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lunes, 27 de junio de 2016

VALORACIÓN DE URGENCIA DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DEL 26 DE JUNIO DEL 2016



Tras seis meses de una "gran política parlamentaria" exclusivamente al servicio de los representes de una casta política enriquecida con nuevas incorporaciones y a falta de acuerdos para formar un gobierno que afrontase las imperiosas necesidades y demandas de los ciudadanos, se ponía fin a la XI Legislatura con una nueva convocatoria electoral que se ha celebrado el pasado Domingo 26 de Junio del 2016.

            En esta convocatoria electoral, la realidad se ha impuesto a las encuestas  y los resultados no han podido ser más duros e inmisericordes para las nuevas formaciones emergentes, "Ciudadanos" y "PODEMOS".

            El Partido Popular, el partido de los recortes y de numerosas tramas de corrupción actualmente judicializadas, ha resultado el ganador alzándose con 137 escaños, 14 más que hace seis meses, y recuperando setecientos mil votos respecto a las elecciones de Diciembre, que sin duda proceden en su mayoría de los cuatrocientos mil votos perdidos por "Ciudadanos", aunque tampoco hay que descartar que se haya llevado algunos miles de votos tanto del PSOE como de "PODEMOS".

            Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha frenado su caída y aunque ha perdido cinco diputados y ciento veinte mil votos se mantiene como segunda fuerza política lo que, dadas las circunstancias generales del país y particulares de este partido, constituye un éxito. Los votos perdidos por el PSOE han ido en su mayoría a la abstención y solo una minoría se habrán desviado a "PODEMOS" e incluso al Partido Popular.

            Las dos fuerzas emergentes, "Ciudadanos" y "PODEMOS", han sido las más castigadas por el electorado, castigo que tiene fácil explicación en el caso de "Ciudadanos", pero que resulta mucho más complejo en el caso de "PODEMOS".

            "Ciudadanos", ha perdido cuatrocientos mil votos y ocho diputados fruto de ser un partido estructuralmente improvisado, con un ideario no menos improvisado y con un espacio político indefinido e inestable, pero sobre todo por haber elaborado durante la extinta XI legislatura la errática política de querer presentarse como lo nuevo e inmaculado y haber ido a alcanzar un "acuerdo", que no era nada más que un mero "brindis al sol" carente de sustancia, con una parte de la vieja casta política, esto es con el Partido Socialista Obrero Español.

            "PODEMOS", por su parte se ha convertido en la gran sorpresa. Si en un principio todo apuntaba a que quedaría como segunda fuerza política sobrepasando al PSOE al sumar a los cinco millones de votos obtenidos en las elecciones del 20 de Diciembre pasado el millón de votos obtenido en esas mismas elecciones por la coalición Izquierda Unida con la que concurría conjuntamente a estos comicios, resulta que se mantiene a duras penas con el mismo número de diputados, 71, perdiendo un millón doscientos mil votos que se han repartido entre el PSOE y la abstención.

            La causa de este gran fracaso debe encontrarse en varios factores importantes: el primero de ellos es que, al igual que "Ciudadanos", el gran activo de la formación que lidera Pablo Iglesias era el presentarse  como algo nuevo, ajeno a lo existente e inmaculado en cuanto a corrupción se refiere; activo que perdió en el momento que se mostró dispuesto a pactar con una parte de lo viejo y lo corrupto como era el PSOE. ¿Es que los líderes de PODEMOS no se acordaban de quien nos metió en la OTAN? ¿Es que tampoco se acordaban del GAL, FILESA, MALESA? ¿Es que también ignoraban quienes iniciaron la degradación del mercado laboral en España con varias reformas laborales y a quienes se debe la congelación de las pensiones?. No obstante, redundando en la liquidación de su principal activo, no han dudado en  contradecirse constantemente para pactar una coalición electoral con Izquierda Unida, que además de no ser lo nuevo y tener su cuota de participación en la corrupción política generalizada, era calificada hace tan solo seis meses por Pablo Iglesias como el  "enano gruñón".

            En segundo lugar, en PODEMOS también han concurrido ciertas desviaciones morales que ponen de manifiesto que "lo nuevo" simplemente quiere renovar "la casta" para obtener "su parte del pastel" como indica la cena a ciento sesenta euros el cubierto que los líderes de la formación morada tuvieron a bien degustar en el puerto de Mallorca tras un mitin electoral y que marca maneras en aquellos que presentándose como apóstoles de la verdad y de la justicia, terminan mostrando las mismas actitudes que denuncian en otros a los que califican de "casta" demostrando que en poco o en nada se diferencian.

En definitiva, el descenso electoral de "Ciudadanos" obedece a una corrección de tendencia entre los electores similar a la que en su día fue acabando con el Centro Democrático y Social (CDS) como fuerza parlamentaria al quedar absorbido su espacio político por el Partido Popular, mientras que el descenso de "PODEMOS" es mucho más grave al obedecer a una pérdida de confianza y de credibilidad entre sus votantes.

            En cuanto a aritmética se refiere, los resultados arrojados por las elecciones del 26 de Junio dejan un panorama exactamente igual al de las elecciones del 20 de Diciembre donde ningún partido tiene mayoría absoluta y la formación de un gobierno depende de acuerdos entre más de dos partidos y que no pueden ser calificados nada más que de "acuerdos antinaturales".

            Un acuerdo entre Partido Popular y Ciudadanos no llega a una mayoría suficiente para gobernar y requeriría además la abstención del PSOE, lo que supondría "un acuerdo antinatural" que además pasaría factura negativamente al PSOE en las próximas elecciones.

            Un acuerdo entre PSOE y "PODEMOS" además de no alcanzar una mayoría suficiente para formar gobierno y tener menos fuerza que si se hubiera alcanzado dicho acuerdo hace seis meses, requeriría de una impensable abstención del Partido Popular y del apoyo de otras minorías parlamentarias a las que la gobernabilidad del estado no les interesa porque están en otros procesos siendo todo ello también perjudicial para el PSOE cara a las próximas elecciones.

            La única forma de que se forme gobierno atendiendo a la composición del parlamento resultado de las elecciones del 26 de Junio es ejercitando la política de la desvergüenza. Una política donde las distintas fuerzas, no tengan vergüenza en hacer en esta XII legislatura lo mismo que pudieron hacer en la anterior y no hicieron provocando al erario público el innecesario gasto de unas nuevas elecciones y todo ello no teniendo vergüenza en dar alguna justificación absurda del porque pactan ahora y no lo hicieron antes.

            Otra posibilidad, es que las fuerzas políticas decidan hacer una política de desvergüenza e imagen y no tengan vergüenza en pactar la formación de un gobierno de duración limitada, por ejemplo seis meses, un año o dos, para luego dejarlo caer convocándose nuevas elecciones, lo que permitiría a los miembros de la casta política transmitir a la opinión pública española la falsa imagen de que se ha impedido otra legislatura fallida, aunque también deberían de desprenderse de toda vergüenza a la hora de buscar alguna explicación absurda sobre el por qué no hicieron esto hace seis meses y lo hacen ahora.

            En definitiva, las elecciones generales del 26 de Junio del 2016, en las que la abstención ha alcanzado un 30´16 por ciento (un 3´36 por ciento más respecto a las elecciones del 20 de Diciembre del 2015) no aclaran el panorama político dejando abierta la posibilidad de nuevas elecciones para Diciembre próximo o dando a elegir a todas las fuerzas parlamentarias entre desarrollar en la XII Legislatura una política de la desvergüenza o una política de la desvergüenza e imagen. 

martes, 21 de junio de 2016

EJEMPLOS DEL NIVEL INTELECTUAL DE LA CASTA POLÍTICA (y 2)






            Hoy, como segundo ejemplo del bajo nivel intelectual de la casta política nos vamos a referir a las constantes manifestaciones del líder de PODEMOS, su Señoría don Pablo Iglesias Turrión, que al igual que doña Anna Gabriel, es profesor universitario.

            Ignoramos si las manifestaciones de don Pablo Iglesias se deben a la mera propaganda política que parte de la baja consideración intelectual que le merecen sus votantes o, si por el contrario, se deben a ese intento de reinventarse que, tras el derrumbe del bloque soviético, tiene la izquierda europea y al que nos referíamos la semana pasada.
           
            Desde el 20 de Diciembre de 2015, el discurso que sostiene don Pablo Iglesias y que representa las aspiraciones políticas de su formación no ha dejado de ser contradictorio, mostrando por un lado cierto radicalismo a la vez que por el otro se moderaba notablemente pero contradiciéndose siempre con los hechos o demostrando una sublime ingenuidad.

            Tras afirmar que él y su partido político eran unos inmaculados que representaban a los de abajo que venían a por los de arriba y que eran lo nuevo que se enfrentaba a lo viejo siendo la causa de la corrupción que la política hubiera estado monopolizada durante cuarenta años por dos fuerzas políticas, PSOE y PP,  que integraban "la casta", no dudo en ofrecerse a apoyar un gobierno de uno de esos partidos de "la casta", que no era ningún inmaculado en cuanto a corrupción se refiere y que fue el introductor de varias reformas laborales y de varios recortes sociales, el último de ellos, durante el gobierno de Rodríguez Zapatero de 2008 a 2011.

            Ahora, ya  en campaña electoral, tampoco ha dudado en aliarse con Izquierda Unida, o lo que es lo mismo, con el Partido Comunista de España, el cual tampoco constituye nada nuevo y, por supuesto, tampoco está exento de algunos escándalos como aquella concejal de Pamplona que cobraba dietas por reunirse consigo misma o de haber tenido dirigentes que han formado parte del consejo de administración de Caja Madrid.

            Pero lo más llamativo es que ahora don Pablo Iglesias, que hace unos pocos meses se calificaba a sí mismo como comunista y que va en coalición electoral con el partido comunista, se califica de socialdemócrata y lanza alabanzas al ex-presidente Rodríguez Zapatero, al que califica como el mejor presidente de la democracia, como si ser socialdemócrata fuera lo mismo que ser comunista y como si Rodríguez Zapatero no hubiera protagonizado una polémica reforma laboral y otra no menos polémica reforma constitucional sin convocar referéndum alguno.

            Es increíble, que Don Pablo Iglesias Turrión, politólogo, profesor de la  Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, dirigente político, Eurodiputado y Diputado, ignore que históricamente Socialdemocracia y Comunismo son principios políticos distintos, opuestos e incompatibles.
           
Los partidos comunistas tienen su origen en una escisión de los partidos socialdemócratas a causa del apoyo prestado por estos últimos a los gobiernos conservadores durante la I Guerra Mundial y su inclusión en las denominadas "Uniones Sagradas". Esto provocó que una minoría de militantes socialistas rompieran con los partidos socialdemócratas y que tras la Revolución Rusa de 1917 fueran constituyendo los distintos partidos comunistas europeos.

            Durante el periodo de entreguerras la relación entre los partidos socialdemócratas y los partidos comunistas no fueron buenas y de ello es claro ejemplo el caso alemán donde fueron los socialdemócratas quienes al mando de los Cuerpos Francos acabaron con la revolución espartaquista y ampararon y encubrieron el asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Durante los años veinte y treinta del Siglo XX, seguramente por disputarse una misma masa electoral, los comunistas sostuvieron una guerra a muerte contra los socialdemócratas a los que tildaban de partidos burgueses e incluso, durante la campaña de las elecciones alemanas de 1933, de social-fascistas (1), eran los tiempos del "beneficioso Tratado de Rapallo" que con sus cláusulas secretas hacía presagiar un futuro acuerdo germano-soviético o nazi-comunista.

            Tras la II Guerra Mundial, con un mundo bipolar, las propias autoridades occidentales fomentaron la reconstrucción de los partidos socialdemócratas como un medio de parar una posible expansión de la influencia soviética a través de los partidos comunistas de occidente. Son los años de la expansión y consolidación del llamado "Estado del Bienestar" que es defendido tanto por conservadores como por socialdemócratas.

            ¿Don Pablo Iglesias, desconoce esto? si es así demostraría una vez más que el nivel intelectual de la casta política no se ha visto enriquecido por las nuevas incorporaciones, pero francamente, resulta muy dudoso que el señor Iglesias desconozca esta historia y es posible que todo obedezca simplemente a una estrategia política para acercarse al poder porque como ya dijo Lenin "Todo lo que nos acerque al poder está bien y todo lo que nos aleja de él está mal".

            Ahora bien, lo que más me reitera en señalar el bajo nivel intelectual de nuestra casta política es que entre los opuestos a don Pablo Iglesias, que nuevamente se han dedicado a criticar las cambiantes manifestaciones del líder de PODEMOS  y a hacer chistes fáciles con más o menos gracia, ignoren  que en determinados países del Este europeo, tras la II Guerra Mundial, los partidos socialdemócratas fueron el medio a través del cual los comunistas se hicieron con el poder manteniendo una apariencia de legalidad, bien al infiltrarlos directamente o bien al presentarse en coalición electoral con los partidos comunistas, todo ello siguiendo directrices de las autoridades soviéticas (2).

            Pero claro, no es de extrañar que entre los contrarios a Pablo Iglesias no se saque a relucir esto porque esos contrarios son  los mismos que hace años opinaban que José Saramago era "la señora Sara Mago" y los mismos que daban patadas al diccionario hablando de "miembros" y  "miembras".

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(1) En aquella campaña electoral, cuando tanto socialdemócratas y comunistas se debatían entre la vida y la muerte, los comunistas siguiendo instrucciones de la III Internacional se negaron a formar una coalición con el SPD que sin duda hubiera podido impedir el acceso de Hitler a la Cancillería.

(2) Con anterioridad a la II Guerra Mundial la fuerza de los partidos comunistas en Europa, Occidental y Oriental, no era muy relevante. Tras la Guerra, si bien en muchos países  occidentales como Francia los partidos comunistas fueron inicialmente prohibidos, en los países del Este no tuvieron mayor relevancia lo que les obligo, según las directrices soviéticas, a formar parte bien de Frentes Nacionales con socialdemócratas y otros partidos como en Checoslovaquia o  a formar coaliciones con unos socialdemócratas muy capitisdisminuidos.


 

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