Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello... Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión. ¡Pero el Estado...! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya es distinto! No se puede mandar el Estado a prisión. Por lo tanto, el Estado puede continuar endeudándose.
¡Todos los Estados lo hacen! Colbert: ¿Ah sí? ¿Usted piensa eso? Con todo, precisamos de dinero, ¿y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables? Mazarino: Se crean otros. Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres. Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible. Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos? Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí. Colbert: Entonces, ¿cómo hemos de hacer? Mazarino: Colbert, ¡tú piensas como un queso de Gruyere o como un orinal de enfermo! Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a esos a los que debemos gravar con más impuestos..., cada vez más..., ¡siempre más!
A esos, ¡cuánto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos!
¡Son una reserva inagotable!
¿Alguien encuentra algún paralelismo con la situación actual en España?
Siempre se ha dicho que una de las intenciones del Gran Kan (Ogodei, hijo de Gengis Kan) en su avance por Asia y Europa era establecer el nomadismo como forma de vida. De ser cierta esta suposición, los europeos nos salvamos de dejar de existir gracias a la combinación de diplomacia y de milicia que logró detener a la Horda de Oro a orillas del Danubio.
No obstante, hoy, ochocientos años después de aquellos acontecimientos, parece que la vieja intención mongol triunfa y se incorpora como valor occidental en la política de la liberal Europa pues, con la denominación y el pretexto de la libre circulación de personas y mercancías, se pretende instaurar cierta forma de nomadismo como forma de vida de la próxima generación.
El nuevo nomadismo (de aquí en adelante, neonomadismo) surge como una necesidad de la política económica liberal capitalista para mantener sus beneficios al permitirle importar y/o exportar mano de obra de todas las categorías laborales allí donde radiquen sus centros de producción.
Para la instauración de este neonomadismo, el liberalismo ha ido modificando progresivamente los valores occidentales a la vez que, poco a poco, ha ido creando las circunstancias objetivas para que la población lo acepte voluntariamente e incluso con cierta alegría, como una nueva forma de vida impuesta por unos supuestos avances sociales y políticos que a todos nos benefician.
Teniendo en cuenta que lo que vincula moralmente a los individuos al territorio en el que nacen y dan sus primeros pasos es la familia y el sentido de sentirse miembro de una comunidad con una historia común, que es la base del patriotismo; el liberalismo capitalista no ha dudado en atacar los valores familiares y en ridiculizar los sentimientos patrios lo que con el tiempo ha conseguido modificar notablemente el concepto de las obligaciones familiares donde se acepta y se asume que lo bueno y progresista es que las jóvenes generaciones se desentiendan de toda responsabilidad hacia sus mayores y hacia la sociedad a la que pertenecen.
Por otra parte, los individuos también se vinculan al territorio materialmente por medio de la propiedad de su vivienda habitual, es decir de un bien inmueble (no movible) a los que en otros tiempos se llamaban comúnmente “Bienes Raíces” y por tener en dicho territorio el medio de ganarse el sustento. En este sentido, es de indicar que curiosamente y como si se tratara de una “campaña de concienciación” llevamos ya muchos años en los que diversos medios de comunicación difunden la idea de que es mejor alquilar que comprar la vivienda y que en realidad la tasa de propiedad de la vivienda en España es mucho mayor que en cualquier otro país europeo más desarrollado, lo que unido al precio que ha adquirido la vivienda en nuestro país, ha hecho en gran medida que haya menos población que pueda tener su vivienda en propiedad.
Ciertamente, cada vez es mayor el número de españoles que jamás podrán tener una vivienda en propiedad, lo cual no es indicativo, tal y como se pretende, de un mayor desarrollo pues los medios se cuidan mucho de explicarnos que en los países como Estados Unidos donde muy poco porcentaje de personas tiene su vivienda en propiedad es porque la mayoría de las propiedad inmobiliarias son propiedad de empresas o de particulares que las dedican para obtener rentas urbanas a través de los arrendamientos.
Así pues, una generación de ciudadanos a la que, desde los medios de información y desde el poder, se le han inculcado las ideas de que no existe responsabilidad familiar que asumir, que la patria es una idea ridícula en los tiempos que corren y a la que, materialmente, se le imposibilita el acceso a la propiedad de la vivienda y no se le garantiza la estabilidad laboral para poder ganarse la vida, es una generación desarraigada y predispuesta a constituir una población nómada.
El neonomadismo que se pretende imponer no es equiparable a la emigración económica tradicional como la que hubo, por ejemplo, en los años cincuenta del siglo pasado. En la emigración económica tradicional, la persona que sale de su país para buscarse la vida tiene un destino concreto en el que va a instalarse para trabajar durante un periodo de tiempo más o menos largo, conservando la intención de regresar a su país de origen con el que jamás rompe definitivamente los lazos y donde remite la mayor parte de las rentas que se obtiene por el trabajo consumiendo y gastando muy poco en el país de acogida. En el neonomadismo, la persona que sale de su patria carece de un destino concreto pues siempre está dispuesta a moverse, a desplazarse más allá, a ir más al Este o al Oeste, se asimila al entorno inmediatamente cercano que le rodea en el extraño país con el que se termina confundiendo y finalmente vive “al día” y “sobre el terreno” teniendo muy pocas intenciones de regresar a su país de origen o, en todo caso, solo tiene la intención de retornar una vez finalizada su vida laboral.
De imponerse y aceptarse el neonomadismo como forma de vida, estaríamos ante el triunfo definitivo del totalitarismo economicista porque, no solo sería la materialización de la victoria de la idea de que el ser humano solo cuenta en tanto en cuanto sea susceptible de valoración económica por su capacidad productiva (aquello que Marx denominó “fuerza de trabajo”), sino que además acabaría con las diferencias y culturas nacionales generando grandes beneficios para la economía capitalista de libre mercado al permitirla deslocalizar en cualquier momento y circunstancia los centros de producción industrial situándolos allí donde se puedan generar los mayores beneficios a favor de unos pocos con la seguridad de que tras los mismos se desplazaran masas trabajadoras, más o menos cualificadas y desesperadas en busca de su sustento por lo que jamás les faltará mano de obra dispuesta a trabajar bajo cualquier condición.
Este artículo fue escrito en 2003 a causa de la eurofobia desatada en USA ante la oposición de Francia y Alemania frente a la guerra de Irak. hoy retoma actualidad ante la decisión del gran Obama de permitir la detención indefinida y sin cargos
Con motivo de la última crisis político-militar con Irak y la postura (o tal vez solo pose) contraria a una guerra sin condiciones previas de algunas potencias europeas como Francia y Alemania, numerosas plumas y plumillas subvencionadas, dignísima encarnación de esa “intelectualidad de alquiler” que prolifera en los periódicos y programas televisivos de Occidente; han emergido desde la más profunda sima de los reptiles para ganarse el sueldo y, poniendo el grito en las ondas y el borrón sobre el papel, cuestionar el antibelicismo popular y la posición de tales potencias sacando a pasear fantasmagorías del pasado y la amarillenta factura de lo que Europa debe a los Estados Unidos de América.
Tal factura, que estos sucedáneos de inteligencia pretenden impagable, comprendería en el haber del “Amigo Americano” importantísimos conceptos siendo los más importantes de ellos, cuando no los únicos, la liberación de Europa del yugo hitleriano y, haciendo concesiones a los anticomunistas trasnochados, la defensa de la Europa Libre frente al avance comunista durante la denominada “guerra fría”. Desde luego ignoran tales contables ocasionales el precio que Europa ha venido pagando por tales supuestos servicios, no ya desde 1945, sino desde 1917 año en que Estados Unidos decidió intervenir en las cuestiones europeas perentoriamente reclamado por la defensa de los intereses de Su Británica y Graciosa Sucursal Europea. Ahora bien, ignoran estos nefastos economistas domésticos diversos aspectos de tales cuentas que las hacen de pago no exigible aparte de que ha habido numerosos pagosdescontables.
En primer lugar, no se puede blandir, el desembarco en Normandía, la liberación de Francia y la rendición alemana de Reims para que los europeos nos inclinemos anteEstados Unidos dándoles apoyo en todas las aventuras imperiales que vienen emprendiendo especialmente en los últimos diez años y ello porque, como siempre les pasa a esos colonos de revolver al cinto, gatillo engrasado, y cerebro reblandecido por la Treponema, el problema que solucionaron o pretendieron solucionar en las horcas levantadas en Nuremberg fue un problema que ellos mismos crearon, organizaron y financiaron. No se puede negar, y hacerlo es de ignorantes, que originariamente, el movimiento hitleriano, fue financiado por el empresario e industrial norteamericano Henry Ford con la intención de que sus unidades de asalto (las S.A) al mando del general alemán Ludendorff y con el apoyo del grupo de rusos blancos dirigido por Víctor Savinkhov invadieran la Unión Soviética a mediados de los años veinte del pasado siglo. Por tales servicios financieros, o tal vez por la aportación que al ideario nazi supuso la obra de Ford “El judío internacional”, este curiosísimo personaje, fiel heredero del aventurero David Crockett y del filibustero Walker, fue condecorado con la “Orden del Águila” máxima recompensa del III Reich para extranjeros (1).
En segundo lugar, y por los mismos motivos aducidos anteriormente tampoco se puede pretender que Europa pague al Tío Sam porque éste impidiera la expansión de la Unión Soviética hasta Finisterre. Al fin y al cabo, en 1918, cuando la situación militar y social con la que se enfrentaban los bolcheviques indicaba que acabarían siendo derrotados, los Estados Unidos, nuevamente en unión con su Real Sucursal Británica, decidieron abandonar a su suerte a los ejércitos blancos retirando sus fuerzas militares de las posiciones que tenían ocupadas en Crimea y Arcángel. Posteriormente cuando, a mediados de los años veinte del siglo anterior, la situación económica soviética era tan desastrosa que toda la URSS sufría terribles hambrunas, los Estados Unidos acudieron en su ayuda colaborando en la Nueva Política Económica (NEP) impulsada por Stalin e instalando fábricas de automoción y tractores en territorio soviético (por cierto, que en esta tarea encontramos de nuevo al industrial Henry Ford aunque esta vez no tuvo la suerte de ser recompensado con la “Orden de la Bandera Roja”). Y por último hay que recordar, que si media Europa cayó a partir de 1945 bajo la influencia soviética y la “maldad comunista” (si es que el comunismo es malo, cosa que el que suscribe ignora, porque en estos tiempos de confusión provocada cada vez le resulta más difícil distinguir entre lo bueno y lo malo), fue porque los norteamericanos siempre en comunión con los británicos acordaron en Yalta y Postdam entregar la mitad de Europa a Stalin además de unos trescientos mil cosacos de “regalo” para que generosamente fueran masacrados en los gulags soviéticos.
Estas son las supuestas “cuentas a pagar” por Europa a Estados Unidos según los modernos voceros de las “gacetillas de Hearts” (el mismo que era capaz de organizar una guerra a partir de una foto), no obstante estos chicos de los recados, entre los cuales también se encuentran no pocos políticos con complejos, ocultan o ignoran lo que el Viejo Continente ha pagado a los Norteamericanos o lo que éstos han sacado de él en los últimos cien años. Así deberían mencionar el expolio sufrido por Europa en su ciencia y tecnología a la que los norteamericanos deben agradecer en gran parte el desarrollo de su industria naval y la totalidad de sus programas nucleares (tanto civiles como militares) y de sus programas aero-espaciales. Igualmente deberían recordar el saqueo cultural al que gran número de potencias europeas fueron sometidas al termino de la última contienda mundial por los “liberadores transatlánticos” y la imposición a los estados europeos de una política descolonizadora espasmódica y convulsiva que condenó a casi todos los pueblos del Hemisferio Sur al hambre y a la perpetua desestabilización política, todo ello sin entrar en consideraciones más profundas sobre los bombardeos selectivos sobre zonas industriales europeas, concretamente francesas, con la única finalidad de mermar la capacidad productiva del continente, la inclusión en tratados internacionalescomo en el de Versalles de 1919 de cláusulas de transmisión y adjudicación de patentes y la reinstauración del poder oculto de la Mafia y de la Camorra en el Sur de Italia con la consiguiente expansión del crimen organizado por toda Europa (2).
Todas estas consideraciones, ciertas y reales, aquí expuestas y que interesadamente se ocultan o ignoran, son suficientes por si solas, sin menoscabar otros argumentos igual de válidos, para que las potencias europeas, o mejor dicho, los sanos pueblos europeos; se opongan a toda acción militar estadounidense contra Irak (o contra cualquier otro estado o pueblo) y se cuestionen el futuro del vínculo transatlántico con un estado que, ya desde sus mismos orígenes, ha demostrado ser una potencia agresora y depredadora en la mas pura y cruda materialización de la filosofía darwinista que inspira toda su política internacional.
(1)Aunque la gran biografía sobre este curioso personaje esta aun por escribir, se puede saber más de la actuación de Henry Ford y sus vinculaciones con el incipiente movimiento nazi y la oposición rusa al comunismo, consultando las obras de Bruce H. Lockhar, no publicadas aun en castellano, tituladas “A British Agent Memory” y “Reilly, ases of Spies”. La primera se puede encontrar en internet en idioma inglés.
(2) La historia de las relaciones entra la mafia y el estado norteamericano es de sobra conocida y queda totalmente reflejada en la obra de Curcio Malaparte “La Piel” en la que además de reflejar como el ejército norteamericano llevaba “oficiales de enlace” pertenecientes a la Cosa Nostra y los imponía como alcaldes en los ayuntamientos “liberados” de Sicilia en sustitución de los alcaldes fascistas, se narra el saqueo de obras de arte italianas por parte del ejército norteamericano.
Es costumbre tradicional y en extremo generosa conceder a un nuevo gobierno cien días para valorar su gestión, aunque lo cierto es que basta con conocer sus primeras medidas para poder valorar con acierto sus resultados futuros. Tal es el caso del actual gobierno del Partido Popular presidido por el Sr. Mariano Rajoy.
El primer Consejo de Ministros, celebrado el penúltimo día del año 2011, ha aprobado una serie de medidas que han desmentido por completo la totalidad de las promesas electorales realizadas por el Partido Popular durante la campaña electoral de las pasadas elecciones del 20 de Noviembre mostrando al señor Presidente del Gobierno como alguien indigno de confianza en el mejor de los casos, o como un completo ignorante de las cosas públicas, en el peor de los mismos.
En primer lugar, el Consejo de Ministros presidido por el señor Rajoy ha acordado incrementar el impuesto del IRPF que grava las rentas del trabajo e incrementar el porcentaje de las retenciones del mismo lo que contradice lo prometido durante la campaña electoral de bajar los impuestos para facilitar que los españoles tuvieran más dinero disponible y así, fomentar el consumo.
Por otro lado, el incremento de las retenciones a practicar implicará que la subida del misero uno por ciento de las pensiones de nuestros jubilados quede en nada porque es muy probable que el dinero que realmente se embolsen mensualmente nuestros pensionistas sea inferior al que venían percibiendo el año pasado con las pensiones congeladas al quedarse el estado con mayor parte en concepto de retención. Igualmente la congelación del Salario Mínimo Interprofesional, supondrá mantener unos salarios bajos cuando no congelados para este año, al servir dicho salario como índice de negociación salarial en las empresas públicas y privadas.
Otra de las medidas sorprendentes tomadas por el Consejo de Ministros del 30 de Diciembre del 2011, ha sido la de incrementar el Impuesto de Bienes Inmuebles cuando tal impuesto es un impuesto municipal y su cobro y gestión corresponde a los municipios y no al estado central. Lo cierto es que aunque sorprende que tal medida se haya tomado en un Consejo de Ministros lo es menos que otras porque el incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles ya se estaba produciendo en todos aquellos municipios gobernados por el Partido Popular.
Finalmente, de las medidas de austeridad tan cacareadas durante la campaña electoral por los entonces candidatos populares han quedado limitadas a la reducción de un veinte por ciento de las subvenciones que reciben los partidos políticos y los agentes sociales (Sindicatos y Organizaciones Empresariales), cuando se podían haber suprimido íntegramente dejando la totalidad de la financiación de los mismos a sus afiliados y simpatizantes.
Asimismo, todas las medidas aprobadas en el primer Consejo de Ministros del Gobierno Popular están orientadas en una sola dirección que es la de reducir un poco los gastos y a incrementar un mucho los ingresos por medio de un incremento de impuestos y de precios públicos todo ello con la finalidad de disminuir el enorme déficit público para satisfacer a nuestros “amigos” (o tal vez “amos”) europeos, pero se echa de menos la adopción de valientes medidas tendentes a reconstruir la economía nacional creando una sana y competitiva industria propia e incrementando la producción agropecuaria.
Igualmente, el actual Gobierno del Partido Popular, ha demostrado ser cómplice y participe de la política económica y social desarrollada por el anterior Gobierno Socialista al conceder el Gran Collar de la Orden de Isabel la Católica al anterior presidente del Gobierno, don José Luis Rodríguez Zapatero. Resulta inexplicable que durante los últimos cuatro años, la oposición popular se haya llenado la boca en el parlamento y en los medios de comunicación con afirmaciones como que “Rodríguez Zapatero es el peor presidente de gobierno que ha habido en la democracia” y haya exigido en innumerables ocasiones su dimisión y ahora le premie con tan distinguida condecoración no pudiéndose amparar en la existencia de leyes y costumbres anteriores porque toda ley puede cambiarse y toda costumbre antigua puede sustituirse por una costumbre nueva. Así pues, si el actual Gobierno concede tan alta distinción al Presidente del Gobierno anterior es porque comparte su gestión lo que, francamente, viendo cuales han sido sus primeras medidas queda sobradamente probado pues continúan y profundizan en las medidas ya tomadas, en Mayo del 2010, por el anterior Gobierno Socialista.
La identificación del actual Gobierno Popular con el anterior Gobierno Socialista era una cosa evidente porque, en primer lugar, en las esenciales cuestiones económicas y políticas jamás ha habido divergencias entre los grandes partidos desde que el régimen franquista fuera sustituido por el actual y, en segundo lugar, porque el anterior Gobierno del Partido Socialista no hizo otra cosa que sacrificarse electoralmente para salvar el régimen político imperante desde el 22 de Noviembre de 1975 tomando las primeras medidas antisociales y mitigando, amparándose en la pretendida profunda esencia social del socialismo español, cualquier reacción de la ciudadanía por lo que siempre ha resultado incomprensible el insistente reclamo del Partido Popular de un adelanto electoral cuando, de haberse celebrado las elecciones en Marzo del 2012, el Gobierno Socialista ya habría realizado mayores recortes permitiendo ofrecer, al menos, al actual Gobierno Popular una imagen más limpia cara al pueblo español.
En definitiva… las medidas tomadas en el primer Consejo de Ministros del Gobierno Popular dejan muy claro, y el que no lo quiera ver que no lo vea, que nos encontramos ante la continuación de la política de taberna de las últimas décadas y propia de aquél, que tras haber consumido numerosos tragos de bebidas espiritosas y encontrándose en plena intoxicación etílica da un puñetazo en la barra y exclama a gritos: “¡¡¡Esto lo soluciono yo!!!” siendo la solución la de gastar menos e ingresar más reduciendo los derechos sociales de los ciudadanos y exprimiendo más sus esquilmados bolsillos.Y señores, seamos ya serios y, como para este viaje no se necesitaban alforjas; reclamemos lo único que ya es justo y necesario reclamar: la dimisión del actual Gobierno en pleno y la apertura de un nuevo proceso constituyente que, al margen de todos los partidos y de todas las personas que nos han conducido a la quiebra total, reorganice política y socialmente todo el estado español.