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martes, 16 de octubre de 2018

DESMONTANDO A VOX



Ideario inicial de VOX en las Elecciones Europeas 2014

 No sabemos bien si con todo el sabor de la Francia de Vichy, hoy representada por Marine Le Pen, o como farsa neomaurista; vino VOX y triunfó el pasado domingo, 7 de octubre, en el madrileño Palacio de Vistalegre reuniendo a unos doce mil seguidores que abarrotaron la antigua plaza de toros y los alrededores del centro comercial que la alberga en lo que fue un acto planificado al milímetro por los organizadores para dar la imagen de ser el punto de partida de un nuevo partido emergente y hacer olvidar los fracasos electorales y crisis internas a los que se ha enfrentado desde que se fundara hace cinco años.

             VOX fue creado en el año 2013, entre otros por  Santiago Abascal, Alejo Vidal Quadras e Ignacio Camuñas, todos ellos dirigentes y militantes del Partido Popular que viendo perder influencia en el seno del mismo optaron por amenazar a la cúpula popular con quitarle votos mediante la creación de una opción política neoliberal más clara, más firme y más rotunda que la representada por el entonces presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy. Así pues, originariamente VOX no tenía más discurso que un nostálgico "aznarismo" que fracasó en las elecciones europeas de 2014 y en las posteriores elecciones generales de 2015 y 2016. 

            De aquellos fracasos electorales de VOX fue responsable la carencia de un discurso propio y diferenciador del discurso oficial mantenido por el Partido Popular, discurso original que, tras una travesía del desierto de cuatro años, el líder de VOX, Santiago Abascal, parece haberlo encontrado en un laboratorio con la unificación, sin decreto pero mediante un concienzudo trabajo de corta y pega, de los discursos xenófobos de la moderna ultraderecha europea con las viejas consignas españolistas de Fuerza Nueva.

            Escuchar a Santiago Abascal en el acto del Palacio de Vistalegre, acto que bien pudiera haberse realizado en la Plaza de toros  de las Ventas donde la extinta Fuerza Nueva conmemoraba el 18 de Julio o en la mismísima Plaza de Oriente, era como retrotraerse a los primeros tiempos de la transición y volver a escuchar de Blas Piñar, pero sin su vibrante oratoria, toda la retahíla a favor de la Unidad Nacional, en contra de las autonomías, a favor de las Fuerzas Armadas y de Orden Público y en contra de los nuevos bárbaros representados para VOX por el mundo islámico. La similitud del acto del Palacio de Vistalegre con los actos de Fuerza Nueva era tal que entre el público asistente, además de numerosas banderas de España se pudieron visualizar algunas de las banderas victoriosas que acompañaban coreográficamente a la bandera roja y azul de Fuerza Nueva.

            Y es que no podía ser de otra forma. Los líderes de VOX son conscientes de que el Partido Popular (con anterioridad Alianza Popular) tiene prestados desde 1982 aproximadamente millón y medio de votos de la más oscura y negra ultraderecha española, millón y medio de votos que VOX aspira a arrebatarle al PP. Para ello, VOX no solo ha hecho suyo el discurso fuerzanovista convirtiéndose en alimentador de los ideales de la juventud (1), sino que en estos últimos años ha ido incorporando a sus filas grupos y grupúsculos procedentes de la diáspora ultraderechista provocada por la disolución de Fuerza Nueva en noviembre de 1982. Así, en febrero de 2015, el partido ultraderechista Derecha Navarra y Española (DNE) que en 2011 había acudido a las elecciones en coalición con Alternativa Española (AES), partido que dirige el yerno de Blas Piñar, Rafael López Diéguez, se integró en VOX pasando a denominarse VOX NAVARRA y, en 2016, Alternativa Española (AES) y el Partido Familia y Vida (PFyV) que no concurrieron a las elecciones generales pidieron el voto para VOX.  De esta forma, VOX no solo adopta el discurso de la extinta Fuerza Nueva sino que se articula y organiza en gran medida a partir de cuadros y estructuras de grupos y grupúsculos ultraderechistas ya existentes.

¡Aquí están, estos son, los muchachos de Abascal!
 Ahora bien, sin entrar a valorar política ni moralmente el discurso de VOX, existe en dicha formación cierto cúmulo de graves contradicciones. En primer lugar nos encontramos con la procedencia misma de la mayoría de sus líderes los cuales fueron hasta el año 2013 cuadros de relevancia del Partido Popular en el cual desempeñaron cargos de cierta responsabilidad llegando a ser incluso parlamentarios europeos, nacionales o autonómicos. Así, por ejemplo, su actual jefe, Santiago Abascal, fue militante del Partido Popular desde 1994 hasta 2013 llegando a ser miembro de la Ejecutiva de dicho partido en el País Vasco, Presidente de las juventudes populares vascas y diputado autonómico por Álava, es decir, el actual discurso que sostiene de "España sí, autonomías no", "stop inmigración" y de oposición a la llamada "Ley de Memoria Histórica" se contradice con lo realizado por el partido en el que llegó a ocupar cargos de responsabilidad hasta 2013 y del que, en 1996, un veterano dirigente nacionalista vasco reconocería haber logrado más en catorce días que de Felipe González y del PSOE en catorce años, que en 1999 otorgó la nacionalidad española a los Brigadistas Internacionales como reconocimiento a su "valeroso" apoyo a la II República y que en el año 2000 organizó la primera regulación masiva de inmigrantes ilegales. Con esta divina contradicción, propia de la conversión de San Pablo, Santiago Abascal debería explicar a los ciudadanos y especialmente a sus fervientes admiradores cuándo y por qué se cayó del caballo, porque evidentemente no es creíble que se le apareciera una zarza ardiente y le hablara.

            Por otra parte, nos encontramos con otra grave contradicción en el hecho de que la propuesta de VOX de suprimir las autonomías no puede realizarse sin hacer una profunda reforma constitucional que, precisamente por la profundidad de la misma, más se asemejaría a un proceso constituyente cuando, en ningún momento del discurso de VOX, se menciona o se propone esa reforma constitucional o ese proceso constituyente. Más aún; si consideramos que el germen inicial desde el cual Santiago Abascal empezó a construir VOX fue la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) en cuyos estatutos figura entre otros fines "el fomento de la cohesión de la sociedad española, y de un gran acuerdo de los grandes partidos españoles en torno a la unidad de España y a la fortaleza del Estado español, en los términos del artículo 2 de la Constitución de 1978" (artículo 3.c de los estatutos) y el artículo 2 de la citada Constitución de 1978 dice textualmente: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas", la contradicción resulta más que evidente, lo cual suele ocurrir y resulta lógico cuando se tiene la necesidad de improvisar con urgencia un discurso por exclusivo oportunismo político como el que mueve a los dirigentes de VOX.

            No obstante, VOX ha revolucionado el panorama político, como demuestra el amplio tratamiento mediático que ha tenido durante la última semana el acto del Palacio de Vistalegre. Ha levantado ampollas entre las formaciones de la derecha, PP y Ciudadanos, y ha humedecido toda "la braga del imperio" o "imperio de la braga" fuerzanovista hasta el punto de que, como apunta el diario "Público" en fecha 12 deoctubre de 2018, ciertos grupos de ultraderecha han decidido apoyar, o incluso,integrarse en VOX. Concretamente "Público" menciona a unos supuestos"carlistas de ultraderecha" a los que sin duda habrá que añadir, enun futuro muy próximo, al partido del yerno de Blas Piñar, Alternativa Española(AES), y a alguna de las Falanges varias existentes dispuestos todos ellos a convertirse hoy en los palanganeros de VOX como durante la transición lo fueron de Fuerza Nueva aunque en el caso de los denominados "carlistas de ultraderecha" mencionados por el diario "Público" no se ha caído en la cuenta de que el hecho que identifica a los carlistas, que nos identifica, es la defensa de lo foral, de lo federal y del principio de subsidiariedad, defensa claramente incompatible con el concepto de España y del estado que sostiene VOX, así como la lealtad a la Dinastía Legítima hoy representada por Don Carlos Javier de Borbón Parma, por lo que esos referidos "carlistas" que no son otros que los mismos que hace décadas cayeron de rodillas ante el General en superlativo y aún no se han levantado, que rindieron pleitesía servil a Blas Piñar y que ahora muestran alegre disposición a rendir culto al nuevo caudillo Santiago Abascal, simplemente no son carlistas, ni siquiera son traidores porque para ser un traidor primero hay que ser leal a algo; son... ¡pues eso que hemos dicho antes...! simplemente acompañamiento coreográfico y palanganeros, palanganeros del que con mejor arte menea la colita delante de ellos.








(1) Referencia al himno de Fuerza Nueva

 

1 comentario:

Juli Gan dijo...

Buenas tardes, apreciado amigo. El fenómeno Vox comienza a interesarme, no ya lo que dicen, que me espanta y sólo he echado una ojeada a su programa, que más de uno debería leer para saber qué no votar, sino para ver si sigue una trayectoria paralela a la que siguió hace 85 años Falange Española, que era un partido residual. Un partido que empezó a recibir otras tumultuosas agrupaciones políticas que se reflejaban en Alemania como la asociación de Ledesma Ramos que sacaba las uñas, aunque con poca garra...hispánica o la de Albiñana (PNE). Este partido no habría sido nada si lo de África no hubiera triunfado. Volviendo de aquello, Vox ha dejado de ser Neoliberal para volver a mirar a los cafres de la Europa supremacista. Espero que, como F.E., no saquen ni un diputado. Saludos.

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