Nadie
lo dice porque tal vez nadie lo ve o porque nadie lo quiere ver o, simplemente,
porque a todos les da igual lo que pase, pero el reciente panorama político
español se encuentra plagado de desvergüenza.
Resulta evidente que estos últimos
treinta días han sido aciagos para el
Gobierno y para el Partido que lo sustenta, el Partido Popular. En estos últimos treinta días ha tenido que
dimitir la Presidenta de la Comunidad de Madrid por haber mentido sobre su
currículum académico y por haber sido descubierta mientras hurtaba en una
tienda; Eduardo Zaplana, ex-presidente de la Comunidad Valenciana, la que fuera
la "Comunidad Piloto" del Partido Popular, ha sido detenido por un
presunto delito de blanqueo de capitales y, por si todo esto fuera poco, se ha
publicado la sentencia de la pieza principal de la denominada "Trama
Gürtel" que ha condenado al propio Partido Popular como partícipe a título
lucrativo, valorándose en dicha sentencia que el testimonio prestado ante el
Tribunal, el 26 de Julio del pasado año, por el Presidente del Gobierno y del
propio Partido Popular, Mariano Rajoy Brey, era poco digno de crédito.
Después de más de un año de sesiones
de juicio en la llamada "Trama Gürtel" y de más de un centenar de
testimonios prestados durante las mismas, había que estar muy desinformado o ser
muy ingenuo para no sospechar que la sentencia iba a imponer penas muy duras a
los principales acusados y que iba a condenar a los "partícipes a título
lucrativo", entre ellos al Partido Popular. Así pues y a pesar de lo que
nos pretenden contar y hacer creer, en materia de corrupción política, la
sentencia de la "Trama Gürtel" no significa un antes y un después
sino, todo lo más, un punto y seguido.
Tras las últimas elecciones
generales de Junio de 2016, el Partido Popular, que las gano sin alcanzar una
mayoría suficiente para gobernar en solitario, acumulaba tantos casos y tantas
sospechas de corrupción que si lo que de verdad se deseaba era intentar una
regeneración de la política española no había que haber favorecido la
investidura de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno cosa que, por activa
o por pasiva, consintieron "Ciudadanos" y Coalición Canaria dando su
apoyo expreso y el PSOE absteniéndose. No obstante, de aquella investidura del
31 de agosto de 2016 han transcurrido casi dos años en el que el Partido
Popular no ha dejado de contar de apoyos parlamentarios para sacar adelante
determinadas leyes, aprobar la aplicación del artículo 155 de la Constitución
en Cataluña y, fundamentalmente, sacar adelante los Presupuestos Generales del
Estado de 2017 y 2018, estos últimos, sin ir más lejos, la semana pasada con el
apoyo de "Ciudadanos", Foro Asturias, Unión del Pueblo Navarro (UPN),
Coalición Canaria, Nueva Canarias y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y ello
a pesar de la especial cruzada que parece sostener "Ciudadanos"
contra el cupo vasco y el Concierto Económico Navarro y que afecta directamente
a dos "aliados" en la aprobación de los presupuestos como son el PNV
y Unión del Pueblo Navarro.
Ahora, la Sentencia de la Audiencia
Nacional sobre la llamada "Trama Gürtel" sirve de justificación para
que el PSOE presente una moción de censura que pone o va a poner de manifiesto
la desvergüenza de los distintos partidos y de sus líderes, integrantes todos
ellos de la casta política, parasitaria del erario público y destructora del
país.
Hoy,
las circunstancias sobre la corrupción del Partido Popular son las mismas que
en agosto de 2016, cuando el PSOE facilitó la investidura de Mariano Rajoy
mediante su abstención y resulta muy poco serio que el PSOE plantee una moción
de censura después de haberle facilitado la formación de gobierno y que encima
la excusa de la presentación de dicha moción de censura sea la sentencia de la
"Trama Gürtel" cuando el 31 agosto de 2016 ya se había publicado por
todos los medios de comunicación que dicha trama comenzaría a juzgarse en la
Audiencia Nacional un mes más tarde, el
4 de Octubre de ese mismo año.
Que el Partido Nacionalista Vasco
(PNV) se sume a la moción de censura propuesta por el PSOE menos de una semana
después de haber dado su apoyo expreso a los Presupuestos Generales del Estado
para el año 2018, a pesar de su supuesta oposición a la aplicación del artículo
155 de la Constitución en Cataluña y cuando la no aprobación de dichos
presupuestos hubiera obligado al gobierno a disolver las Cortes y convocar
nuevas elecciones generales no deja de hacer dudar de sus verdaderas
intenciones y motivaciones.
Que el PSOE, después apoyar al
gobierno del Partido Popular para aplicar el artículo 155 de la Constitución en
Cataluña, negocie o esté dispuesto a negociar con Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC) y PdCAT su apoyo a la moción y que estos estén dispuestos a
sumarse a dicha moción al lado de "Ciudadanos", resulta de una
desfachatez descarada al igual que resulta una descarada desfachatez que
"Ciudadanos" esté dispuesto a votar a favor de dicha moción
conjuntamente con PODEMOS, PNV, ERC y PdCAT, formaciones políticas éstas a las
que desprecia y cuestiona hasta el extremo de ser una seria amenaza para el
mantenimiento del Cupo Vasco y del Concierto Económico Navarro.
La sentencia de la "Trama
Gürtel" ha servido para que los pequeños se movilicen en una maniobra que;
pretendiendo "mover la silla"
al Partido Popular y al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, solo busca
conseguir un lugar mejor bajo el sol y un mejor posicionamiento para sus
intereses particulares en una reformulación del antiguo "quítate tu para
ponerme yo", en ningún caso para cambiar nada. Ahora el Partido Popular es
corrupto, cuando se le investía hace casi dos años no lo era, tampoco lo era
cuando hace un mes le salpicaba el escándalo de Cristina Cifuentes y menos aún
lo era la semana pasada cuando, apoyado por ciertos grupos políticos, lograba
aprobar los presupuestos generales.
La moción de censura ha
revolucionado la cerrada colmena parlamentaria en lo que solo se puede
calificar de carrusel de la desvergüenza, en la que cada uno busca su propio
interés y ninguno el del conjunto del país.
Por su parte, Mariano Rajoy Brey,
muestra su falta de vergüenza al no haber convocado elecciones generales o
dimitido en las veinticuatro horas siguientes a la sentencia de la "Trama
Gürtel" porque parece ser que no se ha dado cuenta que al haber quedado
como testigo sin credibilidad, no solo carece de credibilidad para el Tribunal
ante el cual ha declarado, sino también para todo lo demás, es decir, en base a
la fórmula de "quien no puede lo menos no puede lo más", si carece de
credibilidad para ser testigo en un proceso judicial aún tiene menos para estar
al frente de un gobierno y dirigir sus destinos.
Este es el panorama en el que se
pretende crear la ilusión de la posibilidad de que unos sean mejores que otros,
cuando si se rasca un poco se ve que todos son iguales.