Siempre que ha surgido el debate no falta quien ponga punto y final al mismo afirmando “sí, pero Franco murió en la cama” como echando en cara al contrario la cobardía y mal hacer de una supuesta oposición al régimen del General en superlativo (que ciertamente ambos factores existieron) e ignorando el desarrollo, por parte del Franquismo, de una política socio-económica que si no le iba a proporcionar el apoyo entusiasta de la mayoría de la población sí, le aseguraría, al menos la neutralidad política de la misma. Tal política consistió en la formación de una clase media que hasta principios o mediados de los años sesenta del pasado siglo jamás había existido en España. Pero ¿Qué es la clase media?, ¿Cuales son los requisitos para su existencia?, ¿Cuál es su característica política? y ¿Cuál es su futuro?. No faltara quien desde un discurso teórico y abstractamente académico defina a la clase media como el más amplio sector de una población que, sin problemas económicos relevantes para el desarrollo de la vida cotidiana, carece de un nivel de rentas suficientemente elevadas para vivir de ellas sin desarrollar actividad laboral personal alguna, pero sin ningún género de dudas la clase media española es, concretamente, aquel sector de la población que tiene un trabajo por el que percibe una remuneración segura cada mes, una vivienda en propiedad, un medio de transporte adecuado a sus necesidades y unos pequeños ahorros en el banco. Es decir la existencia de una clase media exige el desarrollo de una política macroeconómica que, a nivel microeconómico, permita disfrutar a los individuos o, en su defecto, a las familias que éstos han constituido de un puesto de trabajo seguro y estable del que se obtenga la renta principal y constante para el sustento y la inversión en bienes de consumo, una vivienda en propiedad que a corto o medio plazo se encuentre libre de cargas y la conservación de un nivel de ahorro por pequeño o insignificante que sea.
Por otra parte la característica política fundamental de la Clase Media es su indiferencia y/o neutralidad política. Así, la Clase Media puede ser requerida o convocada a elecciones o manifestaciones y sin duda votará y se manifestará, pero si se observa con atención solo acudirá a las convocatorias realizadas por y desde el poder (o sus aledaños) y de forma mecánica. La Clase Media siempre apoyará por omisión al poder establecido sea éste de la tendencia que sea y siempre buscará en política su comodidad huyendo de todo radicalismo de cualquier clase y proporcionando al estado del que forme parte estabilidad, tranquilidad y grandes periodos de paz social. De hecho los intereses de la Clase Media coinciden prácticamente en su totalidad con los intereses del Estado o Gobierno que la crea y la defiende. Así en los estados donde no existe una sólida clase media porque ésta jamás ha existido (por ejemplo en los países islámicos) o esta desaparece (como por ejemplo en la Argentina de la dictadura militar de 1976) surgen en muy poco tiempo radicalismos de toda especie y una inestabilidad política creciente porque los integrantes de la disuelta Clase Media pasan a defender planteamientos radicales. No obstante, la Clase Media, también requiere una contraprestación política del Estado del que forma parte y que no es otra que la que le proporcione seguridad u orden y le garantice el mantenimiento de los requisitos económicos que le proporcionan su “bienestar”.
Hasta aquí, hemos definido lo qué es la Clase Media y apuntado sus características económicas y políticas, ahora debemos disertar, aunque sea brevemente, sobre el futuro de dicha clase. Con una simple ojeada a la realidad económica, social y política que nos rodea no se puede llegar a otra conclusión de que la Clase Media, al menos en España, se encuentra gravemente amenazada por motivos económicos, sociales y políticos.
Desde las circunstancias económico-sociales, el constante incremento de los precios en general y el de la vivienda en particular esta acabando con una de las características que definen a los miembros de la Clase Media que es la del disfrute en propiedad de, al menos, la vivienda habitual. En este sentido es de indicar que, en el mejor de los casos, y con cargas hipotecarias que gravan la vivienda hasta los próximos cuarenta años, se acaba con toda posibilidad de ahorro y prácticamente se requiere de todo el salario mensual para dedicarlo a la vivienda por lo que ya existen informes bancarios que afirman que el acceso a la propiedad de una vivienda será imposible para la próxima generación. Por otra parte, la inestabilidad del puesto de trabajo que tiende cada vez más a ser precario y no “para toda la vida” todo ello con el aplauso y favor de los propios gobiernos que de forma constante modifican el mercado de trabajo para mayor flexibilización del mismo, siendo tal expresión el eufemismo con el que tratan de ocultar un progresivo acercamiento al despido libre, acabará con otra de las características de los miembros de la Clase Media que es la existencia de una renta periódica (generalmente mensual) y segura dimanante de su personal actividad laboral.
Igualmente, la generalización de las rupturas matrimoniales y que, objetivamente, constituyen una forma de rápido empobrecimiento de los núcleos familiares y el aumento de la esperanza de vida con el notable incremento de los gastos a los que los mayores tendrán que hacer frente en los últimos años de su vida para pagar la imprescindible atención y asistencia geriátrica y que deberán ser satisfechos no solo con sus pensiones de jubilación sino también con los ahorros de su vida, afectará gravemente a la posibilidad de adquirir bienes por herencia repercutiendo, tal reducción de la posibilidad de heredar, sobre el ahorro, la morosidad, el acceso a la vivienda y en todos los aspectos de la economía de las familias en general y especialmente en las familias integrantes de la Clase Media.
Por último, la Clase Media también se esta viendo amenazada, por circunstancias políticas no solo dimanantes de inestabilidades que surgen a consecuencia de debates ficticios entre partidos, sino también y sobre todo a consecuencia de políticas migratorias erróneas o inexistentes y que están llevando a un incremento de la inseguridad ciudadana (y por tanto a la liquidación del estado de seguridad que requiere la Clase Media) y a un incremento del gasto público que esta siendo sostenido prácticamente en su totalidad por los miembros de la Clase Media, los cuales no pueden beneficiarse de las ventajas que produce disfrutar de grandes rentas y, por obtener rentas que simplemente les permiten llegar malamente y con ahogo a fin de mes, están excluidos de toda posibilidad de beneficiarse de ayudas y subvenciones públicas.
Así pues, con tal panorama, solo cabe presagiar un futuro muy negro a la Clase Media y la progresiva deriva hacia una sociedad en la que solo exista un grupo de personas que pueda poseer y disfrutar de todo y otro grupo que paulatinamente tenga acceso a menos cosas y derechos.
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