La
reciente publicación de unas conversaciones privadas entre la actual Ministra
de Justicia, Dolores Delgado, mientras compartía sobremesa con el ex-comisario
Villarejo y el ex-Juez Baltasar Garzón en un conocido restaurante madrileño ha
revolucionado a la oposición que ha visto una posibilidad más de atacar al
gobierno que preside Pedro Sánchez y desgastarlo intentando hacer dimitir a la
titular de justicia lo que haría que las dimisiones de miembros del actual
gobierno fueran una por mes.
Una vez más, y como suele ocurrir en
estos casos, se pretende resaltar el lenguaje chusco y vulgar de unos
personajes públicos que por su condición de "gentes de supuesta
calidad" deberían tener un lenguaje
más culto y refinado. Parece ser que lo grave e imperdonable es que la actual
Ministra de Justicia y entonces Fiscal de la Audiencia Nacional haya utilizado
el término "Maricón" para referirse al actual Ministro del Interior y
por aquel entonces titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la
Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, como si la falta haya sido el no
utilizar el término empleado en el Siglo de Oro de "marión", el
moderno y más políticamente correcto de "homosexual" o el grotesco eufemismo
de "mariposón". Pero lo grave, lo verdaderamente grave, no es
siquiera que la grabación ponga de manifiesto el pensamiento íntimo y personal que
la señora ministra tiene sobre determinadas personas y que puede quedar en
contradicción con sus manifestaciones públicas sino la situación en sí misma y
otros contenidos recogidos en las grabaciones.
La situación en sí misma es muy
grave porque pone de manifiesto cierto compadreo entre distintos sectores de la
administración de justicia. ¿Qué hacen reunidos en un restaurante un Magistrado
Juez, una Fiscal y un Comisario de Policía?. En un país verdaderamente
democrático la policía en cualquiera de sus grados está al servicio de la
judicatura para poner en conocimiento de la misma hechos presuntamente delictivos
y ayudarla en la obtención de pruebas que favorezcan la detención de los
presuntos delincuentes, la fiscalía, por su parte, debe llevar la acusación
pública en los procesos penales respetando los criterios que la obligan a velar
en todo momento por el cumplimiento de las garantías procesales y de poner de
manifiesto cualquier cuestión que pueda favorecer al reo y finalmente la
judicatura, es el fiel de la balanza de la justicia, la que valora, atendiendo
al principio de legalidad y siguiendo el criterio de la recta razón, las
pruebas presentadas y en virtud de ellas dicta sentencia absolviendo o
condenando. Pues bien, la situación pone de manifiesto que la balanza de la
justicia tal vez sea como esas antiguas balanzas que había en no pocos
establecimientos comerciales que daban más peso del que realmente había en el
paquete pesado pues el fiel de la balanza siempre ha de ser independiente y
mantenerse firme ante cualquiera de los platillos y no inclinarse por poco que
sea hacia ninguno de ellos y el hecho de la existencia de esa reunión
gastronómica en un restaurante entre un Magistrado-Juez y una Fiscal no hace
deshonesta a la Administración de Justicia pero si hace que lo parezca.
En
cuanto a otros contenidos que se recogen en las grabaciones y que se han
conocido lo más grave es la referencia al ritmo de vida de los custodios del
Estado de Derecho en la que se pone de manifiesto que algún viaje de los altos
representantes de la Administración de Justicia a tierras caribeñas realizado a
costa del erario público, sin duda en "comisión de servicios" y para
mejor servicio al ciudadano y mayor seguridad del estado, fue aprovechado por
un grupo de los togados argonautas para hacer ese turismo que otros suelen hacer
por el sudeste asiático. Así, en la grabación que ha trascendido públicamente
se escucha: "Nos vamos allí las dos,
estamos sentadicas las dos solas y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos al
grupo de tíos del Supremo, de la Fiscalía General...", "con unas tías
de 17 años" completa otro de los asistentes a la gastronómica reunión,
"Menores de edad", precisa
la actual Ministra Dolores Delgado. Ignoramos y no podemos precisar el verdadero
parentesco de tanto "tío" y "tía", pero desde luego, habría
que conocer y precisar la edad exacta de las mencionadas acompañantes pues
dependiendo de ella, la ahora Ministro, podría estar ante un presunto delito
que no denuncio. No obstante, y en cualquier caso, evidentemente nos
encontramos ante una conducta gravemente impropia de quien debe garantizar y
custodiar el Estado de Derecho además de estar ante un manifiesto agujero, tan
grande como el de la capa de ozono, en la seguridad porque ¿Quiénes eran esas
jóvenes acompañantes? ¿Quien se las presentó al " grupo de tíos del
Supremo y de la Fiscalía General"?
¿Como las conocieron? ¿Dónde fueron? ¿Existe la seguridad de que no eran
un cebo que luego podría utilizarse para el chantaje de Jueces y Fiscales?.
Esta última pregunta no es baladí si atendemos a que el caribeño país al que se
refieren las grabaciones es Colombia y todo el mundo sabe el poder que el
narcotráfico y los cárteles de la droga tienen en dicho país hispano.
Pero en definitiva... todo esto se
soluciona con la dimisión de la Ministra de Justicia porque se ha referido al
actual titular del Ministerio del Interior como "maricón".