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martes, 17 de mayo de 2016

SEGUNDA RONDA ELECTORAL



Seis meses después de las elecciones generales del 20 de Diciembre, ante la falta de acuerdo entre las distintas fuerzas políticas para formar gobierno, se ha dado por finalizada la XI Legislatura, la cual pasará a la historia como la más corta de los últimos cuarenta años, convocándose nuevamente a los españoles a otras elecciones a las que acudirán alegremente, el próximo 26 de Junio, sin hacer un examen crítico de lo ocurrido ni exigir responsabilidades, como mínimo, por el nuevo gasto público provocado por unos pequeños hombrecillos ególatras cultivadores de una política mezquina.
           
            No hacía falta ser muy avispado para llegar a la conclusión de que los resultados electorales del pasado 20 de Diciembre imposibilitaban la formación de un gobierno estable que durase al menos la mitad de la legislatura y es que aquí es imprescindible distinguir entre formación de gobierno y estabilidad del mismo. Con los resultados del 20-D la formación de un gobierno hubiera sido relativamente fácil acudiendo a la vía de los 161 propuesta por el líder de PODEMOS a Pedro Sánchez, pero tal gobierno habría sido totalmente inestable al ser un tripartito y al tener que acudir al apoyo puntual de ERC, Bildu, PNV y Democracia y Libertad para aprobar los presupuestos generales por lo que dicho hipotético gobierno hubiera caído en el momento en que cualquiera de las tres formaciones que lo integrasen o cualquiera de las minorías que lo apoyasen le diera la espalda siendo un gobierno de una duración muy corta tras la cual habría que haber convocado nuevas elecciones.

            Ante este panorama surge irremediablemente la pregunta ¿Por qué no se convocaron nuevas elecciones desde el primer momento y se ha estado seis meses mareando la perdiz mientras que los ciudadanos afrontan como pueden el progresivo empobrecimiento al que les ha avocado la actual crisis económica?. La respuesta a esta pregunta no puede ser más desoladora ya que solo puede encontrarse en la imperiosa necesidad de los distintos miembros de la casta política (los antiguos y los nuevos) de foguearse un poco en el ambiente parlamentario y aparentar lo que evidentemente no son: grandes hombres de estado con gran visión política.

            Desde el 13 de Enero de 2016, día que comenzó la XI Legislatura, las distintas fuerzas políticas se plantearon su actuación como si estuvieran en precampaña electoral y si bien existieron negociaciones las mismas se plantearon como un juego para ver quién era el primero en levantarse de la mesa y calificarlo de falta de voluntad de entendimiento y responsabilizarle de la nueva convocatoria de elecciones.

            No obstante, los movimientos políticos de estos últimos meses han marcado tendencia y han puesto de manifiesto hasta para cualquier mediocre observador los sofismas y vacuidades de los modos y discursos de las viejas y nuevas formaciones políticas quienes simplemente se han revelado como tahúres en una timba de póker donde todos van de farol.

            El Partido Popular tras lanzar una vaga propuesta de coalición al PSOE que de antemano sabía que éste no podía aceptar salvo que se quisiera suicidar, manifestó que no podía lograr una mayoría parlamentaria para encabezar un gobierno estable y su estrategia se ha limitado a poner todas sus esperanzas en unas nuevas elecciones y ver como los demás se desgastaban y ponían sus cartas bocarriba dejando entrever no pocas contradicciones y luchas internas.

            El Partido Socialista, ha utilizado todo el tiempo que ha durado la legislatura para realizar una operación de lanzamiento y proyección de su Secretario General, Pedro Sánchez, y de blanqueamiento del propio partido muy manchado no ya por los casos de corrupción de la época felipista sino por la política de recortes sociales realizada durante el último gobierno de Rodríguez Zapatero (2008-2011).

Por su parte "Ciudadanos" se ha confirmado como una formación carente de todo principio inamovible dispuesta a pactar con unos o con otros según su conveniencia a fin de conseguir alguna parcela de poder demostrándose que posee una visión extremadamente favorable de sí misma y que ha sobreestimado su propia fuerza. No obstante, como esto parece que la formación naranja lo lleva rotulado en todas sus imágenes con un cartel de parpadeantes luces de neón, no se puede decir que pretendan engañar a nadie.

            Finalmente, la actuación del partido regenerador por excelencia, la gran esperanza para el pueblo que suponía "PODEMOS" no ha podido ser más decepcionante al desvelar que no es transversal y al contradecir con sus hechos, formas y manifestaciones la integridad de su propio discurso. "PODEMOS" surgió en la escena política española con el discurso de que "no eran de derechas ni de izquierdas sino que eran los de abajo que venían a por los de arriba, que eran nuevos e inmaculados y que la política española había estado ocupada durante los últimos cuarenta años por dos partidos, PP y PSOE, siendo el fruto de este binomio político la corrupción generalizada que padecemos y la pérdida progresiva de derechos". Ahora bien, tras el éxito electoral del 20-D, en cuanto se vieron con capacidad para poder asaltar, no los cielos, sino una simple parcela de poder, "PODEMOS" rompió radicalmente con la coherencia de ese discurso y pasaron a postularse como compañeros de viaje con ese novedoso partido sin, al parecer, tacha de corrupción en el que se convirtió, de la noche a la mañana, esa formación política que es el Partido Socialista Obrero Español.

            No vamos a subrayar que en el discurso de "PODEMOS" siempre se ha echado en falta alguna alusión a la depuración de responsabilidades por lo acaecido política y socialmente en este país durante los últimos cuarenta años, depuración sin la cual no se puede hablar de regeneración sino todo lo más de "borrón y cuenta nueva" como en la Transición iniciada en 1975; pero desde luego la actuación de la formación morada en los 188 días que ha durado esta XI legislatura, su primera legislatura con representación parlamentaria, plantea muchas dudas sobre que su máxima y exclusiva inspiración y aspiración, al igual que ocurre con "Ciudadanos", no sea la de acceder a parcelas de poder para realización personal de no pocos individuos que forman parte de ella.

            Ahora, ya convocadas las elecciones para el próximo 26 de Junio, "PODEMOS" de nuevo incurre en contradicciones radicales con su inicial discurso al cerrar un pacto de coalición electoral con Izquierda Unida. No pediremos que los líderes de la formación morada expliquen si la antigua formación izquierdista constituye "lo nuevo" a pesar de haber tenido consejeros en Caja Madrid y haber sostenido en más de alguna ocasión a gobiernos del PSOE, pero lo mínimo que debe Pablo Iglesias a sus votantes y no votantes es una explicación del por qué, cara al 20-D, desdeño las propuestas de Alberto Garzón de ir en coalición en candidaturas de Unión Popular y para el 26 de Junio se ha cerrado tan rápida y satisfactoriamente un acuerdo similar con quién el líder de "PODEMOS" calificaba en sus mítines electorales de "Pitufo Gruñón". Tal vez se trate de enmascarar la pérdida de votos que las encuestas auguraban a la formación liderada por Pablo Iglesias en beneficio de la liderada por Alberto Garzón pero lo fundamental son las contradicciones en las que incurre este emergente partido morado porque quien se contradice con tantas variaciones es que, simplemente, miente.

            Este es el claro panorama con el que los ciudadanos afrontan la convocatoria del 26 de Junio, una segunda ronda que pagará la inmensa mayoría del pueblo llano mientras las cañas y las tapas las disfrutaran la minoría que integra una casta política engrosada por nuevas caras. ¿Cuánto aguantará este pueblo? ¿Cuándo decidirá arrancarse la venda de los ojos?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta vez me quedo con el último párrafo, y con las preguntas. ¿Cuánto aguantará? Sinceramente, visto lo visto creo que mucho más aún. Me viene a la memoria el período de los Austrias y mire Ud. lo que aguantaban (sí, ya sé que son épocas difíciles de comparar). Veo lo que está sucediendo en Francia con la reforma laboral, y qué quiere que le diga… Pues que siento una sana envidia. Y con respecto a la última pregunta, yo se la “rebato”: ¿nos gusta vivir sin vendas en los ojos?...

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