Próximo a conmemorarse el primer centenario del inicio de aquella locura ya es hora de que las instituciones públicas y privadas empiecen a dar a conocer aquel gran conflicto bélico injustamente eclipsado por si hija mayor, la Segunda Guerra Mundial, y que siendo “la guerra que iba a acabar con todas las guerras” se convirtió, tras los tratados de paz de 1919, en el origen de todos los conflictos posteriores y de los muchos y graves problemas internacionales que padece la humanidad en la actualidad.
La exposición reúne fundamentalmente obras pictóricas de diversos artistas de los países beligerantes que reflejan los distintos estilos artísticos imperantes en el primer tercio del Siglo XX, desde el primitivismo ruso de Natalia Gocharova al cubismo y surrealismo pasando por el futurismo. Igualmente hay presencia en la exposición, aunque escasa, de la escultura y de la literatura debiéndose mencionar algunas páginas escritas en las trincheras por Apollinaire (1880 - 1918) que representan los primeros poemas que más tarde serían reunidos y publicados en un volumen con el título de “caligramas”, precursores de la escritura automática y el famoso poema “Tengo una cita con la Muerte “ de Alan Seeger (1888 – 1916) que resume en unos pocos versos toda la incompetencia militar y estupidez de una guerra que hizo que cientos de miles de hombres tuvieran que vivir durante meses a dos metros bajo tierra saliendo a la superficie solo para morir.
La exposición aunque pequeña, cumple perfectamente con su función cultural y didáctica y aunque se echa de menos una mayor presencia de otras ramas del arte como la literatura y la escultura así como de los numerosos bajorrelieves plasmados en las medallas realizadas en toda clase de metales por grabadores como el alemán Karl Götz y los franceses Chaplain y Dropsy, precursores ambos del Arc Decó, es digna de visitarse y estará abierta al público hasta el 11 de Enero del 2009 en la Sala de Exposiciones de Caja Madrid y en el propio Museo Thyssen.
Quiero aclarar que la foto que acompaña al presente artículo, es el “Retrato como Soldado” de Otto Dix que puede verse en la exposición y que para que sirva de reflexión reproduzco el precitado poema de Seeger “Tengo una Cita con la Muerte”:
Tengo una cita con la muerte
en una trágica trinchera.
Cuando retorna primavera
regando flores en su viaje,
tengo una cita con la Muerte
bajo su límpido celaje.
Quizá me tome de las manos
y me conduzca a sus arcanos,
ahogando párpados y aliento;
quizá yo mismo pase inerte.
Tengo una cita con la Muerte
sobre un alud penoso y lento,
cuando retorna primavera
regando flores por doquiera.
Dios sabe cuánto más me agrada
entre la seda perfumada,
dormir de amores al impulso,
soplo con soplo, pulso a pulso,
donde hay amenos despertares.
Mas tengo cita con la Muerte,
en noche tétrica y macabra,
cuando se incendian los hogares
y primavera resucita…
y siendo fiel a mi palabra,
no he de faltar a nuestra cita!
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