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viernes, 21 de noviembre de 2014

A VUELTAS CON EL SANTO GRIAL



           
Portada del libro "Los Reyes del Grial"
La reciente publicación, por la editorial "El Reino de Cordelia", del libro titulado "Los Reyes del Grial" escrito conjuntamente por Margarita Torres Sevilla y por José Miguel Ortega del Rio así como el éxito que ha obtenido entre los lectores ha vuelto  a levantar el interés popular, jamás extinguido, por las leyendas artúricas y la interminable búsqueda emprendida por los Caballeros de la Tabla Redonda.

            En realidad "Los Reyes del Grial" no es ni una novela ni un libro de aventuras sino un estudio histórico y científico que pretende demostrar, a la luz de unos documentos encontrados tras las revueltas árabes en la biblioteca de la universidad egipcia de Al-Azhar, que el cáliz que fue utilizado en la Última Cena por Nuestro Señor Jesucristo llegó al Reino de León como regalo del Califa fatimí de Egipto al Rey de Denia y de éste al Rey de León, Don Fernando I (1037-1065). Por tanto, los autores de "Los Reyes del Grial" entran en contradicción y vienen a discutir la, hasta ahora, indiscutible autenticidad del "Santo Cáliz de Valencia", que durante mucho tiempo fue considerado como el auténtico recipiente que contuvo la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

            Si bien es cierto que los documentos que sirven de base a los autores para su investigación y para la redacción del libro ponen de manifiesto que en el Siglo X se veneraba por los fieles cristianos un Cáliz al que se tenía como el utilizado por Jesucristo en la Última Cena y que éste se encontraba custodiado en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, de tales documentos y afirmaciones no sé puede deducir sin duda alguna que tal Cáliz fuera el verdaderamente utilizado en la Última Cena a causa de los casi mil años transcurridos desde ésta hasta las primeras referencias documentales del mismo.

            No obstante, lo que sí parece no dejar lugar a dudas la documentación utilizada por Margarita Torres y José Miguel Ortega es que el Cáliz venerado en su momento en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén fue regalado al Rey Fernando I de León por el Rey de la Taifa de Denia y es el mismo que se custodia actualmente en la Basílica de San Isidoro de León pero, como ya hemos indicado anteriormente, tal extremo no significa que, a ciencia cierta, tal Cáliz fuera el verdaderamente utilizado en la Última Cena y, por tanto, una reliquia auténtica. Más aún, es extremadamente discutible la identificación del Cáliz de la Última Cena con el famoso Grial por innumerables motivos.

            La primera aparición del Grial en la literatura europea tiene lugar entre los años 1181 y 1191 en un romance titulado "Perceval o El Cuento del Grial" cuyo autor es Chretíen de Troyes. En dicha obra el Grial, al que no se le califica de santo, aparece ante los ojos del protagonista durante una cena en el "Castillo del Rey Pescador"  presentándose en una procesión en la que desfilan "una lanza que gotea sangre, un cosa muy santa que se denomina Grial y un plato". El hecho de que no se describa el Grial y se mencione también la presencia de un plato en la procesión que observa Perceval debería excluir la interpretación etimológica según la cual la palabra "Grial" procede del latín "Gradalis" que significa escudilla, bandeja o plato porque si ya estaba presente un plato en la procesión del Castillo del Rey Pescador ¿Por qué iba a introducir el autor de "El Cuento del Grial" otro plato más específico al que se le denomina por el nombre propio de "Grial"?.

            La dimensión cristiana del Grial y su identificación con el Cáliz de la Última Cena no aparecerá hasta varios años después de la obra de Chretién de Troyes y será Robert de Boron en su obra "José de Arimatea y La Historia del Grial" quien calificará al Grial de Santo y lo identificará como el Cáliz de la Última Cena que, posteriormente, servirá para que José de Arimatea recoja la sangre que mana del costado de Nuestro Señor Jesucristo como consecuencia de la herida que le causa Longinos con su lanza mientras esta prendido en la cruz.

            Así pues, no existen datos científicos, ni lingüísticos, ni históricos que justifiquen a ciencia cierta que el Grial al que hace referencia Chretién de Troyes en "Perceval o El Cuento del Grial" sea realmente el Cáliz de la Última Cena por lo que, aun en el caso de que se llegase a probar que el Cáliz de Doña Urraca que se encuentra en la Basílica de San Isidoro de León (o el Santo Cáliz de Valencia) fue el que estuvo presente en la Última Cena y que sirvió en la primera Eucaristía, ello no probaría que dicho Cáliz y el Grial mítico sean la misma cosa.

            Mientras que el Cáliz de la Última Cena constituye, con independencia de su autenticidad o no, una reliquia venerada por la fe de los creyentes, que es la que en último extremo la viene a autentificar y a legitimar; el Grial en la actualidad sigue siguiendo un misterio inmaterial que tal vez simbolice un camino místico en la  búsqueda sin fin de un mundo ideal.

3 comentarios:

Conchimar dijo...

No se como hay nadie que cree a pies juntillas lo del grial o lo del caliz de la ultima cena. Por aquellos tiempos los intereses creados existian, con seguridad ( esta en la naturaleza del hombre bueno y de la mujer), aun si constase en algun sitio, pero no constó hasta que hubo pasado si todo fue cierto, un siglo. Los católicos creyentes y practicantes....deberian de darse cuenta de que Jesucristo , en una cena sencilla con gente sencilla como eran los asistentes... no aceptaria utilizar ese objeto de oro, perlas y piedras preciosas. Solo pensar en verlo en esa mesa me produce rechazo. No, alguien con la intencion que fuera dijo q ue asi era y asi quedó establecido. Reyes,presidentes... magnates...etc. viven en el lujo total pero o la bibia miente o no era Jesús quien cenó aquella noche en aquel sitio o...simplemente, no hay santo grial y no hay caliz porque lo mas seguro que fuera de arcilla cocida como seguro que lo era toda la vajilla que alli habria. Segun la vida que nos han contado de Jesucristo... de oro...nada de nada. No como algun papa que viajaba con el sillón de oro a cuestas en todos sus viajes para sentarse en él y parecer mas importante.

Caminante dijo...

Por si es del interés del autor del blog o de algún lector:
En medios leoneses se ha publicado que el mismo descubridor y traductor de los pergaminos en los que supuestamente se basa la tesis de Margarita Torres y adláteres, ha manifestado serias dudas respecto a las afirmaciones de Margarita. Según el arqueólogo que descubrió y tradujo los textos, el libro de Margarita carece de fundamento:
http://buscandomuntsalvach.blogspot.com.es/2014/10/otro-caliz_3.html

Chouan dijo...

Conchimar.- El Mito de "El Grial" surge en torno a 1181 cuando Chretién de Troyes escribe su "Perceval o el Cuento del Grial" en el cual no se menciona ninguna vinculación cristiana ni con el Cáliz de la Última Cena.

En cualquier caso, la Leyenda de El Grial, es precisamente una hermosa Leyenda porque no tiene ninguna explicación científica desde ninguno de sus aspectos (Histórico, Filológico, Literario...).

Caminante.- Claro que todo comentario constructivo es de interés para el autor de este modesto blog.

De todas formas, la teoría del "documento perdido" para construir un argumento novelesco o científico no es nueva y siempre se debe poner en duda.

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