Por
decisión del Ayuntamiento de Bilbao se produjo hace dos meses el derribo de la
Cruz de Egirleta, situada en el alto de Santo Domingo. Desde la Asociación 16
de Abril, organización carlista de memoria histórica y pensamiento crítico,
queremos manifestar que esta Cruz no debe ser considerada como un símbolo
apologético del franquismo, como afirmaron los impulsores de esta agresión al
patrimonio histórico del pueblo vasco, o que pueda ser homologada al Valle de
los Caídos.
Cuando en 1936 los requetés se
sublevaron contra la II República nadie pensaba en una guerra civil ni mucho
menos en cuarenta años de dictadura militar. Los requetés no salieron a luchar
para que en las Españas se estableciera ningún régimen fascista de partido
único, verdadera antítesis de una Monarquía societaria y federativa. Hablar de
franquismo en relación a los primeros meses de la nefasta Guerra Civil es una
auténtica barbaridad. El franquismo se inicia no con el 18 de julio, sino
después del fallecimiento de Sanjurgo, cuando el 1 de octubre Franco es
proclamado Jefe del Gobierno por una junta de generales.
No existió armonía entre los
carlistas y el nuevo gobierno militar. En diciembre de 1936 fue prohibida la
Academia de Oficiales de Requetés, desterrado Manuel Fal Conde, máximo
dirigente político del Carlismo, y promulgado el Decreto de militarización de
las milicias nacionales, que subordinaba a los Tercios de Requetés al mando
militar.
Esta pugna tampoco puede ser
entendida como una simple lucha de poder, ya que remitía a dos visiones
políticas radicalmente diferentes. El totalitarismo de importación extranjera
frente a la tradición foral de las Españas. Cuando alemanes e italianos
bombardearon Gernika, los carlistas se indignaron. Cuando los falangistas
pretendieron talar el Santo Árbol, los requetés llegaron primero y montaron
guardia para impedirlo. El gobierno de Franco suprimió los conciertos
económicos de Bizkaia y Gipuzkoa, Don Javier de Borbón Parma juró los Fueros
vascos en la Casa de Juntas.
Las diferencias entre carlismo y
franquismo son innegables si se estudia mínimamente la Historia de Euskal
Herria. Para conocer la ideología de los requetés basta con leer el folleto El carlismo y los fueros de Vizcaya,
de Eustaquio de Echave-Sustaeta, editado en 1937. El famoso Decreto de
Unificación no fue sino una gran farsa. Los únicos carlistas que los aceptaron
no eran sino unos criptoalfonsinos que acabarían reconociendo a Don Juan de
Borbón como Rey. Por eso en los años 1950 bajo la sombra de esta Cruz derribada
se celebraron diversos actos carlistas cuyo planteamiento político era
antifranquista, igual que en Montejurra.
Respecto
a la Cruz no es ninguna casualidad que en ella no figurase el
águila unicéfala, símbolo propio del franquismo, sino el águila
bicéfala del Requeté. Tres fechas estaban grabadas en su columna: 1833, 1873 y
1937, en recuerdo de todos los carlistas que en muy diferentes circunstancias
temporales lucharon en el lugar. Por eso, desde la Asociación 16 de Abril
reclamamos no solamente que se restituya la Cruz, que fue desmontada y
trasladada a dependencias municipales, sino que junto a ella se instale un panel
didáctico explicando su verdadero contexto histórico.
Bilbao,
19 de Julio de 2018