La
celebración de dos elecciones generales en menos de un año y la imposibilidad
matemática de formar un gobierno estable que termine con la interinidad de
nueve meses del actual gobierno en funciones, está provocando una serie de
curiosas iniciativas que denotan cierta
estupidez en numerosos sectores y nerviosismo en los más interesados grupos.
Desde las elecciones del 20 de
Diciembre, no se ha constituido un gobierno estable existiendo solamente un
"gobierno en funciones". No obstante, el país ha seguido funcionando:
la policía ha seguido deteniendo a malhechores, los jueces han continuado
dictando sentencias, los pensionistas y funcionarios han seguido cobrando sus
pensiones y sueldos, los impuestos se han seguido cobrando, etc... así pues ¿En
qué afecta de forma inmediata la ausencia de gobierno?.
A corto plazo la ausencia de
gobierno no afecta en nada a los ciudadanos ya que los presupuestos se
prolongaran y como los últimos aprobados por el gobierno del Partido Popular tenían
cierto carácter electoralista por lo que eran moderadamente extensivos en nada
se verán afectados los ciudadanos de forma inmediata. Ahora bien, si la
situación se prolongara más de dos años, entonces ciertamente se empezara a
notar esa ausencia de gobierno ya que la prolongación continuada de los
presupuestos generales más allá de dos años consecutivos generará entre la
población, y especialmente entre los que cobran directamente del estado
(funcionarios y pensionistas), una pérdida de poder adquisitivo así como un
deterioro de las infraestructuras públicas al no establecerse incrementos ni
modificaciones en las distintas partidas presupuestarias.
La única lectura a la que nos lleva
la fragmentación del panorama parlamentario y la continuada imposibilidad de
llegar a acuerdos entre las distintas fuerzas políticas para formar gobierno es
que la sociedad española se encuentra gravemente dividida lo que hace que los
políticos que representan los distintos grupos de esa división social se
encastillen en posiciones irreductibles por miedo a perder apoyos entre la
opinión pública. Muy posiblemente España se encuentra, en estos momentos,
afrontando su mayor crisis política de los últimos ochenta años y ello es
debido a que, por quienes correspondía hacerlo, no se ha sabido hacer una
política constructiva con la finalidad de crear un país y una sociedad que
superase verdaderamente los traumas del pasado ejercitándose la acción política
con la exclusiva finalidad de llegar al poder y servirse de él, lo cual hizo de
la política una mera fábrica de creación de intereses que se han terminado
imponiendo a cualquier otra consideración, siendo esos "intereses
creados", y no el bien común, los que determinan las distintas políticas
en nuestro país.
Los
últimos fracasos protagonizados por el Sr. Rajoy para formar gobierno han hecho
que entre la ciudadanía hayan surgido distintas iniciativas, como la propuesta
de que los diputados y senadores no cobren su sueldo hasta que no lleguen a un
acuerdo, que demuestran una ingenuidad sin precedentes rayana con la estupidez,
en primer lugar porque tal iniciativa denota un deseo irrefrenable de que se
forme gobierno a cualquier precio sin importar que clase de gobierno sea y, en
segundo lugar, un gobierno formado bajo esa coacción de privar del sueldo a sus
señorías mientras no lleguen a acuerdos sería, en puridad lógica, un gobierno
formado por el solo acuerdo de seguir cobrando y ¿Qué clase de gobierno sería
un gobierno así?.
Por otra parte, las élites
económicas mundiales a través del Eurogrupo reunido en Bratislava ya han
manifestado su inquietud por la
prolongación del gobierno en funciones porque desean que se constituya un
gobierno para imponerle condiciones que solo pueden suponer recortes e
incrementos de impuestos ya que el endurecimiento del impuesto de sociedades
anunciado por el Ministro de Economía español, Luis de Guindos, no ha
satisfecho a las ávidas instituciones europeas, las cuales han afirmado que "los problemas siguen ahí" y han
amenazado con congelar los más de mil millones de euros de fondos europeos
destinados a nuestro país. En este caso nos encontramos con aquellos que desean
que se constituya un gobierno porque están nerviosos de ver que el tiempo pasa
y el pago de la deuda y la reducción del déficit peligra o, cuando menos, se retrasa
demasiado.
Evidentemente, España necesita un
gobierno, pero ni un gobierno cualquiera ni un gobierno a cualquier precio. Los
españoles no pueden ni deben conformarse con un gobierno que, como los de hasta
ahora, solo sirva para justificarse a sí mismo y a unas instituciones políticas
cuya decadencia ya resulta más que evidente porque ello no resolverá los
problemas de los ciudadanos y tampoco deben ni pueden conformarse con un
gobierno cuya única finalidad sea la de transponer unas normas emanadas en
Bruselas y someterse a los dictados de los poderes financieros y económicos
porque eso no sería más que un gobierno de ocupación con idéntica legitimidad a
los gobiernos de Laval y Darlan.
Los españoles necesitan un gobierno
que afronte todos los distintos males que padecen y cuya conjunción es esta
gran crisis que hoy les amenaza para que desarrolle una auténtica política de
regeneración del país, no de las instituciones políticas, por la que tanto
clamaron nuestros intelectuales de la Generación del 98. Un gobierno que, entre otras cosas, prime lo
social sobre lo económico, lo común sobre lo individual, lo políticamente
necesario sobre lo políticamente correcto y lo humano sobre lo administrativo y
mientras que los individuos que hoy acomodan sus ilustrísimos traseros en los
acolchonados escaños de las instituciones parlamentarias sigan acomodándolos no
es de esperar que surja un gobierno que presente estas imprescindibles
características, así que resulta mejor y más provechoso la certeza de no tener
gobierno a la segura posibilidad tener otro mal gobierno.
7 comentarios:
Admiten que hay que gobernar para todo el país en #pro del "interés general" y el "bien comun" , cuando solo gobierna a favor de su clase !!
Exigimos que se gobierne para el bien común no para el aprovechamiento de una minoria. Lo que no admitimos y lo que denunciamos es que se gobierne a favor de una porción, clase, grupo o categoria como se ha hecho en este país desde, al menos, doscientos años.
Y nosotros no tenemos clase porque nuestra unica clase, categoría, grupo o facción es la totalidad del pueblo español.
Salud y fraternidad
"denota un deseo irrefrenable de que se forme gobierno a cualquier precio sin importar que clase de gobierno sea y, en segundo lugar, un gobierno formado bajo esa coacción de privar del sueldo a sus señorías mientras no lleguen a acuerdos sería, en puridad lógica, un gobierno formado por el solo acuerdo de seguir cobrando y ¿Qué clase de gobierno sería un gobierno así?"
Algo de razón tiene, pero en cualquier caso, hasta ahora lo que se ha tenido es precisamente eso: un gobierno cuya única finalidad es cobrar sus sueldos. Con esta iniciativa al menos, les obligamos a ponerse de acuerdo, algo que no han sabido hacer ya que conlleva la renuncia de posturas egoístas y a buscar una zona de "sentido común". Y además, eso que nos ahorramos. Tampoco hace falta menospreciar a la gente.
Estimado Lino, nada más alejado de mi intención que ofender o menospreciar a nadie. De verdad que si alguien se ha sentido ofendido le pido mil disculpas.
Y respecto al fondo de la cuestión acepte una cosa: al igual que dos no discuten si uno no quiere dos no llegan a un acuerdo si uno no quiere y francamente, no se puede obligar a la gente a negociar ni a llegar a acuerdos.
Cuando la opinión pública obligo a unos gobernantes a negociar fue en Munich en 1938 con los resultados por todos conocidos.
Salud y fraternidad
Comparto completamente la mayoría de aspectos que defiende, pero en este caso creo que hay una discrepancia que no puedo resolver. No tiene importancia ya que la solución realmente eficaz en efecto, no consiste en quitarles los sueldos. Pero, creo que esta iniciativa refleja una respuesta de la sociedad que aunque no acabe de acertar completamente en las medidas, creo que es positiva.
Respecto al tema del que hablábamos, la verdad es que para ser sincero no conozco en detalle lo ocurrido en Munich en 1938. Pero creo que de lo que de allí salió no se explica simplemente así, ni creo que el tipo de actores implicados sean los mismos. Por otro lado, más bien creo que la mejor forma de obligar a los responsables a que tomen, no un acuerdo concreto sino simplemente un acuerdo, es que ellos mismos se vean implicados en el problema de manera que lo que esté en juego sea realmente su futuro, no el nivel de privilegios que tendrán, que aún en el peor de los casos, serán muchos.
Saludos
Estimado Lino: ¿Ve como hay acuerdos a los que no se puede llegar?. Usted dice que existe una discrepancia que no puede resolver. No la resuelva, eso es bueno. En un concreto y determinado aspecto usted piensa como piensa y yo no puedo pensar de otra manera asi que sería imposible el acuerdo...
La iniciativa que usted defiende tan honorablemente, desde mi punto de vista, solo se justifica con el argumento de "Mejor hacer algo que no hacer nada", pero, reitero que desde mi punto de vista, dicha iniciativa es una "contraditio in terminis" porque parte de unas premisas erroneas: Los polícos serán unos sinvergüenzas, pero la gente les vota y cada cual vota a cada uno para que gobierne totalmente no para que llegue a acuerdos. Pero en fin.... asi así es como veo la cosa.
Y respecto a Munich 1938 fue la negociación por la que Inglaterra y Francia negociaron con Alemania y llegaron al acuerdo de ceder los Sudetes a esta ultima y con ellos toda Checoslovaquia. De esos acuerdos Churchill llegó a decir "Habéis preferido el deshonor a la guerra y tendréis guerra y deshonor" prueba que no todos los procesos de negociación son buenos porque no se engañe usted: con el mal no se puede transigir.
Y ciertamente los actores implicados en Munich no eran del mismo tipo que los que tenemos implicados en nuestra celtiberiashow. Chamberlain y Daladier valían más que el más listo miembro de nuestra casta política.
Salud y fraternidad
Curiosamente siempre he defendido que el sistema político y en general, las actitudes sociales que practicamos en España, están basadas en el enfrentamiento, así que no puedo estar más de acuerdo con usted en este aspecto. Creo también que la transición no es más que una continuación del conflicto de la guerra civil pero con otros medios, en este caso, a través de unas elecciones que otorgan un poder a una "facción" para que haga sus políticas, entre las cuales se encuentra normalmente la de irritar a la oposición. Y así, "ad nausea" (o como se diga en latín). Pero que esto sea una realidad, no significa que no sea un verdadero desastre. Así que tal vez nuestra discrepancia se encuentra en la necesidad de superar esa situación.
En cuanto el problema en si, puedo también estar de acuerdo en que forzar un acuerdo (sic) no sea algo deseable. Es muy posible. Pero en mi opinión, no creo que sea peor que lo que hemos tenido. Y en cuanto a sí es posible o no llegar a un acuerdo, tal vez nosotros no lo alcancemos en este apasionante debate (lo digo sinceramente, sin ironía, que últimamente el ambiente está muy caldeado y uno no sabe como expresarse) pero es que ni usted ni yo nos pagan para hacerlo. En mi trabajo sí que tengo que llegar a cuerdos con otros compañeros y departamentos sin necesariamente gustarme al 100% la medida (algo inevitable por otra parte). Discrepancia que admito ya que no me creo en posesión de toda la verdad (salvo lógicamente que exista alguna prueba o hecho inapelable, pero en este caso no debería hacer falta discusión).
Por tanto, sea o no posible llegar a un acuerdo, aunque hayan dudas sobre su conveniencia, creo que han de intentarlo. Y si hay dificultades, entonces hay que cambiar el sistema, por que uno así, que mantiene a la sociedad en un constante enfrentamiento, haciéndonos perder el tiempo y energías en posturas irreconciliables por el dogmatismo de cada una de las partes. Un dogmatismo y enfrentamiento que además es alimentado por los mismos protagonistas para tener justificados sus puestos. Por eso mismo, si es así como creemos ambos que el sistema no está preparado para llegar a un acuerdo (a pesar de que precisamente un Parlamento está para que de ahí salgan acuerdos legislativos, o al menos parto de esa premisa como cierta), incluso aunque los acuerdos no satisfagan a nadie porque nadie está dispuesto a ceder lo más mínimo en lo que cada uno cree que es su verdad absoluta, entonces justifica todavía más la propuesta de que de no lograr una cosa u otra (o acordar algo o cambiar el sistema) que al menos no cobren si no cumplen con el contrato.
Pido disculpas por acaparar el debate y por mi tozudez.
Saludos.
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