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viernes, 27 de marzo de 2009

EL SIGNIFICADO DE UN SERMÓN MUY VIGENTE

Muy conocido y repetido en diversas versiones es el erróneamente considerado poema y más erróneamente atribuido a Bertolh Brecht “Cuando los nazis vinieron…” cuya traducción íntegra al castellano es la siguiente:


Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.


Este texto no es ningún poema sino que forma parte de un sermón pronunciado por su autor, el pastor protestante Martín Niemöller, en Kaiserslautern durante la Semana Santa de 1946 y cambiando los sujetos que se mencionan en el mismo tiene diversas versiones.


Realmente el texto es eterno pues, como se ha dicho en el párrafo anterior, basta cambiar los sujetos del mismo para adaptarlo a las distintas situaciones de represión que se dan hoy en día en diversas partes del mundo e incluso también en nuestro país, pero el significado del mismo no es tanto una denuncia de un estado totalitario y represivo como un ataque a la actitud individualista e indiferente de los ciudadanos.


Efectivamente, más que un ataque al régimen nazi lo que representan estas palabras es una crítica a la actitud pasiva e indiferente ante el mal que asumió la práctica totalidad de la población alemana durante las persecuciones nazis. Esta actitud que se reduce a las, entre otras, muy populares afirmaciones “Tu no te metas”, “A mi que me importa” o “no es asunto mío” es propia de las sociedades desarmadas y desorganizadas por todo estado que, de una forma u otra y bajo diferentes pretextos, fomenta la ausencia de crítica, la aceptación sumisa y la obediencia absoluta.


Es necesario que los individuos sepan y asuman que cualquier acción u omisión que realicen en el marco de su libertad particular tiene sus consecuencias, positivas o negativas, en la colectividad de la que forman parte por lo que siempre existe un compromiso con los demás que el ser individual no puede ignorar en beneficio propio salvo que, con tal actitud egoísta, quiera ser gobernado más por sus vicios que por sus virtudes y descender al Tártaro donde la degeneración ética y moral será la piedra alrededor de la cual estará condenado a caminar por siempre para beneficio de los tiranos de todo tiempo, clase y condición.

miércoles, 25 de marzo de 2009

REMIENDOS EPISCOPALES

Próxima la celebración de las festividades de Pascua y Resurrección (es decir de la Semana Santa) y ante la reforma de la actual Ley del Aborto, la Conferencia Episcopal Española ha iniciado una campaña publicitaria en la que pretende defender la vida oponiéndose al aborto comparando a un Lince con un niño de pocos meses de edad. Como apoyo a esta campaña parece ser que los costaleros de diversas cofradías procesionales portarán en sus hábitos lazos blancos para mostrar su rechazo a la Ley del Aborto.


No obstante, tanto los cartelitos y las vallas publicitarias pagadas por la Conferencia Episcopal como el detalle del lacito de las Cofradías Religiosas no se pueden considerar nada más que anécdotas para entretener a los fieles y mantenerlos en el limbo de los pusilánimes a la vez que encubren las incoherencias en las que, de forma constante, viene incurriendo la jerarquía eclesiástica española.


Si en realidad la Iglesia Católica Española, con sus prelados a la cabeza, quisiera mostrar clara y rotundamente su disconformidad con la postura gubernamental de constante agravio hacia los católicos lo tendría muy fácil tomando cualquiera de las siguientes medidas en la próxima Semana Santa:


1º. Prohibir que las procesiones religiosas sean acompañadas o escoltadas por miembros uniformados de la Guardia Civil, del ejército o de la Legión. Esta medida no solo sería una forma de protesta sino, sobre todo, un acto de coherencia y de defensa de la legalidad vigente que bien claro expresa que el Estado Español no tiene religión oficial además de ser completamente respetuosa con esa porción de españoles defensora del estado laico y que puede verse ofendida al ver a miembros de una institución del estado participando en un acto religioso con el uniforme y los emblemas de su autoridad. Así pues, si el estado es laico y además tiene una legislación o una postura política que puede considerarse poco o nada respetuosa con la población católica española se puede saber ¿Qué hace la Legión en la Semana Santa malagueña acarreando santos?.


2º. Otra medida, tal vez más radical, de mostrar el malestar de la Iglesia Católica podría ser no autorizar la salida de los pasos procesionales ni la realización de procesiones durante la Semana Santa como protesta ante la ley del aborto dejando absolutamente vacías las calles de las ciudades de arraigada tradición procesional.


¿Por qué la jerarquía eclesiástica española ni siquiera se plantea tomar cualquiera de estas medidas? ¿Por qué los distintos gobiernos del estado español, que evidentemente han llevado una progresiva legislación laicista llegando a pretender la supresión de los crucifijos de los lugares públicos, permiten que miembros de sus instituciones armadas participen con los emblemas y uniformes de su cargo en los actos religiosos?. Las repuestas y explicaciones a estas preguntas resultan muy sencillas: por dinero, por el puro y simple dinero que todo lo compra y todo lo corrompe.


Al estado español, le interesa promocionar las procesiones de Semana Santa como reclamo folklórico-turístico para atraer a los turistas extranjeros y fomentar el sector servicios aunque sea de forma temporal y periódica y a la Jerarquía Eclesiástica Española no le interesa enfrentarse directamente al estado para no perder las subvenciones que percibe del mismo en forma de salarios para el clero. Así pues los católicos debemos ser conscientes de que la campañita contra la reforma de la ley del aborto emprendida por la Conferencia Episcopal así como sus quejas, lamentos y quebrantos no son más que actos de entretenimiento para la galería dirigidos a cubrir el expediente de unas personas de discutible valor apostólico que con su mal hacer están demostrando que, de haber sido los apóstoles originales, el Cristianismo habría desaparecido en el circo romano entre las fauces de los leones.


Pero que quede muy clara una cosa. Estando las cosas como están, al igual que a una persona a la que se le reconoce su derecho a ser liberal, laicista y/o ateo le puede molestar, muy lógica y coherentemente, que los miembros de las Fuerzas Armadas escolten los pasos o directamente los acarreen, a muchos católicos también nos molesta ver los uniformes de los miembros de las Fuerzas Armadas y del Orden Público en nuestras procesiones católicas.

viernes, 20 de marzo de 2009

ESTE AÑO 2009: TAMBIÉN LARRA

Como este es un país de conmemoraciones, que cuando no conmemora los veinticinco años de algo es porque esta conmemorando los cincuenta o, mejor aún, los cien, es de justicia indicar que este año 2009 además de ser el año de Darwin es también el año del bicentenario del nacimiento de Mariano José de Larra, quien precisamente en este mes de Marzo, en su día 24, hará doscientos años de su venida al mundo.


Mariano José de Larra, fue hijo de un médico josefino, es decir de un afrancesado partidario de José Bonaparte que tuvo que partir al exilio junto con su familia siguiendo a los ejércitos franceses tras la derrota de Napoleón en la Península Ibérica. En Francia, concretamente en Burdeos y en París, pasó Mariano José de Larra cinco años de su infancia para volver a España en 1818 agraciado por la amnistía otorgada por el desgraciado (para los españoles) Fernando VII.


Después de terminar sus estudios en 1827, ingresa en los Voluntarios Realistas, aunque ya en esa época empieza a cultivar la poesía y la sátira convirtiéndose pocos años más tarde en el primer periodista español del Siglo XIX.


Sus artículos periodísticos publicados bajo el pseudónimo de Fígaro en el periódico “El Pobrecito Hablador” y en “La Revista Española” son de contenido diverso y abarcan desde la crítica literaria a la crítica política y social, pudiéndose considerar precisamente estos últimos, como precursores del regeneracionismo que a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, sería el ideario aglutinante de la Generación del 98.


En sus artículos de crítica política acude Larra a cuadros costumbristas para denunciar, con cierta ironía y buen sentido del humor, los males que atenazan al país siendo de sobra conocidos los artículos “Vuelva Usted Mañana”, “El Castellano Viejo” y “Los Calaveras” en los que refleja el espíritu de todo un pueblo sin pulso y caracterizado entonces, prácticamente al igual que hoy, por la finalidad vital de conseguir introducirse en la burocracia funcionarial del estado para vivir con el menor esfuerzo y la mayor estabilidad posible, por la vulgaridad y el patriotismo grosero y la vida alegre, frívola y carente de responsabilidad.


Este profundo dolor por España que Larra muestra en sus artículos políticos hizo que muchos representantes de la Generación del 98, entre los que se encontraban Azorín, Baroja y Unamuno, se sintieran identificados con él depositando en 1908 una corona de flores ante su tumba como muestra de sentido homenaje.


Larra sufrió durante su vida literaria los golpes de la censura y la carencia de la libertad de expresión viendo prohibida en 1834 su pieza dramática “Macias” a pesar de mostrarse leal servidor de la causa de Maria Cristina, viuda de Fernando VII y posterior señora de Muñoz, a la que prestó grandes servicios con su pluma atacando duramente a don Carlos V y al Carlismo, siendo curioso que no fueron éstos quienes le mostraron desprecio ni quienes, en último extremo, le llevaron a la muerte y siendo muy posible y paradojico que hubieran sido los únicos capaces de cambiar el rumbo de la política y de la sociedad española para evitar que se encallase en la oligarquía y en el caciquismo como la forma de gobierno denunciada por Joaquín Costa en su obra homónima y, que de una forma u otra, subsiste en nuestros días.


La muerte de Larra por su propia mano, la noche del 13 de Febrero de 1837, en la calle Santa Clara, número 3 de Madrid se ha atribuido a razones amorosas e incluso al terror que sentía el literato ante la proximidad del general carlista Ramón Cabrera que en esas fechas se encontraba con su ejército en Vallecas amenazando con tomar la capital, pero muy posiblemente la causa de su suicidio se deba a su creciente desaliento y a su inconformidad ante el curso de la sociedad y de la política españolas que lamentablemente no ha variado en estos doscientos años.

domingo, 15 de marzo de 2009

ASÍ PIENSO: IDEAS, CREENCIAS, AFIRMACIONES Y RECHAZOS

A tenor del contenido de diversos comentarios, creo que se hace imprescindible que exponga lo más claro que me sea posible, cuales son mis ideas, las cosas en las que creo, las que me gustan y las que no me gustan. Así pues, ahí va.


Creo sinceramente, que este mundo enloquecido en general y esta España nuestra en particular van por un camino que no conduce a ningún buen fin. Entre otras cosas, el desprecio por el Medio Ambiente amparado en un imprescindible desarrollo económico que solo termina beneficiando a una minoría muy minoritaria de la humanidad, la crítica demoledora a todo sistema de valores con la finalidad de crear una sociedad amoral, los medios de información masivos tendentes a desinformar y a crear una opinión pública sin criterio, homogénea y conforme con los mandatos del poder y la progresiva justificación del hombre solo en tanto en cuanto es consumidor vienen a corroborar esta opinión mía.


Afirmo que el nacionalismo es el último refugio de los canallas como prueba el hecho de que los más nacionalistas de hoy eran los que hace pocos años militaban en el más radical izquierdismo internacionalista. Por ello rechazo todo concepto de nación que vaya más allá de significar un “grupo de personas procedentes de un mismo lugar” y le contrapongo la idea de Patria, que no solo implica una comunidad humana forjada por siglos de historia y constituida en Estado sino también una tradición heredada que hay que respetar y, sobre todo, una tradición por legar.


Niego el derecho a decir estupideces a los que, por su formación cultural o por el puesto que ocupan en las administraciones públicas, no tienen derecho a decirlas.


Afirmo que la actividad política es un servicio público tendente al bien común y por tanto la mayor virtud de un político es la honradez. Rechazo la idea liberal de que en la persona del político se debe distinguir entre su vida pública y su vida privada porque los políticos no tienen vida privada ya que la “moral particular y privada no es diferente de la moral política y pública”.


Creo que no solo hay que confiar la justicia a las leyes porque las leyes, como obra humana que son, pueden ser imperfectas, y afirmo que por encima de toda legislación humana se encuentra el Derecho Natural y nuestra propia conciencia individual a la que siempre se debe ser fiel. Por tanto creo en el Imperio de la Virtud más que en el Imperio de la Ley.


Afirmo que la base de la administración de justicia penal, esta en la supremacía moral del Juzgador sobre el juzgado, si tal supremacía no existe y el Juzgador está al mismo nivel que el juzgado o incluso por debajo de él, el primero pierde toda legitimidad y toda sentencia se convierte en una aberración animal.


Rechazo el culto que las sociedades actuales rinden a la economía sometiéndola todas las demás facetas de la existencia y, lejos de cuestionarme tal o cual sistema económico, me cuestiono la economía misma. Niego que la globalización sea beneficiosa para la humanidad porque tal globalización no es más que el internacionalismo capitalista que ha sustituido a los “Proletarios” por los “Capitalistas” en el viejo lema de “Proletarios del mundo, uníos”.


Creo en un Socialismo que materializando la afirmación de San Pablo de que “lo que en unos sea exceso, revierta en lo que es necesario para otros” sea además Patriótico frente a las tendencias cosmopolitas y homogeneizadoras y Universal frente a la actual globalización liberal-capitalista y al antiguo internacionalismo marxista.


Afirmo que la libertad exige responsabilidad y que los ciudadanos solo son libres si de forma directa y responsable participan de forma continuada en las cosas del gobierno, teniendo además capacidad para revocar poderes en cualquier momento a sus representantes; creo por tanto que la democracia liberal es una idea falsa que solo da una apariencia de libertad abstracta al tiempo que de forma real la niega.


Niego que la limitación de los poderes de un estado pueda venir de una Ley Suprema o Carta Magna y afirmo que solo potenciando la articulación de la Sociedad Civil por medio de cuerpos intermedios se garantiza que los poderes políticos no caigan en tendencias dictatoriales. Asimismo afirmo que la Institución Monárquica solo tiene justificación si se convierte en la Magistratura Última que garantice los derechos y libertades de los pueblos.


Creo en la defensa de las Culturas y desprecio la idea de Civilización que no es más que la fase última, crepuscular y decadente de una Cultura. Afirmo que en la actualidad existe un total desprecio hacia la cultura siendo uno de los mayores males de la sociedad occidental moderna el que sus individuos han pasado del estado salvaje al estado civilizado sin pasar por la cultura.


Amo las ruinas antiguas porque ellas son testimonio de gestas realizadas por grandes hombres inspirados por bellas ideas. Amo las bellas y sublimes ideas en cuya defensa la muerte no es más que la rúbrica de un testamento. Añoro los antiguos tiempos en los que se veneraba el honor y la lealtad, desearía el retorno a los tiempos caballerescos en donde pudiera existir buen señor del que ser buen vasallo…


Ya se, ya se… Antiguo, reaccionario, raro, decimonónico, pero SOY YO y con pocas pretensiones que vayan más allá de la de mantenerme en pie en un mundo en ruinas.

viernes, 13 de marzo de 2009

FILANTROPÍA, CARIDAD Y JUSTICIA

Una de las ultimas encuestas que sobre el perfil sociológico de los españoles realiza periódicamente el C.I.S. (Centro de Investigaciones Sociológicas) revela que somos, entre otras cosas, mas solidarios y menos heroicos. Ahora intentaremos analizar lo que esta "solidaridad y falta de heroísmo" significa.


El C.I.S. califica a los ciudadanos de "solidarios" basándose en los datos que indican una numerosa participación en organizaciones no gubernamentales y en las actividades "filantrópicas" que estas desarrollan. La filantropía (término este acuñado en el siglo XVIII y que etimológicamente proviene de las palabras griegas “filos” y “antropos” significando textualmente "Amor al Género Humano" tiene su origen en la lucha a muerte que sostuvo y aun sostiene el liberalismo contra la Iglesia Católica. Siendo patrimonio del Catolicismo la virtud teologal de la "Caridad"; el liberalismo necesitaba algo similar para contraponer y así surgió la "filantropía" y con ella multitud de sociedades filantrópicas.


La "filantropía" se diferencia de la "Caridad" en que la primera prescinde de los requisitos de la existencia de Dios y del sometimiento a sus leyes, mientras que la "Caridad" exige la creencia en Dios y la obediencia a sus preceptos para ejercitarla. Es mas, mientras la "filantropía" se ejercita para con otros hombres, la "Caridad" se practica exclusivamente para con Dios, aunque de esta practica puedan derivarse y de hecho se deriven la mayor de las veces beneficios para el prójimo.


El filántropo puede ser católico o no, hombre religioso o ateo, mientras que el hombre caritativo, a fuer de no caer en una contradicción in terminis, ha de ser un hombre profundamente religioso.


La "filantropía" ha sido y es el entretenimiento de hombres ociosos con cierto poder adquisitivo que generalmente se agrupan en asociaciones, fundaciones e incluso sociedades secretas. A sensu contrario, la "Caridad" puede ser ejercida por cualquier persona sin distinción alguna ya que un acto caritativo no solo consiste en "dar dinero a un pobre", sino que también puede consistir en enseñar a quien no sabe, sacar del error a quien esté inmerso en él, etc ...


Una ultima, y no por ello menos importante, diferencia entre la "Caridad" y la "filantropía", la encontramos en el desinterés. La "Caridad" se practica desinteresadamente, sin intención alguna de obtener un beneficio económico, fiscal o laboral, en cambio, en el ejercicio de la "filantropía" sí existe tal interés, tal afirmación se demuestra con los múltiples beneficios fiscales y subvenciones que reciben las sociedades filantrópicas (hoy llamadas Organizaciones no Gubernamentales) y con las referencias a tales actividades que se hacen en los "Curriculums" a la hora de solicitar algún puesto de trabajo.


En relación con esta eclosión de un sin numero de voluntarios que sientan plaza bajo no sé qué bandera, de un humanismo desmesurado y de un amor apasionado al hombre que inunda esta sociedad nuestra de principios de siglo, surge, porque tiene que surgir, la otra cualidad de la que son legítimos propietarios los españolitos de hoy y que es la falta de heroísmo o sentido del sacrificio.


La falta de heroísmo esta íntimamente relacionado con la practica filantrópica porque la "filantropía" es un fin en si misma, quien la practica suele dedicar a la misma unas cuantas horas a la semana o quizás al mes dando unos Euros o visitando a algún necesitado y con ello el filántropo considera que ha cubierto todos sus objetivos para con la sociedad. En cambio, la practica de la "Caridad" no se agota en si misma, al hombre religioso que la practica, se le exige además que practique las otras dos virtudes teologales (Fe y Esperanza) y también las "Virtudes Morales", entre las que se encuentra la JUSTICIA. Siempre se ha dicho que "La Caridad alivia el mal, pero no lo remedia" y no lo remedia porque no tiene la misión de remediarlo. El deber de remediar los males materiales que existen en el mundo corresponde a la JUSTICIA y el hombre caritativo por ser hombre religioso y, más aun católico, tiene también que practicar la virtud de la JUSTICIA y luchar, si ello fuera necesario, para imponerla en el mundo.


El hombre caritativo, para no ser un católico emasculado, ha de luchar infatigablemente por la Justicia soportando en esa lucha todas las penalidades y sufrimientos que sean necesarios y por eso podemos afirmar que los hombres que esto hiciesen estarían recorriendo el duro camino que culmina con la obtención de las palmas del martirio o los laureles del heroísmo. En el otro lado de la balanza, el filántropo, al contentarse con su mediocridad, nunca exigirá el imperio de la Justicia y por ello jamás sentirá la necesidad de arriesgarse en ninguna lucha por la consecución de algún alto ideal.


Hoy, a comienzos del Siglo XXI, cuando la "Caridad" parece retroceder ante el avance de la "filantropía", la cual fue definida por el ilustre Chateubriand como "la moneda falsa de la Caridad", surge el filántropo como un nuevo tipo de hombre que caracterizara a la sociedad de la que forme parte como CONFORMISTA, HIPOCRITA, COBARDE y sobre todo PELIGROSAMENTE CONTRADICTORIA.

viernes, 6 de marzo de 2009

2009: EL AÑO DARWIN

En este año 2009, se conmemora el bicentenario del nacimiento del naturalista británico Charles Robert Darwin (12 de Febrero de 1809 – 19 de Abril de 1882) con la preparación de numerosos actos de homenaje en diversos lugares del mundo, respondiendo todos ellos a la oficialidad relativa de su pensamiento y teorías.


Desde que Darwin regresara a Inglaterra tras su travesía científica de más de cinco años en el buque “Beagle” en la que dio la vuelta al mundo recopilando ejemplares de flora y fauna y haciendo innumerables estudios geológicos, se dedicó a profundizar en todos sus descubrimientos y observaciones científicas que, tras ser ordenados y debidamente redactados se plasmaron en su obra fundamental: “El Origen de las Especies” cuyo título completo resulta extremadamente llamativo al ser “El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Conservación de las Razas Favorecidas por la Lucha por la Vida”.


Las teorías de Darwin son sobradamente conocidas y se pueden resumir en que todos los seres humanos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural en el cual algunas especies se han extinguido o han quedado retrasadas por una inadaptación al medio, perpetuándose los cambios beneficiosos o el inmovilismo perjudicial por las inexorables leyes de la herencia biológica.


Aunque en un principio la teoría de la evolución fue considerada contraría a la teoría del creacionismo cristiano lo que provocó a Darwin grandes problemas con la Iglesia Anglicana (que llegó a condenar al autor y a su obra), hoy en día es comúnmente aceptada por la comunidad científica y se considera la base de la actual síntesis evolutiva moderna y el origen del nacimiento de la biología como ciencia, a pesar de que en las escuelas públicas de determinados estados de Estados Unidos aún se mantiene la prohibición de la enseñanza de las teorías darwinistas más bien para evitar el debate y la polémica garantizando la concordia entre los ciudadanos que por evitar hipotéticos escándalos.


No obstante, tanto la persona de Darwin como sus teorías presentan sombras importantes. Siendo no solo cierto que las teorías darwinistas no contradicen el creacionismo ni dan respuesta al origen de la vida sino que incluso “El origen de las Especies” termina con la afirmación del origen divino de la vida, no lo es menos que el Darwinismo ha servido y sirve, directa o indirectamente, de base para el desarrollo de aberrantes ideas éticas, económicas y políticas en algunas de las cuales el propio Darwin tuvo mucho que ver tales como la eugenesia y el darwinismo social.


Charles Darwin se mostró muy interesado en los argumentos de su primo Francis Galton expuestos en 1865 y que afirmaban que “los análisis históricos de la heredabilidad mostraban que los rasgos mentales y morales podían ser hereditarios, y que los principios de la cría animal se podían aplicar también a humanos”, llegando a escribir en su obra “El Origen del Hombre” que “si se ayuda a los débiles a sobrevivir y procrear se podrían perder los beneficios de la selección natural y aceptando, aunque como utópica, la idea de Galton de que “incentivar los matrimonios entre los miembros de la casta de aquellos que han sido mejor dotados por la naturaleza” era el “único procedimiento factible (…) de mejorar la raza humana”. Tras la muerte de Darwin, en 1883, Galton denominó “Eugenesia” a la disciplina encargada de la mejora biológica de la raza humana iniciándose, con este pretexto científico, grandes programas eugenésicos que comprendían en un principio la prohibición de casarse a los considerados “imbéciles, epilépticos o débiles mentales” y, posteriormente, la esterilización masiva de personas consideradas deficientes mentales siendo el pionero de todos los programas eugenésicos el iniciado en Connecticcut (Estados Unidos) en 1896.


Por otra parte la teoría de la evolución de Darwin se convirtió en una forma de justificación de las diferencias sociales y raciales dando lugar a los principios de la “supervivencia del mejor adaptado en el progreso del libre mercado” sostenido por Herbert Spencer y que vendría a justificar que millones de seres humanos padezcan escasez y pobreza ya que todo ello sería debido a su total falta de adaptación a las exigencias del medio económico. De hecho en el momento presente instituciones financieras internacionales realizan continuos informes sugiriendo (o imponiendo) constantes modificaciones económicas y laborales que permitan la adaptación de las sociedades y de los estados a las exigencias del habitat económico del libre mercado.


No se puede poner en duda que los descubrimientos de Darwin supusieron en su momento un gran avance para la ciencia que le debe eterno agradecimiento, pero tampoco se pueden negar las nieblas y tormentas morales que presentan las consecuencias de la manipulación social y política de tales descubrimientos y que, siendo muy justas las conmemoraciones que se han proyectado para este año, lo qué no resulta tan loable es la intención con la que mayoritariamente se han planificado las mismas al entreverse que tienen por objeto principal enfrentar al científico con toda moral y religión. El desarrollo y la manipulación posterior de las teorías de Darwin son el claro ejemplo de que Francis Bacon tenía razón al afirmar que “la religión es la esencia que impide que la ciencia se corrompa”.

domingo, 1 de marzo de 2009

LA JUSTICIA GRATUÍTA EN PELIGRO

Eclipsada por la huelga de los funcionarios de la administración de justicia y la polémica jornada de paro convocada por los propios jueces y magistrados aparecen las poco escuchadas reivindicaciones de los abogados (y también, es justo decirlo, de los procuradores) adscritos al Turno de Oficio.


Desde las administraciones central y autonómica se pretende hacer creer que los abogados de oficio solo plantean una mera reivindicación económica consistente en la subida de los baremos de compensación económica establecidos en el año 2004 en el caso de la Comunidad Autónoma de Madrid, pero lo cierto es que los motivos de discusión son mucho más amplios ya que el propio derecho a la Justicia Gratuita establecida en la Constitución de 1978 esta en peligro de extinción.


En primer lugar es imprescindible que el común de los ciudadanos conozca en qué consiste el servicio prestado por los abogados de oficio. En este sentido hay que poner de relieve varios aspectos totalmente desconocidos:


En primer lugar hay que indicar que los abogados adscritos a los diferentes Turnos de Oficio no solo ponen a disposición del justiciable designado sus conocimientos jurídicos, su arte profesional y su tiempo (todo ello valorable económicamente), sino que, además, financian los pleitos adelantando de su propio bolsillo los diversos medios y materiales necesarios para las pertinentes defensas como son los gastos proporcionales de despacho (luz, teléfono, alquiler…), todos los consumibles como son el papel, la tinta de las impresoras, el tóner de las fotocopiadoras y por último todos gastos relativos a los actos de comunicación escrita imprescindibles y de transporte como pueden ser los sellos, los telegramas, los burofax y los gastos propios del vehículo. Por todo ello los abogados de oficio vienen percibiendo hasta ahora no solo de forma impuntual, sino que en el último año incluso con un gran retraso una compensación económica que tiene una media de trescientos euros brutos por pleito completo y que, también últimamente, es solo parcial pues debido a desajustes presupuestarios en el tercer trimestre del año 2008 solo fue del 29 por ciento de lo estipulado legalmente.


El segundo aspecto desconocido es que la justificación para el cobro de estas compensaciones es altamente complicado pues implica la dedicación en exclusiva del letrado de uno o dos días para hacer las fotocopias de sus actuaciones y de las resoluciones judiciales a justificar y que no pocas actuaciones y trabajos jamás se pueden justificar por falta de resolución que ponga fin al procedimiento (es el caso de los autos de sobreseimiento que generalmente no se comunican al letrado) o por la inmensa demora de los procedimientos los cuales pueden estar paralizados durante años.


Por otro lado el derecho a la Justicia Gratuita, consagrado en nuestra Constitución y que garantiza que todos aquellos que no tengan medios económicos suficientes para contratar los servicios de un profesional del derecho podrán disponer de un letrado y un procurador independientes designados de entre los adscritos al Turno de Oficio de cada Colegio profesional que les asesoraran y les defenderán en los procedimientos oportunos, se encuentra gravemente amenazado por la improvisación de las administraciones y la voracidad de algunos grandes despachos de abogados.


La Justicia es ante todo un servicio público al igual que lo es la sanidad. Este servicio público que es la Justicia se ha visto altamente demandado en los últimos años a causa del incremento demográfico y la constante inclusión en las leyes de conductas sociales que, cada vez más, alcanzan relevancia jurídica. Este incremento en la demanda del servicio de Justicia Gratuita ha provocado un repentino incremento del gasto no solo consistente en el pago de las compensaciones económicas establecidas para los profesionales del Turno de Oficio, sino también en la constante creación de Juzgados y contratación de personal para los mismos, todo ello derivado del incremento en el número de los procedimientos judiciales que no ha sido previsto en ningún momento por las distintas administraciones públicas más proclives a hacer obras faraónicas y de dudosa utilidad como la Ciudad de la Justicia en la Comunidad de Madrid y que han ido en detrimento del servicio que sufre actualmente importantes recortes como es la no designación del imprescindible Procurador que represente a los justiciables en los procedimientos abreviados administrativos, lo que conlleva, de hecho, la imposibilidad del acceso a la justicia de un sector importante de la población económicamente más débil como son los inmigrantes.


A esta grave situación se le añade el afán privatizador de muchos gobiernos autonómicos, entre los cuales esta el gobierno de la Comunidad de Madrid, y el anhelo voraz de hacerse con el monopolio de la prestación del servicio por parte de algunas concretas firmas o despachos jurídicos. La privatización del servicio de Justicia Gratuita y cuya gestión hasta ahora viene atribuida por Ley Orgánica a los Colegios Profesionales de Abogados y Procuradores plantea la cuestión de la falta de independencia del letrado a la hora de asumir la defensa jurídica del justiciable y un mayor deterioro en la prestación de tal servicio ya que, una vez privatizado, la empresa adjudicataria podría pactar tácitamente con la administración recortes en el mismo llevando a un incremento en el número de conformidades en los procedimientos penales y a una reducción drástica en la interposición de demandas civiles, administrativas y laborales así como un incremento en los allanamientos en las respectivas contestaciones a las demandas planteadas, todo ello al amparo de la falta de los más mínimos conocimientos jurídicos del justiciable y ante la imposibilidad del mismo de poder acudir al asesoramiento gratuito de letrado alguno para interponer quejas o demandas contra la mala prestación del servicio. La privatización de la prestación del servicio de Turno de Oficio tendría estas consecuencias inmediatas sin entrar a considerar que tales prácticas reducirían también los gastos en la financiación de los pleitos que tendría que asumir la empresa que asumiera la defensa de oficio, incrementándose de este modo sus beneficios económicos y empresariales por lo que al final lo que se están denunciando realmente los abogados de oficio es el reparto de un nuevo pastel similar al que pretende repartir en Madrid con el servicio de abastecimiento de agua que presta el Canal de Isabel II.

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