Bajo el titulo general de
“Reflexiones sobre la Violencia”, su autor, George Sorel (1847-1922), reunió en
un libro publicado en 1908 una serie de artículos publicados a lo largo del año
1906 en el periódico “Syndicalisme Revolutionnaire” en los que ponía de
manifiesto ciertas realidades sociales y políticas cuya falta de comprensión
constituían y constituyen un obstáculo para el triunfo definitivo del
socialismo.
En “Reflexiones sobre la Violencia”,
cuya lectura adquiere en los momentos presentes sumo interés para explicar las
posibles causas del fracaso de la Socialdemocracia y de todo el movimiento
contestatario de inspiración pacifista o gandhista, George Sorel descubre
ciertas verdades intangibles de la acción política y de la sociología que son
consustanciales a todo movimiento revolucionario y que, al ser ignoradas por
los líderes socialistas, llevará al socialismo francés al fracaso más
estrepitoso y a concertar la tregua con la burguesía conocida como la “Union
Sacree” en 1914 (1).
De los descubrimientos sociológicos
y políticos que expone Sorel en sus “Reflexiones sobre la Violencia” cuatro son
los más relevantes:
1º. La distinción entre “Mito
Social” y “Utopía”. Mientras que el primero es fruto de la experiencia, es
decir, de la acción y de las masas trabajadoras lo que hace que el “Mito”
siempre tenga una base de realidad o de realización aunque sea muy parcial, la
“Utopía” no es más que una exposición ideal, jamás materializada ni total ni
parcialmente, creada por una minoría intelectual con escaso o ningún contacto
con los hechos del momento.
2º. La creación y definición de la
“Huelga General” como el único medio capaz que poseen los trabajadores para
imponerse por sí solos y derrocar un régimen burgués. En este sentido Sorel
admite y considera legítima la aparición de la violencia proletaria durante una
“Huelga General” la cual siempre tendrá una finalidad política que es el
derrocamiento del régimen burgués imperante por lo que nunca se podrá
identificar “Huelga General” con los paros totales de duración predeterminada
pues la “Huelga General”, en la concepción de Sorel, es una acción de guerra
que solo puede concluir con la victoria, esto es, con caída del régimen
político existente.
3º. Diferenciación entre Fuerza y
Violencia. Mientras la Fuerza son todos aquellos medios coactivos que posee un
estado constituido para controlar y someter a la sociedad a la legalidad
burguesa, la Violencia es el medio que los trabajadores pueden emplear para
contrarrestar y enfrentarse a esa fuerza de los estados burgueses y derrotarla.
El fin de la “Violencia” proletaria es obtener la victoria sobre la “Fuerza”
del estado con lo que esa “Violencia” pasaría a constituirse en “Fuerza” y a
quedar legitimada por el nuevo derecho que de esa “Fuerza” surgiría. Aún en el
caso de no manifestarse la “Violencia” proletaria o de hacerlo de una forma
mínima, Sorel afirma que la misma sirve de medio coactivo ya que las grandes
concesiones realizadas por el capitalismo a la clase trabajadora siempre han
sido logradas a causa del miedo de la burguesía a los actos de “Violencia”
proletaria.
4º. Crítica del parlamentarismo al
cual considera como un medio de “domesticar” a los socialistas, los cuales al
entrar en el parlamento quedan presos de intereses particulares y de
compromisos con otras fuerzas que les hace perder todo carácter revolucionario
y acercar sus pretensiones a las pretensiones de los burgueses que desean
obtener la “paz social” a cambio de minúsculas concesiones. En la demostración
de esta teoría, Sorel no deja de atacar a lo largo del libro al líder
socialista y director de L´Humanité, Jean Jaurés (2), al cual acusa de haber
llevado al Partido Socialista Francés a ser un simple medio de defensa de los
intereses financieros y publicitarios de la redacción de L´Humanité.
Dentro de la crítica al
parlamentarismo, George Sorel critica el elitismo que engendra la institución
parlamentaria al observar que los parlamentos siempre terminan copados por
jerarquías previamente organizadas convirtiéndose en una especie de “clubs de
caballeros” para personas que desean revestirse de cierta fama intelectual
“hablando, teorizando y escribiendo largos artículos periodísticos”.
Cien años después de publicarse
“Reflexiones sobre la Violencia” puede afirmarse que las teorías de George
Sorel resultaron en muchos casos proféticas al poder comprobarse, entre otras
cosas, como durante la llamada “Guerra Fría” occidente desarrolló y mantuvo a
cualquier precio “el estado del bienestar” mientras existió el miedo a la
expansión del comunismo soviético y al ver, hoy en día, el estado de postración
y liquidación al que la socialdemocracia, es decir, el socialismo
parlamentario, ha reducido los logros de más de un siglo de lucha del movimiento
obrero.
(1) La “Unión Sacree” fue la tregua política a la que llegó
la izquierda francesa con el gobierno y los partidos de derechas durante la I
Guerra Mundial que consistió en votar a favor del presupuesto de guerra, no
oponerse al gobierno y no convocar huelgas mientras durase la guerra contra el
Imperio Alemán. A esta “Unión Sacree” no se unieron ni los sindicalistas
revolucionarios ni algunos líderes socialistas como Jaurés, tan criticado por
Sorel en “Reflexiones sobre la Violencia”.
(2) Jean Jaurés (1859-1914), fue un eminente político
socialista francés fundador del periódico L´Humanité. Conocido por su ateismo
militante siempre fue opuesto a que la formación religiosa dejase de ser
impartida en las escuelas francesas pues, no con mal criterio, afirmaba que
“solo se puede estar en contra de aquello que se conoce”. Aunque fue muy
atacado por George Sorel a causa de la financiación de L´Humanité por entidades
financieras burguesas y por sus compromisos parlamentarios, fue uno de los pocos
socialistas franceses y europeos que se opuso a la declaración de guerra de
1914, no aceptó la “Union Sacree”, y fue asesinado el 31 de Julio de 1914 en el
Café de Croissant sito en la calle Montmartre de Paris mientras ultimaba un
llamamiento a la internacional socialista para convocar una “Huelga General”
europea contra la movilización y la guerra. Su asesino, Raoul Villain, tras
cincuenta y seis meses de prisión preventiva fue juzgado y absuelto el 29 de
Marzo de 1919 mientras que a la viuda de Jaurés se le condenaba a pagar las
costas del proceso.
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