Este
artículo fue escrito hace siete años en
plena
crisis por la publicación de unas
caricaturas
de Mahoma por la prensa danesa y
publicado
por la revista carlista “El Federal”.
Hoy
ante acontecimientos similares vuelve
a
estar de actualidad lo escrito hace siete años
La publicación en la prensa danesa
primero y en diversos periódicos europeos después, de varias caricaturas del
profeta Mahoma en la que mudaba su turbante árabe por una bomba ha originado y,
está originando aun en el presente momento en que estas líneas se redactan,
numerosas manifestaciones violentas contra la Unión Europea y la cultura
europea en todo el mundo islámico, desde Indonesia a Marruecos.
Las
mencionadas caricaturas pretenden ampararse en la libertad de expresión, pero
en realidad abre y debe abrir el debate de a dónde va o a donde nos quiere
llevar el llamado "cuarto poder" y
pone de manifiesto los débiles pilares políticos, éticos, filosóficos y morales sobre los que
se ha ido asentando la Europa de postguerra.
En
puridad lógica es innegable que las caricaturas significan una concepción del
Islam y del mundo islámico como enemigo terrorista de la cultura europea,
concepto éste que no se puede decir que sea exclusivamente del autor de las
caricaturas, sino también y por ende, de la redacción del diario, del director
del mismo, del grupo económico que lo sustenta y por último del gran número de
lectores que lo compran y leen y que, además constituyen cuerpo electoral y
pueblo europeo. Así pues, no nos encontramos, como pretenden muchos; ante una
simple cuestión de "libertad de expresión" sino ante la expresión de
la idea, que subyaciendo entre la generalidad de las masas europeas nadie se
atreve a expresar clara y abiertamente, de que
el Islam no es una concepción religiosa o filosófica inocua sino beligerante contra todo lo que no
sea él en general y contra Occidente en particular.
Por
otra parte, llama la atención, el hecho de que el mundo periodístico, se haya
llevado las manos a la cabeza por las reacciones del mundo islámico clamando
por la tan cacareada "libertad de expresión", cuando en realidad
están más que asustados, aterrorizados, por una ola contestataria que no se
sabe aun como va a terminar y es lógico que los gacetilleros europeos se
asusten porque durante décadas han hecho del minado de todo principio de
autoridad y de la voladura de cualquier axioma moral, su forma y medio de vida
y no están acostumbrados a que alguien les queme sus gacetillas ante sus
propios ojos. Ya es hora de dar a cada uno lo suyo y de decir verdades como
puños: cuando un famosillo del tres al cuarto acusa a un gacetillero de violar
su intimidad es una anécdota nimia y ridícula comparada con los crímenes y
desafueros cometidos por la prensa contemporánea. La prensa (con Hearts a la
cabeza) fue culpable de la guerra Hispano-Norteaméricana de 1898; la prensa,
con sus noticias falsas y alarmistas, fue culpable de los ocho millones de
muertos de la Gran Guerra y la prensa será culpable, en grado de autora o de
cooperadora necesaria, de lo que pueda ocurrir entre occidente y el mundo árabe
a partir de ahora, porque la publicación de las viñetas no ha podido ser más
inoportuna (u oportuna según se mire) ya que aparecen en el momento en el que
la Comunidad Internacional se esta planteando imponer sanciones a Irán por su
programa nuclear existiendo una posibilidad cierta y real de una nueva guerra
de agresión como la que sufrió Irak en el año 2003 y en un momento de auge del
integrismo islámico en todo el mundo del que no se puede decir que sea inocente
el mundo occidental con sus casi cien años de apoyo incondicional, e incluso
irracional, al movimiento sionista y al estado de Israel, pues considerando los
millones de euros al año que se gastan los Servicios de Información de los
países europeos y de Estados Unidos, resulta muy extraño que nadie se haya
percatado de lo evidente que era, en los últimos años, la paulatina
pérdida de apoyo entre el pueblo
palestino que venia sufriendo Yasser Arafat y su movimiento Al FaTah en
beneficio de Hamas y demás radicales islámicos por causas diversas pero sobre
todo por la postura de total transigencia occidental con Israel.
Por otra parte, la publicación de
las viñetas peca gravemente de hipocresía pues reflejan lo que más arriba hemos
expuesto y negarlo ahora es negar una mentira evidente. No se puede alegar
"libertad de expresión" ni "animus jocandi" pues en
ocasiones la propia prensa recurre a la censura o autocensura y en más de una
ocasión algún que otro dibujante de "comic" ha terminado ante los
tribunales por hechos similares, aunque; eso sí el caricaturizado no era
Mahoma. Por ejemplo ¿Alguien se imagina lo que hubiera pasado si algún
periódico hubiera publicado con motivo de los años más sangrientos de la
entifada una caricatura de un rabino uniformado de SS arengando desde un
escenario similar al velódromo de Nuremberg a otros rabinos igualmente
uniformados y diciéndoles "marchad, hermanos míos y haced lo que con
vosotros hicieron"?. Sin ningún género de dudas habría sido un escándalo
con intercambio de notas diplomáticas y con llamadas al orden por parte de los
dueños del poder al director del periódico que se hubiera atrevido a publicar
tal cosa, el cual, olvidando lo de la "libertad de expresión",
terminaría publicando una nota de desagravio. Así pues la realización y
publicación de las viñetas responde a la ambición desmedida, irresponsable e
hipócrita de la prensa europea contemporánea que, acostumbrada a minar la
autoridad de los padres sobre los hijos y de los educadores sobre los pupilos
para luego sorprenderse de la violencia que ejercen los jóvenes contra los
pacíficos transeúntes mientras les graban en video y centrada en ridiculizar,
bajo la acusación de clericalismo y oscurantismo, los pilares sagrados de la
cultura Europea representada por la Iglesia Católica para posteriormente preguntarse las causas de la decadencia
cultural de occidente; no esta acostumbrada a las masivas protestas de los
pueblos contra el poder que oscuramente ejerce
en beneficio de gentes desconocidas. Pues bien, entérense los
gacetilleros varios que si los padres y educadores por ellos vilipendiados
siguen comprando su basura impresa y que si a la Iglesia Católica apenas le
quedan doscientos suizos, el Islam dispone de millones de fieles que ya han
probado que son capaces de los más bárbaros actos.
Por
último queda hacer referencia a la pobre e inútil humillación de los líderes
políticos europeos llamando a la calma y pidiendo perdón, siendo la más ridícula
de todas la realizada por el Presidente del (des)gobierno español Sr. Rodríguez
Zapatero. Estando las cosas como están resulta ridículo aludir a una alianza de
civilizaciones pues estamos viviendo la fase final de un conflicto mortal entre
el Islam y el Occidente Cristiano cuyo desenlace esta por ver pero que se
anuncia trágico siendo una estupidez supina lo manifestado por el Primer
Ministro español de que la publicación de las caricaturas "es legal pero
moral y políticamente rechazable" porque en primer lugar el Jefe del
Ejecutivo no es quien para poner limites políticos a los actos que son legales
ya que eso se llama censura y en segundo lugar porque como ya se encargó en su
momento el Tribunal Supremo del Reino de España en reiterada jurisprudencia, no
es asunto de la ley ocuparse de aspectos morales, pero sí así fuera ¿Que
debería primar, el principio moral o el principio legal? téngase en cuenta que
puede darse el caso que los actos morales sean ilegales y que las leyes
carezcan de toda moralidad (por ejemplo, las "Leyes de Nuremberg"),
por tanto, ¿Hay que acabar con "El Imperio de la Ley" en beneficio
del "Imperio de la Moral?. En fin el Sr. Rodríguez Zapatero ha vomitado
una vez más una nueva porción de la diarrea mental a la que ya nos tiene acostumbrado
y se ha metido en un otro pantano de tierras movedizas de los que gusta ir de
excursión habitualmente.
Es
tarde para pedir perdón porque el tema de las caricaturas ya está siendo
hábilmente dirigido y manipulado por los líderes del extremismo islámico en
contra de Occidente y además tales disculpas resultan incorrectas porque los
Jefes de Estado o de Gobierno no pueden ni deben pedir perdón por actos que no
son actos de Gobierno o de Estado. Ahora lo más importante es que los países
europeos, individual o colectivamente, adopten la política adecuada para evitar
el surgimiento de islamismo radical e integrista en Europa, tomen medidas
adecuadas para impedir la repetición de actos de barbarie terrorista como los
de Madrid y Londres y muestren firmeza, e incluso dureza, frente al mundo
musulmán para exigir la seguridad, la libertad y los derechos de los cristianos
en Oriente Medio que siempre y más ahora se están viendo amenazados en Irak,
Líbano, Siria y Palestina. Es imprescindible que Europa abandone el eje
atlántico con Estados Unidos que es la principal causa de los despropósitos
políticos y males que asolan el mundo desde 1918 y retome sus orígenes
culturales cristianos. No es ahora el momento de hablar de "Alianzas de
Civilizaciones" porque está quedando patente que la política de mano
tendida de Europa hacia el Islam solo es utilizada por éste para inmovilizarnos
mientras nos asesta golpes mortales, no se puede seguir con una política de
tolerancia para con los intolerantes, no se puede seguir dando manga ancha a
una cultura ajena y extraña a la europea que pretende, amparándose en la misma
"libertad de cultos" que ellos niegan en sus respectivos países a las
minorías cristianas, ocuparnos culturalmente para someternos espiritualmente.
Europa lleva décadas siguiendo la política errónea o, tal vez secretamente
maligna, de Estados Unidos en Oriente Medio sin darse cuenta de que se estaba
engendrando un odio, un rencor y un "malestar en la cultura", por
otra parte lógica y comprensible, en unos pueblos que, a diferencia del extenso
país americano, se encuentran a pocas horas de distancia de nosotros y
constituyen, en muchos casos, frontera directa con Europa. Ya es hora de que
los Europeos en general y los españoles en particular nos curemos de los complejos
que nuestra clase política nos ha inculcado para mejor dominarnos y abandonemos
los sentimientos de culpa injustificados que padecemos redefiniendo nuestra
postura frente al mundo musulmán siendo menos tolerantes y más exigentes,
abandonando la idea de la posible incorporación a Europa de países mahometanos
como Turquía y tal vez respondiendo a las exigencias islámicas de devoluciones
de antiguas mezquitas como la de Córdoba con la antigua, coherente y muy justa
reivindicación europea de "!!UNA CRUZ EN SANTA SOFÍA!!". O bien, los
Europeos publica y privadamente, individual o colectivamente, adoptan esta
postura frente al Islam, o bien, ya pueden ir recordando las palabras con las
que Omar justificó la quema de la Biblioteca de Alejandría y que seguramente se
volverán a oír, más pronto que tarde, ante otras bibliotecas esta vez ubicadas
en el más profundo seno del territorio europeo: "Si esos libros mienten
hay que quemarlos y si dicen la verdad, todas las verdades están el en Corán y
por tanto hay que quemarlos también".