disfrutando de sus vacaciones porque este revuelo periodístico al respecto del Peñón de Gibraltar no es más que la última pose histriónica que los políticos españoles han adoptado en trescientos años de poses y manifestaciones que amenazan con aburrir, si es que no lo han aburrido ya, al pueblo español con la cantinela de “la espinita que se ha clavado en mi corazón” y que resulta ser el “¡¡¡Gibraltar Español!!!”.

5 comentarios:

Historialibros dijo...

Este es un asunto que, a mi personalmente, ya me cansa no se quien pero se deberían tomar de divisiones definitivas sobre la soberanía de Gibraltar o su autonomía YA.

Chouan dijo...

A mi el tema de Gibraltar también me aburre.

Hace dos días la tendencia nacionalista española, ocultos tras un velo de patriotismo, aplaudía el envio de patrulleras de la Guardia Civil para "escoltar" la protesta de los pescadores de Algeciras que estaba convocada para hoy. ¿Y que ha hecho la Guardia Civil? Pues colaborar con la policía gibraltareña controlando la protesta. Al mismo tiempo un buque de la Royal Navy ha entrado en la Base Naval de Rota.

¿A que juega el gobierno español con el tema de Gibraltar? pues a dar una de cal y otra de arena y mientras, el asunto va quedando enterrado.

Descartada cualquier acción militar, sobre el tema de Gibraltar no cabe más conducta por parte de España que las marcadas por el Tratado de Utrecht y las resoluciones de la ONU. Lo demás son mandangas y cuentos filipinos.

Anónimo dijo...

Disculpas por llegar tarde a este artículo pero…
Habla Ud. de las resoluciones de la ONU sobre Gibraltar. Si ha leído algo al respecto, ¿se puede sintetizar en unas pocas palabras qué dicen? Yo no tengo ni remota idea. Gracias.

Chouan dijo...

Pues lo que dicen las resoluciones de la ONU es:

Una de ellas declara ilegal la ocupación del istmo en el que está construído el aeropuerto y la otra dice que Gibraltar es un territorio a descolonizar.

Por su parte el Tratado de Utrecht, entre otras cosas, dice que si la Gran Bretaña dejara de tener soberanía sobre el Peñón, éste solo podría ser reintegrado a España.

Anónimo dijo...

Gracias. Lo de Utrecht se me hace más cercano por "deformación profesional" de la época histórica.

Seguidores

contador de visitas blogger

-0-0-0-0- Carlistes de Catalunya -0-0-0-

Archivo del blog

CARLISMO DIGITAL