El último de los conceptos emergentes en la teoría política, al menos hasta el presente, es el del Pensamiento Único.
Si la Ingeniería Social y el Neoliberalismo son medios, tanto la Globalización como el Pensamiento Único son los fines que ambas persiguen abarcando éste último la única línea de pensamiento aceptable y admisible en el nuevo mundo globalizado.
El Pensamiento Único estará integrado por todo aquello que en cada momento sea política, social y económicamente correcto y será fruto de años de prácticas de Ingeniería Social y de aplicación de teorías Neoliberales en la axiología. El Pensamiento Único tiene por objeto desarmar a la sociedad civil haciendo que ésta admita el sistema imperante no solo como el menos malo de los regímenes sino como el único posible, es la materialización perfecta del axioma “El Jefe Nunca se Equivoca” no mediante la adhesión inquebrantable a las jefaturas como en los regímenes totalitarios clásicos ya superados, sino mediante la falta de alternativas intelectuales.
La implantación del Pensamiento Único no tendrá lugar mediante la censura, la prohibición o la represión sino a través de la aceptación por parte de la suma de individuos que integran la sociedad de que toda línea intelectual que no sea coincidente con la sostenida por la clase dirigente es perjudicial para el ser humano y su bienestar.
Si bien es cierto que el querer instaurar el Pensamiento Único es una acusación que hoy en día se hacen recíprocamente la derecha y la izquierda, no es menos cierto que la búsqueda e instauración de dicho Pensamiento Único es la finalidad buscada por ambas tendencias políticas como demuestran las coincidencias programáticas que muestran en los grandes temas sociales, políticos y éticos.
Aceptado voluntariamente el sistema de Pensamiento Único previo embrutecimiento de la población, todo el pensamiento crítico será marginado sin necesidad de recurrir a medios represivos pudiéndose aludir a que si tal autor no publica su obra no se debe a lo que en ella manifiesta sino a que lo que en ella se dice no interesa al público y por tanto editarla provocaría pérdidas a la editorial porque no se vendería el número deseable de ejemplares para justificar la edición.
La gran baza del Pensamiento Único se encuentra en la comodidad del ser humano (a la que siendo tendente por naturaleza se le ha fomentado desmesuradamente en los últimos años mediante la ingeniería social) que le llevara a aceptar servilmente lo que le dicen y le alejara de toda actividad creadora.
El Pensamiento Único será la columna vertebral sobre la que descansara la estabilidad del régimen neototalitario al que, ya se vislumbra, tiende el mundo futuro.
En estas fechas, cuando el Gobierno ha reconocido finalmente que la crisis en España durará varios años y que será peor de lo que se creía en un principio, se sigue insistiendo, incluso por parte del principal partido de la “Leal Oposición”, en una serie de medidas que únicamente aspiran a “ir tirando” mientras se produce una recuperación económica internacional que nos permite volver al modelo económico basado en la especulación, las subvenciones y los servicios.
Para comprender la especialidad que la crisis económica presenta en nuestro país es imprescindible analizar en qué consiste el modelo económico español que lejos de ser un modelo productivo basado en la industria y el comercio, se basa en una especie de rueda maligna que, de no mejorar la situación económica internacional, se colapsará de igual forma que se colapsó la economía de la extinta Unión Soviética.
Con la entrada de España en la Unión Europea, a mediados de los años ochenta del pasado siglo, se tuvo que aceptar el desmantelamiento de nuestra agricultura y de nuestra incipiente industria a cambio de recibir unas ayudas europeas para infraestructuras que administraría el Estado Español. Esto generó que la economía española abandonara toda aspiración a tener un modelo económico productivo y se convirtiera en una curiosa rueda donde el estado se constituía en el principal empresario del país al ser, directa o indirectamente, el mayor promotor de empleo y el que mayor número de trabajadores tiene.
De esta forma, de las Instituciones Públicas (Estado, Comunidades Autónomas y Municipios) viven directamente unos ocho millones de personas que se dividen entre tres millones de funcionarios públicos y cinco millones de pensionistas que, tras duros años de trabajo y largo tiempo de cotización, disfrutan de unas pensiones no tan justas como se merecerían. A este número de personas hay que añadir por lo menos un millón más que, entre cargos políticos electos, cargos políticos de libre designación y empleados en empresas de carácter público viven igualmente de forma directa de las Instituciones.
Por otra parte, en la economía española, existe por lo menos un millón de puestos de trabajo que están directa y totalmente subvencionados por las Instituciones públicas que son aquellos que se desempeñan por parte de “liberados” en partidos políticos, ONGs y sindicatos que, de no ser por las subvenciones que estas organizaciones reciben a cargo del Presupuesto General del Estado no podrían mantenerse.
Igualmente existe otro millón de empleos parcial e indirectamente subvencionados por el presupuesto general que son aquellos que generan las empresas privadas y profesionales, que de una forma u otra, trabajan o prestan servicios a las instituciones públicas y que, sin dichos trabajos o servicios, tendrían que desprenderse de gran número de sus plantillas o cerrar definitivamente.
Ahora bien, considerando que la población española, a fecha de 1 de Enero del 2008, asciende a 46.157.822 de habitantes de los cuales el 14,3% tiene menos de 15 años de edad y por tanto no está en situación de trabajar, el 69,0% tiene entre 15 y 64 años y el 16,7% de la población tiene 65 años o más y por tanto forma parte de los millones de jubilados que tampoco se encuentran en situación de trabajar, la pregunta que surge irremediablemente es la siguiente: ¿Cómo se mantiene económicamente a los once millones de personas que directa o indirectamente viven de los presupuestos públicos?
La respuesta a esta pregunta es simple: la economía española constituye una rueda malévola donde los once millones de personas que directa o indirectamente cobran del presupuesto nacional al mismo tiempo, a través de los impuestos directos e indirectos, de las tasas, de los precios públicos y también a través del consumo, devuelven parte de lo que cobran al estado y favorecen que el sector servicios (el único sector económico minimamente productivo que existe en España) se sostenga y ayude decisivamente a través de los impuestos y de las tasas al sostenimiento de la rueda económica que nos hace vivir en una burbuja ideal donde todos creemos que el país tiene una economía cuando realmente no existe economía en España.
En los años de la pasada bonanza económica generada por la especulación inmobiliaria, tanto o más que las constructoras, han sido las diferentes instituciones públicas las primeras en lucrarse a través del impuesto de Transmisiones Patrimoniales, del IVA y del impuesto de sucesiones pretendiendo hacer creer a los administrados que luchaban por conseguir una reducción de los precios de la vivienda cuando nunca consideraron la posibilidad de reducir ni el tipo impositivo del IVA ni el de Transmisiones Patrimoniales.
La crisis económica que sufre España, a diferencia de la crisis económica que sufren otros países, no es solo una crisis industrial o energética, sino que fundamentalmente encuentra su origen en que ha existido en los últimos años, seguramente debido a un incremento excesivo de la población (en los diez últimos años la población española se ha incrementado en ocho millones de habitantes) un desvío de importantes medios económicos que sostenían el funcionamiento de la rueda hacia un sector de población que, recibiéndolos, no introducía en la rueda su parte correspondiente lo que ha provocado que las diferentes Instituciones Públicas no tengan liquidez para seguir pagando los once millones de salarios que directa o indirectamente subvenciona, haya incurrido en retrasos en pagos y en morosidad y haya tenido que rescindir algún que otro contrato con alguna empresa privada obligándola a una reducción de plantilla. Todo esto lleva a que muchas empresas quiebren o suspendan pagos, el paro se incremente y que la importante parte de la población que recibe emolumentos de las Instituciones Públicas reduzca el consumo arrastrando así al sector servicios a la crisis y al mismo tiempo se reduzca los ingresos del estado que ve reducir la recaudación a pesar de incrementar los impuestos indirectos y subir los precios públicos.
No cabe duda de que los lumbreras económicos del actual régimen español están aplicando la máxima del doctor Negrín de que “Resistir es Vencer”, poniendo parches a la situación con la subida de los impuestos indirectos, las subvenciones al consumo y las futuras reformas laborales que ya se vislumbran, y en parte tienen razón pues una recuperación económica internacional, permitirá a España ir saliendo de este inmundo pozo en el que se encuentra gracias al turismo, a la inversión exterior que vendrá atraída por un mercado laboral donde el trabajador tenga menos derechos y a las ayudas o subvenciones europeas. No obstante, todo eso es “pan para hoy y hambre para mañana” porque la única política acertada sería la romper las cadenas que han hecho de España un país de servicios y construir, con esfuerzo y sacrificio, una economía productiva y competitiva basada en la industria, el comercio y también en la agricultura, ya que de otra forma, no cabe duda de que, tras superar esta tragedia y disfrutar de unos años de bienestar, la rueda diabólica de la economía española volverá a pinchar y millones de españoles volverán a sufrir quedando muchos de ellos en las cunetas de la ruina y de la pobreza.
Ignoramos que ha sido y en qué quedó el proyecto legislativo del anterior gobierno popular del Sr. Aznar de realizar una “Ley de Calidad de la Enseñanza”, pero lo que sí sabíamos es que dicha Ley no ampliaba los planes de estudios ni modificaba sus contenidos con lo que de la misma se había desplomado inmediatamente la palabra calidad y la de enseñanza se tambaleaba gravemente, como si el verdadero objetivo del Gobierno Popular de Su Majestad fuera reducir el numero de licenciados universitarios que cada año salían y salen de nuestras universidades a fuerza de poner obstáculos a la salida del bachillerato, con el llamado examen de reválida contemplado en aquella ley y a la entrada en la universidad, con las oportunas pruebas de acceso, porque el verdadero peligro del examen de revalida no era, como pretendían los estudiantes, la exigencia de aprobarlo sino que en ese examen se iban a exigir conocimientos que los Planes de Estudios ni contemplaban ni contemplan por lo que solo podrían superar dicha reválida los estudiantes cuyas familias disfrutasen de capacidad económica suficiente para completar y ampliar los estudios oficiales con estudios en academias privadas o con profesores particulares.
Una verdadera "Ley de Calidad de la Enseñanza" debería contemplar una modificación total del sistema educativo con la ampliación y modificación de los planes de estudios ya que los conocimientos objetivos necesarios en un joven del año 2009 son mayores a los de un joven de 1900 aunque los conocimientos del primero no excluyen ni desechan los del segundo, por tanto se impone como realidad que el estudiante del presente debe estudiar mas materias que el estudiante del pasado. Pero además una "Ley de Calidad de la Enseñanza" no puede elaborarse, ni siquiera idearse, sin tener en cuenta los tres factores que influyen en la formación de los jóvenes (¿Y de las jóvenas?), a saber: educadores (factor este que incluye tanto a personal docente como a familiares), educandos y entorno social. EI panorama que presenta el primer factor es de lo mas desolador y desalentador. Es manifiesto, evidente y se mastica en el ambiente que el niño primero y el joven después, resulta un estorbo a su entorno familiar mas cercano, el cual tiene la primera responsabilidad en la educación inculcando pautas correctas de conducta, en cambio, la generalidad de los progenitores, ignorando este aspecto de la paternidad, considera el centro educativo como un "aparcamiento" donde el educando pasa X horas al día permitiendo a los padres la dedicación a otras ocupaciones (Aquí y a título de ejemplo se podría mencionar la actual medida de la Comunidad de Madrid de abrir determinados centros escolares en Domingo para que acudan los menores). Con esto se produce una inhibición en la educación por parte de la familia y una derivación total de la responsabilidad educativa al personal docente de los centros escolares quienes tienen una muy disminuida potestad correctiva tanto porque las leyes así lo contemplan como porque no resulta practico que el maestro tenga una potestad correctiva mayor a la que ejerce o puede ejercer la familia, es decir, en justa puridad al maestro Ie corresponde en mayor medida inculcar conocimientos en el joven y solo en una medida mínima corregirle, mientras que a la familia Ie corresponde justamente lo contrario, inculcar mas pautas de conducta correcta en el educando y en menor medida inculcarle conocimientos. La escasa o nula participación de la familia en la educación genera que en las aulas de los centros escolares, sobre todo públicos, existan problemas de adaptación en los educandos que no admiten de buen grado la más mínima presión lo que lleva a una especie de "Kermesse Académica" donde el personal docente es incapaz de imponerse a sus alumnos e inculcarles el habito de estudio y los conocimientos necesarios con la aparición del consiguiente derrotismo en estos profesionales quienes terminan por desistir de toda búsqueda de efectividad en su trabajo. Ahí sin duda se encuentra, y no en otro sitio, el origen del elevado índice de fracaso escolar de nuestro país y el gran numero de bajas laborales por depresión entre el personal docente.
En cuanto al factor constituido por los educandos es el que menos problemas genera pues su formación depende casi exclusivamente del comportamiento y funcionamiento de los otros dos factores hasta el extremo de poder afirmarse que, para bien o para mal, los jóvenes no son mas que lo que sus familias, profesores y entorno social han hecho. En el proceso educativo, el educando es pura voluntad sin que sea necesario que tenga una voluntad inmensa, solo basta con que tenga la mínima voluntad de asimilar conocimientos, el mínimo interés por aprender.
Por ultimo nos encontramos con el tercer factor mencionado, "el entorno social", este esta constituido por el mundo amplio que rodea al educando, es decir por los usos y costumbres sociales en los que esta inmerso y al igual que con el primer factor el panorama es dramático. Aun en el supuesto de que los educadores desarrollaran con completa perfección su labor y el educando tuviera ese mínimo interés por aprender que es necesario, todo el sistema educativo fracasarla si el entorno social estuviese en las antípodas de los objetivos de dicho sistema. Hoy ese entorno social es nefasto ya que la sociedad actual, lejos de tener unos principios éticos-morales claros, difunde, preconiza y, conscientemente o no, hace apología por sus medios de comunicación de valores desconocidos llegando a elevar a poco menos que a la condición de héroes a aquellos que triunfan a base de omitir la deontológica discreción en la práctica del arte mas antiguo del mundo, a aquellos que viven de la usura y del latrocinio y, en definitiva, a aquellos que incrementan su patrimonio sin que se tenga conocimiento de su oficio y beneficio. Con este entorno social ¿Cómo se puede inculcar al educando el mas mínimo espíritu de sacrificio necesario para el estudio cuando desde los medios de comunicación se viene "exaltando" a aquellos que no tienen mas merito que lucir el palmito en "glamourosos" programas televisivos que desprenden ese olor propio del detrito?
En definitiva, si los sucesivos gobiernos que nuestro país viene padeciendo desde hace décadas tuvieran realmente la intención de conseguir una enseñanza de calidad que acabase con el fracaso escolar y diera una formación plenamente válida y adecuada a los escolares deberían modificar y ampliar los planes de estudios y sobre todo, ante todo y por encima de todo, deberían acabar con el caos axiológico que los mismos han contribuido a implantar en nuestra sociedad.
Desde que en el año 1986 España se incorporase a la entonces Comunidad Económica Europea, siempre se ha estado afirmando al unísono por todos los que, dedicándose a la política, viven del presupuesto del Estado haciendo gestiones de muy dudosa finalidad y a pesar de sus “diferentes” visiones socio-políticas, más aparentes que reales, que tal adhesión era un gran paso para nuestro país porque nos incorporábamos a una zona geográfica de gran estabilidad política en donde existía un profundo respeto a los más elementales “derechos humanos” siendo sujetos activos de un proceso integrador que no era puramente económico.
Transcurridos casi veinte años de aquella incorporación ibérica (ya que junto con España se incorporo al mismo tiempo Portugal) la Europa Comunitaria, ahora llamada Unión Europea, ha sufrido varias ampliaciones hacia los países escandinavos primero y por último, el pasado 1 de Mayo del 2004, a diez nuevos países muchos de ellos pertenecientes al antiguo bloque soviético suponiendo esta última ampliación una verdadera caía de la máscara con la que los políticos europeos estaban ocultando las verdaderas intenciones y objetivos del llamado “proceso de construcción europea” y que ya no cabe duda que se revela como un fin pura y sencillamente económico liberal-capitalista.
Dentro de los últimos diez países que se han unido a la Unión Europea en Mayo pasado nos encontramos con estados con muy graves problemas de convivencia y prácticamente rotos que son verdaderos focos de conflictos e inestabilidad política futura como es el caso de Chipre que se encuentra, desde 1974, dividido entre lo que es el Chipre reconocido internacionalmente y el llamado “Estado Federado Turco-Chipriota” únicamente reconocido por Turquía. Pues bien, la Unión Europea, guiada por una ambición desmedida por el dinero y un culto enfermizo a la economía, viendo en Chipre unos setecientos mil consumidores más, ha admitido a este estado solo en su parte griega (parte que dejo clara su voluntad de no convivir con los turco-chipriotas en el referéndum celebrado una semana antes de su incorporación a la Unión Europea) excluyendo a los Turcos-Chipriotas con lo que de forma tácita pero inequívoca ha reconocido la partición de la isla y ha abierto la posibilidad de que la parte turca de Chipre actuando en lógica consecuencia se una libremente a Turquía lo que sin duda generara múltiples conflictos con Grecia. He ahí como la máscara decorativa de “paz y estabilidad política” del proceso de integración Europea se descubre como una falsedad de todos los políticos de Europa que como acostumbran mienten sistemáticamente a sus ciudadanos por los que realmente deben sentir un profundo desprecio al hacerles creer constantemente que una cosa y su contraria pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo.
Por otra parte, resulta que la Unión Europea, ese “Altar a los Derechos Humanos” que nos quieren vender, ha abierto sus puertas en esta última ampliación a países que vulneran sistemática y reiteradamente los más elementales derechos humanos, así, por ejemplo, en Letonia, estado de un millón cuatrocientos mil habitantes, existen quinientas mil personas de origen ruso que constituyen un cuarenta por ciento de la población total a los que el Estado Letón no reconoce como ciudadanos y que no siendo tampoco ciudadanos rusos son simples apátridas carentes de todo derecho a la sanidad pública, a la participación política, etc. Igualmente en Lituania y Estonia existe el mismo problema con las minorías rusas las cuales hoy en día constituyen la tercera y hasta la cuarta generación de aquellos rusos que poblaron las repúblicas bálticas tras la Segunda Guerra Mundial, situación inhumana que se reproduce en Eslovenia con los alrededor de quince mil personas de origen serbio y a las que no se les reconoce derecho alguno teniendo menos derechos en su propio país que los que goza un inmigrante extranjero magrebí en Francia o en la propia España y que pone de relieve la gran contradicción existente en la construcción europea si esta no se estuviera realizando sobre la base de criterios puramente económicos.
También es de mencionar la situación que padecen los gitanos en Eslovaquia y Hungría donde incluso se rodean sus barrios con muros creando verdaderos getthos propios de otras épocas, pero como todos debemos saber ya, eso de los Derechos Humanos no son más que monsergas (1) que utilizan los gobernantes para adormecer a los pueblos privándoles del derecho a la rebelión que es el nombre que recibe la dignidad del esclavo siendo eso de los “Derechos Humanos” y de la “Democracia Liberal” el actual opio del pueblo.
Todos estos hechos objetivos sobre la última ampliación de la Unión Europea y que han sido difundidos por los propios medios de comunicación españoles con motivo del “histórico acontecimiento” de la ampliación efectuada el 1 de Mayo del 2004 hace ya imposible la ocultación del objetivo puramente económico liberal-capitalista de la construcción europea y hacen que aquellos que siguen manteniendo la posibilidad de “una Europa de los Ciudadanos”, “una Europa de los Pueblos” o “una Europa de los Trabajadores” no puedan nada más que aparecer a los ojos de quien esto escribe como aquel que se lanza al vacío desde una alta torre desafiando la ley de la gravedad pero con el pleno y absurdo convencimiento de que no va a caer hacia abajo. La Europa que se esta construyendo se perfila claramente como una zona de explotación global del pueblo trabajador y no hay más, no obstante reconozco el derecho de los que así lo deseen a rescribir con su infantil imaginación el cuento de ”Caperucita Roja” o el de “Blancanieves” si ello les llena de gozo.
[1] . Es posible que algún lector no este conforme con el tratamiento que doy a estos dirigentes mundiales ni a la utilización del término “monserga”, pero ¿Qué término mejor podría utilizar?. Esta Europa que nos están vendiendo como zona de paz, estabilidad y triunfo de la dignidad humana ha demostrado estar más preocupada por las apariencias que por las realidades escandalizándose cuando hace dos años en Tallín, capital de Estonia, se pretendía erigir un monumento a los “combatientes por la libertad de Estonia” que representabaa un soldado con un claro uniforme de las SS nazis al tiempo que ignora la situación realmente inhumana de los más de cinco millones de personas, europeos todos, que viven privados de todo derecho en sus propios países por el simple hecho de pertenecer a tal o cual etnia y no precisamente muy minoritaria.