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miércoles, 29 de marzo de 2017

EL REGRESO DE LOS LIBERALES DE 1812



 
Albert Rivera ¿Un nuevo Espartero?
          
El pasado 16 de Marzo, el Presidente de "Ciudadanos" afirmó en un acto político celebrado en la antigua ciudad de Gades que su Partido son "los herederos de la Constitución de Cádiz", lo que es lo mismo que afirmar que el partido político presidido por Albert Rivera es el depositario de la herencia política de los liberales de 1812 con los que al parecer se encuentra muy identificado.

            Es lógico y normal que una formación política de reciente creación busque cierta legitimación histórica en un pasado mítico o mitificado y desde luego la Constitución de Cádiz y el Trienio Liberal se encuentran a la par con la Segunda República y el Frente Popular en cuanto a mitificación en el actual imaginario político español y puesto que otros se legitiman en el Frente Popular y en la II República es comprensible que Albert Rivera se intente legitimar en aquellos liberales que dieron a España su primer "Pablo Iglesias" del que hoy apenas se acuerda nadie (1).

            Parece ser que la primera militancia política de Albert Rivera fueron "las Nuevas Generaciones" del Partido Popular formación política que, con gran escándalo de los puristas británicos, se considera un partido liberal-conservador como si conservador y liberal fueran una misma cosa cuando los Hijos de Albión, que son los padres fundadores de ambas banderías políticas, tienen muy claro que el conservador es el partido de los propietarios rurales mientras que el liberal es el partido de los comerciantes e industriales, es decir de la burguesía mercantilista y urbana. Así pues que "Ciudadanos", que es una joven formación política sin tradiciones y, justo es decirlo, carente de un ideario novedoso, se desprenda del término "conservador", improvise una tradición y fundamente su pensamiento político en los liberales de 1812 no puede ser aparentemente más apropiado.

            Ahora bien, cuando Albert Rivera afirma que "Ciudadanos" son "los liberales de Cádiz que han vuelto para gobernar España", suponemos que se refiere a la mística heroica de los líderes liberales derrotados y perseguidos por el rey felón, Fernando VII, y no realmente a sus realizaciones políticas porque al liberalismo decimonónico español se le debe la creación del problema nacional español por su centralismo absurdo además del saqueo de buena parte del patrimonio artístico e histórico español así como la incapacidad para poner en orden las finanzas públicas con su continuo despilfarro y clientelismo político.

            El liberalismo decimonónico español dio algunas figuras heroicas ejemplares que pagaron con su vida una lealtad más digna de otras causas que la del liberalismo, pero sobre todo dio un número ingente, más aún infinito, de oportunistas, charlatanes, sinvergüenzas, corruptos y pícaros que marcaron con su forma de hacer y de entender la gestión de la "Res Publica" toda la política española desde inicios del Siglo XIX hasta nuestros días.

La Constitución de Cádiz y los liberales de 1812 un mito recurrente en el imaginario político español
A pesar de lo que se nos induce a pensar, los liberales de 1812  no fueron los grandes defensores de la libertad de los ciudadanos sino los paladines de los intereses particulares de los propietarios urbanos y de la burguesía emergente. Los liberales de 1812 no fueron, ni en España ni en el resto del mundo, defensores del sufragio universal sino del sufragio masculino indirecto, censitario en unos casos y cualificado en otros. Asimismo a pesar de sus protestas de igualdad, la desigualdad quedaba jurídicamente impuesta al establecer la tan idolatrada Constitución de 1812 que solo podían ser candidatos a las elecciones aquellos que demostrasen tener una renta anual procedente de bienes propios por lo que solo se podía ser parlamentario si se pertenecía a una clase acomodada.

            Los liberales de 1812, triunfantes en 1833, acabaron con las tierras del común, propiedad de gremios y municipios, las cuales fueron a parar a manos privadas a través de las llamadas leyes de desamortización, llevando a la miseria y al pauperismo a numerosos campesinos que trabajaban o utilizaban las tierras comunales y que se quedaron sin medios de subsistencia. Igualmente los liberales de 1812, triunfantes en 1833, mediante la desamortización eclesiástica malvendieron importantes edificios religiosos junto con todo lo que contenían lo que sirvió para que numerosas obras de arte y antiguas bibliotecas terminaran enriquecimiento el patrimonio nacional de varias potencias extranjeras. Y todo ello ¿Para qué?, ¡Para llenar las exiguas arcas del estado dirán! muchos pero lo único que realmente se llenaron fueron los bolsillos de algunos políticos liberales, de sus familiares y de sus amigos.

            Los liberales de 1812, triunfantes en 1833, instauraron lo que Joaquín Costa denominó con acierto la "Oligarquía y Caciquismo como Forma de Gobierno en España"  y que se extiende hasta la actualidad con una salud de hierro debido a la creación de redes clientelares que resultan imprescindibles para llegar o mantenerse en el poder.

            Los liberales de 1812 de los que "Ciudadanos" se considera legítimos herederos fueron perfectamente definidos por Sardá y Salvany en su folleto "El Liberalismo es Pecado" (1884) al tratar de los motivos por los que las gentes del Siglo XIX se hacían liberales y que, según opinión de este teólogo catalán, eran los siguientes:

            1.- El hombre se hace liberal por deseo de independencia y ancha vida, es decir por justificar el carecer de compromiso con sus semejantes y de eludir cualquier responsabilidad frente a ellos.

            2.- Por anhelo de medrar al considerarse la filiación liberal, mérito para hacer carrera.

            3.- Por codicia, al crear un clientelismo económico-político en el que el poder es negocio y el negocio poder.

            Compruebe el lector estos motivos y analice si no quedan perfectamente reflejados en los distintos líderes de nuestra casta política que se declaran reputados herederos de los liberales de 1812 y que prácticamente son todos los especímenes que hacen de nuestra fauna política un rico y variado habitat peligroso para el hombre honrado.
 
               











(1) Pablo Iglesias González (1792-1825), político y militar español de ideología liberal que el 6 de Agosto de 1824 desembarco en Almería al frente de un grupo de cuarenta y ocho hombres uniformados con casacas rojas británicas (llamados por ello "los coloraos") compradas de saldo con la intención de hacerse con la ciudad y proclamar la Constitución de 1812. La intentona fracaso y Pablo Iglesias fue ejecutado en la horca el 25 de Agosto de 1825.
 

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