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martes, 18 de octubre de 2016

GRACIAS, INGLATERRA



Hace unas semanas, y con motivo del Brexit, el gobierno español, que preside ese gran español y mejor estadista que es don Mariano Rajoy Brey, reiteró a la Gran Bretaña la propuesta, que ya hiciera hace años otro gobierno popular, esa vez presidido por ese otro lumbreras carpetovetónico que es don José María Aznar, de compartir la soberanía de Gibraltar. Evidentemente, el gobierno británico rechazo esa propuesta con lo que nos ha hecho a todos los españoles un inmenso favor porque la cosoberanía propuesta por el gobierno español no es más que un reconocimiento jurídico de la soberanía británica sobre un territorio español ocupado.

            Durante la Guerra de Sucesión Española de 1701 a 1713 una flota británico-holandesa ocupó militarmente el Peñón de Gibraltar el 4 de Agosto de 1704 en nombre del pretendiente austriaco dando la alternativa a la población autóctona de la ciudad de Gibraltar, que estaba compuesta por unos siete mil habitantes,  de prestar juramento de fidelidad al pretendiente austriaco o marcharse, optando dicha población por marcharse y fundar el actual pueblo de San Roque cuyo nombre completo es el de "Muy noble y más leal ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar". A pesar de los intentos militares por recuperar la roca los británicos la mantuvieron en su poder hasta la firma del Tratado de Utrecht en 1713 en virtud del cual el Peñón de Gibraltar, su ciudad y su ciudadela pasaban a manos británicas sin que se le reconocieran aguas jurisdiccionales e imponiéndosele la prohibición de comunicación con el resto de la península, así como la obligación de la Gran Bretaña de devolver el peñón a España si alguna vez renunciara a él. A pesar de varios intentos militares por recuperar la roca, todos ellos infructuosos, el Peñón continuo siendo británico pero en ningún caso el istmo que lo une a la península, que quedaba como territorio neutral. A mediados del Siglo XIX y a principios del Siglo XX los británicos extendieron el territorio de Gibraltar ocupando parte del istmo, el cual no fue cedido en el tratado de Utrecht, construyendo en el mismo el aeropuerto de la colonia durante los años treinta del siglo pasado. En 1968 la Resolución 2429 de la XVIII Asamblea General de Naciones Unidas pedía al Reino Unido –como potencia administradora– que pusiera fin a la situación en Gibraltar antes del 1 de octubre de 1969, lo que implicaba su reintegración a España. Ante el continuado incumplimiento de esta resolución el gobierno franquista, en aplicación estricta del Tratado de Utrecht, acuerda el cierre permanente de la verja fronteriza con Gibraltar en Diciembre de 1969 reabriéndose nuevamente a finales de 1982 por ser una de las condiciones impuestas por Europa para qué España fuera admitida en la Unión Europea.

            Esta es brevemente la historia de la ocupación británica de Gibraltar hasta nuestros días la cual hace que en la actualidad nos encontremos con los siguientes hechos jurídicamente relevantes que no se pueden ni se deben ignorar:

Véase la expansíón gibraltareña sobre el istmo y sobre la bahía
            1º. La existencia de un tratado internacional, el Tratado de Utrecht, en virtud del cual España cede a la Gran Bretaña el territorio integrado exclusivamente por el Peñón de Gibraltar y la ciudadela y ciudad situados en el mismo, sin cesión alguna de aguas territoriales y con la prohibición de que entre la roca y el resto de la península exista comunicación alguna así como el establecimiento de la obligación de Gran Bretaña de reintegrar el Peñón a España si alguna vez dejase de ejercer soberanía sobre él.

            2º. La comisión por parte de la Gran Bretaña de una acción genocida al obligar a la población autóctona de la ciudad a abandonar su ciudad. Recordemos que según la ONU y el vigente Código Penal Español el "desplazamiento forzoso de grupos humanos" constituye delito de Genocidio.

            3º. La ocupación de facto por parte de la Gran Bretaña de buena parte del Istmo que une Gibraltar con el resto de la Península y en el que se ha construido el actual aeropuerto.

            4º. La existencia de varias resoluciones de la ONU que obligan a la Gran Bretaña a negociar con España la reintegración de Gibraltar a la soberanía española.

            Siendo estos los presupuestos jurídicos existentes, la intención del gobierno español de que la Gran Bretaña acepte la cosoberanía de la colonia británica de Gibraltar conllevaría la liquidación jurídica del Tratado de Utrecht y de las resoluciones de la ONU sistemáticamente incumplidas por la Gran Bretaña y su sustitución por otro tratado internacional bilateral.

              Ahora bien, ese hipotético nuevo tratado internacional bilateral entre la Gran Bretaña y España en el que se acordase esa cosoberanía sobre el Peñón, su puerto y, sobre todo, su aeropuerto conllevaría lógica y, al menos, tácitamente el reconocimiento "de iure" por parte España de la ocupación ilegal del istmo y la posesión de aguas jurisdiccionales por parte de Gibraltar con lo que el gobierno español estaría cediendo territorio marítimo y terrestre a una potencia extranjera ignorando por completo la "soberanía nacional" y la "integridad territorial" con la que tanto se llena la boca cuando habla de Cataluña. Este reconocimiento "de Derecho" de la ocupación del Istmo y de aguas territoriales por parte de España se manifestaría muy veladamente con motivo de dos situaciones: 

            1º. Gibraltar y Gran Bretaña tendrían derecho, lógicamente, a usar la totalidad de las aguas de la Bahía de Algeciras para introducir y sacar mercancías del puerto de Gibraltar, reconociéndose por tanto legalidad internacional al dique construido por los gibraltareños para apropiarse de una parte de las aguas de la mencionada bahía.

             2º. Si Gran Bretaña accede a la cosoberanía de Gibraltar y especialmente de su aeropuerto es porque, en puridad lógica, existiría una previa aceptación y reconocimiento por parte de España de la soberanía legal y legítima del territorio donde está instalado dicho aeropuerto.

            La relación política y diplomática sobre la cuestión de Gibraltar debe moverse dentro de los estrictos márgenes legales impuestos por el Tratado de Utrecht y las resoluciones de la ONU. Ningún gobierno español tiene derecho a hacer decaer la reivindicación de la soberanía plena sobre Gibraltar ni a ceder un milímetro de territorio fronterizo a la colonia y por supuesto todo gobierno español tiene el deber de defender el derecho de los ciudadanos españoles desplazados forzosamente que hoy viven en San Roque.

            Si a lo largo de la historia, la casta política española ha pensado poco o nada, que hagan el favor de no ponerse a pensar ahora sobre la cuestión de Gibraltar. Si el Brexit se lleva a efecto, la frontera con Gibraltar será una frontera extracomunitaria y, por tanto, debe de dársele el tratamiento correspondiente volviendo a cerrar la verja en estricta aplicación del Tratado de Utrecht, haciendo las inversiones necesarias en el Campo de Gibraltar para paliar las consecuencias económicas que tal medida política pueda acarrear en la zona y recordando que, además de los ciudadanos españoles del Campo de Gibraltar, hay varios centenares de miles de españoles que viven y trabajan en la Gran Bretaña que también pueden verse afectados por el Brexit por los que parece que el Gobierno se toma menos preocupaciones.

            El Gobierno del Sr. Rajoy debería ir tomando desde ya medidas para paliar las consecuencias económicas que el Brexit puede tener sobre los trabajadores españoles residentes en Gran Bretaña así como sobre el Campo de Gibraltar en vez de ir haciendo grotescas propuestas a potencias extranjeras que solo pueden explicarse por el padecimiento de una profunda idiocia o por oscuros y beneficiosos intereses que tal vez tengan algunos importantes españoles residentes en la Gran Bretaña.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El tema de Gibraltar resurge, como una telenovela de entrega por capítulos, cada vez que el gobierno español de turno quiere desviar la atención de los ciudadanos, a través de los medios de comunicación del pesebre de los asuntos trascendentales que hunden el país. Pero ni hay, ni habrá pel… para poner una patita en territorio británico.

Chouan dijo...

Es curioso. A los sucesivos gobiernos de este pobre pais el tema de Gibraltar amenaza cada vez mas con salirse de madre. A este paso va a ser Gibtaltar y las autoridades britanicaa las que pidan que los ciudadanos de las localidades españolas del Campo de Gibraltar sean las que manifiesten si desean seguir siendo españolas o incorporarse a la colonia.

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