La
editorial sevillana "Renacimiento" ha publicado recientemente el
libro de doña Clara Campoamor titulado "El Voto Femenino y Yo: Mi Pecado
Mortal" en el que la que fuera diputada en las Cortes Constituyentes que
elaboraron la Constitución de 1931 relata con gran detalle la lucha
parlamentaria por el derecho de la mujer al voto.
Por ser una obra escrita por una
protagonista directa de los acontecimientos constituye un verdadero documento
de gran objetividad que aclara e informa sobre muchos aspectos de los debates que,
sobre los derechos de la mujer, tuvieron lugar en aquellas Cortes Constituyentes
poniendo negro sobre blanco quienes se oponían a que la mujer tuviera el
derecho al voto así como las razones de tal oposición.
A pesar de la idea que hoy predomina,
el libro de doña Clara Campoamor deja muy claro que el derecho al sufragio
pasivo, esto es el derecho al voto, de la mujer no fue una graciosa y
automática concesión de la II República sino que, por el contrario, se encontró
con muy serias resistencias dentro del propio seno del republicanismo español
considerado progresista.
De este modo, en "El Voto
Femenino y Yo: Mi Pecado Mortal" doña Clara Campoamor, diputada en
aquellas Cortes por el Partido Republicano Radical nos narra como buena parte
de la izquierda encabezada por los socialistas Indalecio Prieto y Victoria Kent
y gran parte de los republicanos liberales se oponían al reconocimiento del
derecho al voto a la mujer alegando que la misma no tendría más criterio
político que el de los sacerdotes católicos que la confesaban y que tal
influencia clerical en las votantes femeninas sería la muerte de la república.
Comprobada la imposibilidad de
impedir el derecho al voto de las mujeres, Clara Campoamor describe en el libro
que ahora reseñamos como los opositores a tal derecho intentaron hurtarle a la
mujer la posibilidad de votar por la vía de la legislación electoral estableciendo
una moratoria para el ejercicio de su derecho al voto hasta que se hubieran
celebrado al menos dos elecciones municipales o reconociéndoselo solo "en
principio", lo que hubiera aplazado el derecho al voto de la mujer sine
die. Por si estas tácticas no fueran suficientemente reveladoras de la escasa
consideración que la mujer merecía para un importante y no pequeño sector del
hoy enaltecido republicanismo español basta indicar la proposición hecha por el
sector liberal de ese republicanismo de moderar en el debate constitucional sus
reivindicaciones anticlericales a cambio de que no fuera reconocido el derecho
de la mujer al sufragio pasivo.
Reconocido finalmente el derecho al
voto de la mujer, Clara Campoamor nos explica en "El Voto Femenino y Yo:
Mi Pecado Mortal" el precio político que tuvo que pagar por defender tal derecho. En primer lugar tuvo
que soportar que se considerase a la mujer como única responsable del triunfo
electoral de las llamadas "Derechas" en las elecciones de 1933 y,
tras abandonar el Partido Republicano Radical, a causa de la actuación de éste
durante la Revolución de Octubre de 1934, se vio totalmente marginada de la política
española siendo vetado su ingreso en Izquierda Republicana precisamente por haber
defendido el derecho de las mujeres al voto.
"El Voto Femenino y Yo: Mi
Pecado Mortal" de Clara Campoamor, constituye un objetivo, detallado y esclarecedor
libro sobre un acontecimiento histórico
que hoy en día es objeto de tal manipulación y tergiversación que incluso se
pretende adscribir a la autora como militante del Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), cuando realmente jamás fue miembro de tal partido por muy
"socialista" que pudiera considerarse.
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