CONTACTO (indicando como asunto El Chouan Ibérico): arturoen@hotmail.com

martes, 29 de junio de 2021

YO PREFIERO A ROCAMBOLE

Ha tenido que venir una serie de la afamada cadena de televisión Netflix  con las dos temporadas de su  exitosa serie "Lupin" para que el gran público redescubriera el olvidado género del folletín literario de la mano de uno de sus más famosos personajes: "Arséne Lupin". El éxito televisivo ha llevado a que diversas editoriales se hayan decidido a reeditar la saga de las veinte novelas escritas, entre 1907 y 1941, por Maurice Leblanc y que tienen por protagonista al peculiar ladrón de caballerescas maneras.

            No obstante, que "Arséne Lupin" sea uno de los más famosos personajes del folletín no implica que sea el único, pues otros compitieron en fama con él y con él han permanecido en el olvido hasta ahora. Así tenemos, al escasamente reivindicado, "Fantomas" presentado como un personaje negativo de características contrarias a las de Lupín y que surge en 1911, cuatro años después de la publicación de "El Caballero Ladrón" (primera novela protagonizada por "Arséne Lupin"), de la mano de Pierre Souvestre y  Marcel Allain quienes escribirán sus aventuras hasta 1913, año en que se verán interrumpidas por la muerte de Allain en 1914 para reaparecer, ya exclusivamente bajo la autoría de Souvestre, en 1925 prolongándose hasta 1963 en que se publica la última novela de la saga que consta de un total de treinta y dos volúmenes.

            Otro personaje de renombre dentro del folletín es el hoy, muy posiblemente enterrado  para siempre por su carácter políticamente incorrecto, "Fu Manchú" que al igual que "Fantomas", y a diferencia de "Arséne Lupin", es un villano cuyas maquinaciones siempre resultan frustradas en el último momento por su enemigo el inspector Denis Nayland Smith. "Fu Manchú" surge dos años después que "Fantomas", en 1913, de la pluma del escritor británico Sax Rohmer (pseudónimo de Arthur Henry Sarsfield Ward) y sus aventuras se extenderían hasta finales de los años cincuenta del siglo pasado.

Así pues, el recientemente redescubierto "Arséne Lupin" no solo no fue el único personaje de un género que se dio en llamar "folletín", género literario de ficción surgido en la Francia del Siglo XIX caracterizado por su intenso ritmo de producción, argumento poco verosímil y simplicidad psicológica que recurre a la temática amorosa, pero sobre todo al misterio y a lo escabroso; sino que además ni siquiera fue el primero. El primer personaje de folletín, el verdadero iniciador del género, el que marcó el estilo y en quien se inspiraron todos los personajes y aventuras que surgieron posteriormente, fue "Rocambole". "Rocambole" nace en 1857 de la mano del escritor francés Pierre Alexis Ponson du Terrail y representa la transición entre la novela gótica y el folletín, por eso la saga de "Rocambole", que consta de treinta y cuatro novelas publicadas entre los años 1857 y 1870, es pionera además de ser precursora.

            "Rocambole",  al igual que "Fantomas" o "Fu Manchú", nace como un malvado villano aliado con un aristócrata británico (Sir William) al que termina matando por lo que va a prisión, escapando de ella y pasando, a partir de la cuarta novela de la saga, a convertirse en un héroe positivo, un ladrón ingenioso y caballeroso, que se enfrenta al mal y a modo de firma deja en el lugar de sus delitos una sota de corazones. Todo lo cual, supone una clara semejanza con Arséne Lupin.

            Todos estos personajes de folletín, "Arséne Lupin", "Fantomas", "Fu Manchú" y "Rocambole"; han disfrutado de adaptaciones al cine, al teatro, a la televisión e incluso al comic, pero solo uno de ellos, "Rocambole", influyó en el lenguaje dando lugar a una palabra que tiene su origen en dicho personaje, pues la palabra "Rocambolesco" se debe en exclusiva a las características definitorias de las aventuras escritas por Ponson du Terrail y de ahí que cuando hoy tanto se pondera las hazañas de "Aséne Lupin" yo prefiera, sin ningún género de dudas, a "Rocambole".

 

miércoles, 23 de junio de 2021

LOS JARDINES DE AYUSO

El pasado domingo 13 de junio de 2021 los tres partidos de la oposición; Partido Popular, VOX y "Ciudadanos" quisieron reproducir el éxito de febrero de 2019 de las masas patrióticas abarrotando la Plaza de Colón de Madrid, lugar mucho más grande que la Plaza de Oriente de la misma ciudad, y aunque no lo lograron plenamente, sí que pusieron  de manifiesto, clarines al viento y banderas en alto, sus complejos y su única finalidad.

            Partido Popular, VOX y "Ciudadanos" acusan a Pedro Sánchez y al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de querer perpetuarse en el poder a cualquier precio, incluso pactando una estabilidad gubernamental  con aquellos que desean acabar con el mismo estado que ese gobierno representa. Seguramente tengan razón afirmando tal cosa, pero no es menos cierto que el Partido Popular, partido matriz de los otros dos (VOX y "Ciudadanos"), también  hizo lo mismo cuando necesito el apoyo de los nacionalistas periféricos dándoles lo que solo ellos saben  y que hizo que un señor presidente del gobierno reconociera que hablaba catalán en la intimidad (¡¡!!) y mencionara la existencia de un "movimiento vasco de liberación" y que un líder nacionalista periférico afirmara que en una semana con el Partido Popular en el gobierno había obtenido más que en quince años con Felipe González en el poder. Así que...  ¡¡Desvergonzado aquel que sin estar libre de pecado tira la primera piedra!!.

            Pues bien, en la puesta en escena de la manifestación de la Plaza de Colón del 13 de junio pasado no faltó ningún elemento para demostrar  que lo que realmente le importa a las llamadas "tres derechas" no es el país, no es España, sino la simple conquista del poder, no sabemos muy bien para qué; también demostraron que realmente no les interesa desalojar del poder a Pedro Sánchez sino comerse unos a otros para que solo quede uno y no tener que repartir pastel alguno y, por último, igualmente demostraron que no tienen nada que decir más allá de envolverse en la bandera bicolor y gritar ¡¡España!!, ¡¡España!! como los marinos de la flota hundida en Cuba.

            Y en este contexto es donde hay que encuadrar las sorprendentes manifestaciones que hizo la triunfal y exultante presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, doña Isabel Díaz Ayuso, en las que, ni corta ni perezosa, con total desconocimiento de la historia reciente de España en la que, algunos sectores, se referían a Su Excelencia el Jefe del Estado a Título de Rey como "el cuchara" porque ni pinchaba ni cortaba y con plena ignorancia del marco jurídico-constitucional que convierte a la figura del Jefe del Estado en "El Augusto Cero", en palabras pronunciadas por don Juan Vázquez de Mella, no se le ocurre otra cosa que atribuir responsabilidades a quien es jurídicamente irresponsable diciendo: "¿Y qué va a hacer el Rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos? ¿Le van a hacer cómplice de esto?".

Las palabras de Díaz Ayuso, aplastante triunfadora en las elecciones autonómicas del 4 de mayo en Madrid y lideresa "in pectore" del Partido Popular a cuya máxima dirección aspira, no constituyen un error, una equivocación o un "jardín" en el que se ha metido sin querer sino que son la expresión de lo que realmente piensa de la Jefatura del Estado, pensamiento del que ya era portadora o tal vez adquirió cuando hacía prácticas periodísticas en Radio Intercontinental de la mano de Eduardo García Serrano.

            Ahora bien, que Isabel Díaz Ayuso dijera lo que dijo implica que en su fuero interno y no necesariamente muy interno, atribuye ciertas responsabilidades al Jefe del Estado por los indultos, pero ¿Solo por los indultos?. En puridad lógica y siguiendo la línea argumental del pensamiento expresado por Díaz Ayuso en la puerta de la sede del Partido Popular, muy cerca de la Audiencia Nacional donde han terminado no pocos dirigentes populares y muy próxima a una Plaza de Colón donde no se atrevió a acercarse; si Pedro Sánchez hace cómplice al Jefe del Estado por presentarle a la firma unos indultos, Adolfo Suarez hizo cómplice al Jefe del Estado por firmar los Estatutos de Autonomía, Felipe González hizo cómplice al Jefe del Estado por firmar la ley que despenalizaba el aborto, José María Aznar hizo cómplice al Jefe del Estado por indultar a Vera y a Barrionuevo, José Luis Rodríguez Zapatero hizo cómplice al Jefe del Estado por sancionar la Ley de Memoria Histórica y Mariano Rajoy  hizo cómplice al Jefe del Estado por estampar su firma en ley de la reforma laboral y la ley de reforma de las pensiones que suponía la pérdida de poder adquisitivo de éstas. En definitiva,  el desarrollo lógico del pensamiento de doña Isabel Díaz Ayuso, del que su discurso es solo una mínima exteriorización, lleva a la única conclusión de que el Jefe del Estado es el responsable último de todo.

            Ni Arrimadas, ni Monasterio ni Olona; Isabel Díaz Ayuso es la estrella emergente en la, por el momento, fragmentada derecha española y requiere, necesita, precisa de un discurso propio y diferenciador de los demás zorros que aspiran a entrar en el gallinero que la permita postularse, primero, como líder del Partido Popular para, luego, optar al Palacio de la Moncloa, el cual es su único y verdadero objetivo aunque para ello tenga que convertirse, además de en nueva lideresa de la derecha española unitaria, en la nueva matrona republicana.

 

miércoles, 16 de junio de 2021

LA MODA DEL "ROJIPARDISMO"

"¡¡Rojipardo, Rojipardo!!" parece ser la exclamación de moda que se vierte como anatema y execración entre la menguante intelectualidad de una izquierda española que lleva más de cien años, sin brújula, desnortada y que ha sido víctima, al igual que toda la intelectualidad izquierdista mundial, de las graves contradicciones materiales de un izquierdismo político, triunfante y en el poder.  Pero ¿Qué es ser "Rojipardo" o el "Rojipardismo"?.

            Por "Rojipardismo" parece que se entiende aquella tendencia que pretende una renovación de la izquierda con supuestos valores que no se les considera propios; pero lo cierto es que desde que la izquierda pasase de la teorización ideal del siglo XIX y principios del XX  a la realización material con las "Uniones Sagradas " de 1914 y, sobre todo, con la "Revolución Rusa" de 1917 no ha hecho otra cosa que renovar un lenguaje que justificase la negación real de sí misma y de sus pretendidas reivindicaciones. Así, antes de 1914 los entonces partidos socialistas clamaban por la liberación de la clase proletaria a través de la revolución, no obstante en agosto de 1914  a esos mismos partidos socialistas no les dolieron prendas en suscribir "Uniones Sagradas" con las fuerzas conservadoras y entregar a los proletarios del mundo a la degollina de la I Guerra Mundial y, finalmente, un sector escindido del partido socialista ruso, llamándose "bolchevique" primero y  "comunista" después, se hizo con el poder en el Imperio Ruso por medio de una revolución  violenta que prometía "Paz y Tierra" para un pueblo al que terminó desposeyéndole de toda tierra y proporcionándole tres años más de guerra. Esta "Revolución Rusa" de 1917 provocó  en los Partidos Socialistas europeos sucesivas escisiones  "comunistas" en los años inmediatamente posteriores.

            Es en la "Revolución Rusa" de 1917 donde el ideal socialista (lo que años más tarde será  el izquierdismo), se materializa completamente y se pone en práctica, pero los resultados no pudieron ser mas descorazonadores. Los primeros años bolcheviques fueron la negación de todo lo manifestado antes de alcanzar el poder, se intentó por todos los medios mantener la unidad del Imperio Ruso y, apelando a "la unidad del proletariado", se  lanzaron guerras de conquista o de reconquista sobre los territorios imperiales perdidos (Polonia, Finlandia, Estados Bálticos...), acusando de contrarrevolucionarios se favorecieron hambrunas controladas en extensos territorios como Ucrania, de escasa adhesión a la política de Moscú y, finalmente, apelando a la "Democracia Popular" se encarcelaba, torturaba y ejecutaba a todo aquel que no mostrase entusiasmo con el nuevo régimen, sus instituciones o sus líderes.

            Mientras que todos estos desmanes e incoherencias ocurrían en el interior del extenso territorio de la Unión Soviética, en el resto del mundo los partidos comunistas, partidos satélites del Partido Bolchevique Ruso o Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), se encargaban de aplicar las directrices de Moscú en sus respectivos estados y de desmentir todos estos hechos aludiendo a una pretendida campaña de agresión de las potencias capitalistas contra la "Gran Patria Obrera". En los años treinta del pasado siglo XX la fuerza de los distintos partidos comunistas experimento un gran incremento en gran medida porque los partidos socialistas, reconvertidos en socialdemócratas, o bien terminaron cayendo bajo la influencia comunista o, bien, se fueron desintegrando por su cooperación activa con las "Democracias Burguesas" y este era el panorama político europeo y mundial cuando en 1939 el comunismo soviético se avino a firmar un tratado de amistad con los nazis alemanes que no solo le dejaba las manos libres para ocupar la mitad de Polonia, los países bálticos e intentar la recuperación de Finlandia, sino que además le comprometía a proporcionar al III Reich alimentos y materias primas imprescindibles para mantener el esfuerzo de guerra germano y ofrecía el apoyo y la colaboración de los partidos comunistas de los países occidentales con ejército alemán (1).

Así se llegó a Junio de 1941, momento en que Hitler decidió atacar a la Unión Soviética e instante en que, tanto la Unión Soviética como los partidos comunistas de obediencia soviética diseminados por occidente, empezaron la resistencia al nazismo en los países ocupados  y  a lanzar una gran campaña propagandística que justificaba el acuerdo germano-soviético de agosto de 1939 como una necesidad imperiosa debido a la falta de preparación del ejército soviético para el enfrentamiento con el III Reich. Falta de preparación del ejército soviético que parece ser no le impidió rechazar con facilidad un ataque del ejército japonés en la frontera con Manchuria, invadir los países bálticos, atacar a Finlandia y suministrar alimentos, petróleo y demás materias primas a Alemania, suministros que solo podían fortalecer el poderío militar germano.

            La II Guerra Mundial, llegó a su final y los comunistas soviéticos quisieron hacer valer la mala conciencia de las potencias occidentales por haber aportado al conflicto dinero y material mientras que la Unión Soviética había aportado el personal, o lo que es lo mismo, la "Carne de Cañón"; obteniendo por ello la realización del ideal paneslavo de la época zarista extendiéndose por toda la Europa del Este y quedando como una de las dos potencias sobre la que pilotaría el mundo bipolar de postguerra.  En este mundo bipolar pronto surgió el enfrentamiento entre las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, abriéndose el periodo conocido como "La Guerra Fría".

            Durante "La Guerra Fría", Estados Unidos y sus aliados occidentales desplegaron toda clase de medios  para contener a la Unión Soviética dentro de las áreas de influencia asignadas en los Tratados de Yalta y Postdam para lo cual utilizaron enormes medios propagandísticos y de información que denunciaban el carácter totalitario y represor del comunismo, potenciaron e hicieron resurgir a los partidos Social-Demócratas e inventaron "el Estado del Bienestar".  Frente a esto la Unión Soviética intentó ganarse a los países nacidos de la descolonización y utilizaban a los partidos comunistas de los países occidentales para hacer campañas que favorecieran su política, lo que puso en el punto de mira de los servicios secretos occidentales a dichos partidos.

            Pronto estos partidos comunistas se encontraron clamando contra una supuesta agresión a la Unión Soviética por parte de las potencias occidentales y por la paz y el desarme mientras que su partido matriz moscovita favorecía el incremento del gasto militar y el rearme soviético a la vez que mantenía el apoyo a numerosos grupos terroristas y guerrilleros en el Tercer Mundo. No obstante, a los pocos años, los Partidos Comunistas de occidente se dieron cuenta que su vinculación a Moscú junto a la mejoría de la situación económica en Europa Occidental les restaba apoyos populares y de ahí que la palabra "comunista" se fuera diluyendo en el término más amplio y más ambiguo "de izquierdas", asumiendo la curiosa política  de ser contrarios a la proliferación de la energía nuclear mientras que la Unión Soviética construía deficientes centrales nucleares que darían al mundo, en 1986, el peor accidente nuclear de la historia en Chernobyll  y haciendo del ecologismo un nuevo caballo de batalla del proletariado mientras que en la URSS se contaminaba por doquier. Posteriormente, y para alejarse aún más de lo que representaba la Unión Soviética decidieron "democratizarse" y empezaron a llamarse a sí mismos "progresistas" término más amplio, ambiguo e incluso confuso que "de izquierdas" y así surgió el "Eurocomunismo" de Enrico Berlinguer y la lucha por toda clase de libertades cívicas, por  los derechos de las mujeres y por los de las minorías (homosexuales, lesbianas...), poco importaba  que el comunismo soviético persiguiera a los homosexuales en la Unión Soviética, que el icono del progresismo, Ernesto "Che" Guevara, abriera un campo de concentración para homosexuales en cuya entrada figuraba el curioso lema "El Trabajo os hará Hombres" o que al pobre Pier Paolo Pasolini se las hicieran pasar negras en el Partido Comunista Italiano por su condición homosexual.

Finalmente en 1989 la Unión Soviética se vino abajo, el Muro de Berlín se derrumbó y quedo a la vista de la humanidad entera que en "el paraíso proletario" había  hambre, infames orfanatos para niños y que el trabajador sobrevivía con unos salarios de supervivencia propios de los primeros años de la Revolución Industrial Capitalista. En definitiva, se descubrió que el comunismo, la izquierda y el progresismo, en el mejor de los casos, había fracasado estrepitosamente y en el peor que era un cuento propagandístico para que una minoría pudiera alcanzar esferas de poder y vivir holgadamente a costa de la cantinela de la "liberación del proletariado". Los años inmediatamente posteriores a 1989 fueron frenéticos, se pudo observar como muchos miembros de la "Nomenklatura" comunista soviética se convertían en ávidos especuladores financieros o en empresarios de éxito y como no pocos líderes comunistas del resto de países, antaño fervientes internacionalistas, pasaban a ser  furibundos nacionalistas todo ello con la justificación del "Derecho de Autodeterminación de los Pueblos".

            Hasta aquí una somera y breve relación de hechos fácilmente comprobables que pone de manifiesto la gran posibilidad de que el socialismo primero, el comunismo después y, más recientemente, el "izquierdismo" y "el progresismo" no hayan sido nada más que discursos poco sinceros que solo han servido y sirven para justificar el modus vivendi de no pocas personas que, proclamando la liberación de los demás, tan solo querían y quieren liberarse a sí mismos llegando al poder o a sus aledaños con la única finalidad de permanecer en el mismo sirviéndose de él para su propio beneficio.

            Con esta historia del "progresismo" todavía habrá algunos, no sabemos de qué árbol se habrán caído, de qué planeta habrán venido o qué golpe se habrán dado, que clamarán contra los que defiendan desde el "izquierdismo" un acercamiento a posturas consideradas conservadoras como la crítica a la inmigración incontrolada o el apoyo a la natalidad (2), llamándolos "Rojipardos", pero:

            ¿Era "Rojipardo" el socialista Ferdinand Lasalle cuando apoyo a Bismarck en su proyecto de Unificación Alemana?

            ¿Era "Rojipardo" Vladimir Ilich Ulianov, Lenín, cuando en 1919 dijo que el único revolucionario europeo era Gabriele D´Annuzio?

            ¿Era "Rojipardo" el socialista Noske cuando era el responsable de los Freikorps alemanes en el periodo de entreguerras?

            ¿Era "Rojipardo" Palmiro Togliatti cuando días antes de la Marcha sobre Roma, en octubre de 1922, clamaba por una unión revolucionaria comunistas y jóvenes fascistas sobre la base del programa de San Sepolcro?

            ¿Era "Rojipardo" Largo Caballero cuando aceptó ser Consejero de Estado bajo la Dictadura de Primo de Rivera?.

            ¿Era "Rojipardo" Stalin cuando suscribió y cumplió a rajatabla el acuerdo Ribbentrop-Molotov?.

            ¿Era "Rojipardo" Enrico Berlinguer cuando rompió con Moscú, invento el "Eurocomunismo" y se acercó a la Democracia Cristiana Italiana?

            ¿Era "Rojipardo" Santiago Carrillo cuando envió urgentemente a un mensajero a comprar una bandera roja y gualda para salir con ella en televisión clamando que esa también era su bandera?

            Si es así, es muy posible que el "Rojipardismo" sea consustancial al Socialismo, al Comunismo, al Izquierdismo y al progresismo por lo que todo escándalo ante el mismo está de más.

            Es de entender que "con las cosas de comer no se juega" y por tanto entendemos a los que no desean reconocer su enorme y manifiesto fracaso político y pretenden mantenerse firmes en la negación de la realidad de la que son y han sido protagonistas, pero también entendemos a los que juegan hábilmente a enmascarar su fracasada realidad y  a engañarse a sí mismos y a los demás con miserables piruetas de niñatos y niñatas que solo demuestran su completa incapacidad para asumir ninguna consecuencia.

           

 

 

 

 

 

 

 

(1) Siguiendo instrucciones de la Unión Soviética, el Partido Comunista Francés saboteaba al ejército francés mientras estuvo desplegado frente al ejército alemán y fue la primera organización política en colaborar con los nazis en la ocupación de Francia. El apoyo logístico y el suministro de petróleo de la Unión Soviética a Alemania durante 1940 y la mitad de 1941 era tal que las fuerzas anglo-francesas planearon el bombardeo de los pozos petrolíferos de Bakú para el 31 de mayo de 1941, bombardeo que no tuvo lugar por la ruptura del frente francés veinte días antes.

(2) Es curioso pero mientras que "el aborto libre y gratuito" era una exigencia del progresismo europeo occidental, en la Unión Soviética había que pasar por un exigente tribunal médico para que una mujer pudiera abortar y en otros países comunistas, como Rumanía, el aborto simple y llanamente era ilegal. Eso sin contar con que en cierta ocasión el "progresismo" occidental defendió el aborto por causas socioeconómicas lo que suponía un abandono de las teorías marxistas y un acercamiento a las teorías malthusianas.

 

lunes, 7 de junio de 2021

PASE FORAL

Estos últimos días hemos sido testigos por los medios de comunicación, de la Negativa del Gobierno Vasco de aceptar los planes del Gobierno Central para la desescalada de las restricciones impuestas por la pandemia.

            A pesar de pertenecer al Partido Político de Pedro Sánchez, los miembros del gobierno Vasco del P.S.O.E. , han dado su conformidad a la postura tomada por su Gobierno.

            Esta situación y este hecho, hoy día anómalo, de que un socio del Gobierno Central, como es el P.N.V. haya tomado la decisión de no cumplir la normativa impuesta por el gobierno Central, sin duda creará distintas y opuestas opiniones, unas contrarias y otras favorables a la decisión tomada por el Ejecutivo de Vitoria. Personalmente me posiciono a favor de la postura adoptada.

            Algunos que lean estas líneas, no comprenderán acaso, que un carlista, como es notorio que lo soy, y que tantos artículos ha publicado en defensa del carlismo y su historia, refrende una decisión política que sin duda ha partido del P.N.V. y consensuada con los miembros socialistas del Ejecutivo.

            Aparte de considerarla beneficiosa para el País Vasco, también tengo mis razones políticas para defenderla.

            Los carlistas, desde hace 188 años, hemos sido sin duda defensores delos Fueros de las Naciones de las Españas. No solo ha sido en el lema tradicional de : “ Dios-Patria-Fueros-Rey”, que continua vigente en nuestros corazones, modernizado en la década de los años sesenta del pasado Siglo por el de : “Socialismo-Federalismo-Autogestión”, que guarda la esencia del Foralismo sin renunciar a un ápice del mismo. Este sentimiento foralista, se ha recogido también por los representantes de la Dinastía carlista, y así Carlos María Isidro, en la primera Guerra carlista envía, fechada el 18 de Marzo de 1834, una carta a Zumalacarregui defendiendo los Fueros. Posteriormente en la tercera Guerra Carlista, Carlos VII, derogaba la Ley de Nueva Planta, y restituye los Fueros a Cataluña, y a los Territorios de la Corona de Aragón, jurando asimismo durante dicha guerra, los Fueros de Vizcaya en la Casa de Juntas de Guernica, y los de Guipúzcoa en la Parroquia de Santa María de Villafranca de Ordicia. Práctica seguida por sus sucesores, ya que Don Javier, Jura en la clandestinidad los Fueros de Vizcaya haciéndolo extensivo a todos los de las Españas, en Junio de 1951 ante el Arbol de Guernica. Su nieto, Don Carlos Javier, en fechas más recientes, en marzo del 2012 en el Monasterio de Irache, juró los Fueros de Navarra en castellano y Euskera, y el 1 de diciembre del 2019, en la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, juró los Fueros del Reino de Valencia, en valenciano.

            Ambas partes, ante esta postura, han manifestados que tienen elementos para defender cada una de ellas su decisión, y por ello se puede  generar un debate político y legal. Sobre el debate político, cada parte tiene sus argumentos, lo mismo que sobre la pertinencia legal de las decisiones tomadas. Ahora bien, en este momento en que se está invocando constantemente a la Constitución, parece que a muchos se le olvida lo que la misma señala en su Disposición Adicional Primera,  que textualmente dice : “ La Constitución ampara y respeta los derechos históricos delos territorios forales.  La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco dela Constitución y de los Estatutos de Autonomía”

En este caso, el Gobierno Central, ni ha respetado ni ha amparado los derechos Forales, y ni en el marco de la Constitución se ha llevado a cabo su actualización. Esto recuerdo lo prometido en el Convenio de Vergara de 1839, cuando se pactó entre el Gobierno y el General Maroto, que los Fueros serían respetados, y una vez acalladas las armas, se procedió a vaciarlos de contenido.

            Entonces, no se conocían movimientos separatistas, estos vinieron años más tarde, como reacción al creciente centralismo del Gobierno de Madrid, pero los mismos diputados liberales vascos, que eran fueristas, defendieron en las Cortes de Madrid los Fueros Vascongados y de Navarra, y los carlistas enemigos tradicionales de estos Diputados, estaban de acuerdo con lo que defendían. Posteriormente vinieron alianzas entre carlistas y nacionalistas, en defensa de los Fueros, y llegaron en las primeras elecciones de la Segunda República en llevar una candidatura conjunta, de la que fue portavoz el carlista Don Joaquín Beunza, ( que fue fusilado por milicianos en el Fuerte de Guadalupe de Hondarribia el 5 de Septiembre de 1936 ) .Otros han dicho que los acuerdos también se dieron en tiempo dela Guerra Civil, como el Pacto de San Juan de Luz, que llegado a conocimiento de Franco, reaccionó con el Decreto de la Unificación y el bombardeo de Guernica  ( prueba documental de este acuerdo no lo he encontrado por ninguna parte, y había llegado a la conclusión de que se trataba de una leyenda, una vez estando con José María Zavala, que era entonces Secretario General del Partido Carlista, le pregunté si había existido o era solamente una leyenda, y me contestó que había sido cierto ).

            Cuando en la Constitución se reconoce los derechos históricos de los territorios forales, es legítimo y lógico cuando se actúa en beneficio de toda la sociedad residente en los mismos, que se apliquen los principios Forales, y si están reconocidos los pertinentes en el Estatuto mejor, y si no lo están, por aplicación de la mencionada disposición adicional, actuar como lo ordenan los derechos históricos : se obedece pero no se cumple, como determina el Pase Foral, cumpliéndose lo ordenado por las autoridades de los Territorios Históricos, y no haciéndolo con lo dispuesto por la Autoridad Central. Derecho histórico que durante siglos se ha aplicado.

            No olvidemos, que la unión delos territorios históricos, especialmente de Guipúzcoa, a la Corona de Castilla, era un contrato sinalagmático de “dot ut des”, y en este caso Guipúzcoa se comprometía a ser leal a la Corona, y ésta a respetar y a defender la Provincia, y prueba de que la Provincia fue Leal, está en el escudo de la misma desde 1599,en que se le concedió  llevar laleyenda : “Fidelisima Vardulia numquam superata”, y que recientemente fue borrado.

 Juan José Garay

 


Seguidores

contador de visitas blogger

-0-0-0-0- Carlistes de Catalunya -0-0-0-

Archivo del blog

CARLISMO DIGITAL