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martes, 28 de diciembre de 2021

RECOMENDACIONES BIBLIOGRÁFICAS PARA ESTA NAVIDAD Y REYES DE 2020-2021

           

 Nuevamente, y cumpliendo con la tradicional sugerencia que siempre se ha venido realizando desde este blog consistente en hacer regalos bibliográficos durante las fiestas Navideñas, “El Chouan Ibérico” ofrece a sus lectores la siguiente pequeña relación de libros editados recientemente y que se consideran de interés para próximos obsequios por ser de temáticas actuales y calidades editoriales:

            - “El Jefe de los Espías” de Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote, Roca Editorial. Reportaje periodístico elaborado a partir de documentos  y anotaciones manuscritas que conservaba, no se sabe por qué motivo, el general Emilio Alonso Manglano, jefe de los servicios secretos españoles entre 1981 y 1995, que permite hacerse una idea del grado de corrupción existente en el país en aquella época y que todo indica que subsiste hoy en día en el que salen a relucir las conexiones entre poder, justicia y finanzas, apuntándose una nuevo método de intervencionismo militar a través de los servicios de inteligencia.

            - “Tinta, Tierra y Tradición” de Alfredo Comesaña, editorial Reino de Cordelia en colaboración con la Fundación Luís Hernando de Larramendi. Estudio pormenorizado, incluso podría decirse que enciclopédico, sobre la influencia y presencia del Carlismo en la obra de Ramón María del Valle Inclán que de forma definitiva sitúa al "eminente escritor y estrafalario ciudadano" en el seno de una activa militancia política carlista y no solo, como no pocos autores venían insinuando, en un mero gusto por lo carlista que le hacía ser un simple esteta del Carlismo. La obra se completa con un listado de citas sobre el carlismo y los carlistas que se contiene en toda la obra valleinclanesca.

            - “Diarios” de Stefan Zweig, editorial Acantilado. Volumen que reúne la totalidad de los diarios del gran escritor austríaco completando su magnífica obra autobiográfica "El Mundo de Ayer", también publicada por la editorial Acantilado.  Una descripción en primera persona de la tragedia europea y un recorrido por todos los acontecimientos mundiales de 1910 a 1940 con impresiones sobre los avances técnicos y científicos del momento y sobre el floreciente mundo cultural previo y posterior a la Gran Guerra (1914-1918).

            - “María Antonieta. Diario Secreto de una Reina” de Benjamín Lacombe, editorial Edelvives. Magnífica reconstrucción ilustrada del perfil psicológico de la Reina María Antonieta de Francia, condenada injustamente por traición a Francia y guillotinada públicamente. El autor desempolva una serie de cartas cruzadas entre la Reina francesa y algunos de sus allegados, y se apoya en la fórmula narrativa del diario secreto, que propicia la transmisión al lector de los pensamientos íntimos del controvertido personaje.

            - "Sicalípticas. El Gran Libro del Cuplé y de la Sicalipsis" de Gloria G. Duran, editorial La Felguera. Ensayo histórico muy documentado sobre la historia del mundo del espectáculo y de las varietés en España a finales del Siglo XIX y principios del XX. Un hermoso paseo por el mundo oculto e insinuante de la Belle Époque por el que el lector podrá encontrarse con numerosas protagonistas de aquella época en la que la imaginación nunca trabajó tanto para camuflar lo prohibido. 

 

viernes, 17 de diciembre de 2021

EL MUNDO MULTIPOLAR ¿UN VIEJO NUEVO ESCENARIO INERNACIONAL?

En política, el mundo se ha convertido en un tablero de ajedrez

Cuando en 1989 cayó el muro de Berlín y tres años más tarde la bandera roja dejó de ondear en el Kremlin siendo sustituida por la que había sido la bandera del antiguo Imperio Ruso, se ponía fin a casi cincuenta años de guerra fría y de una política internacional basada en la existencia de dos polos antagónicos que, por mucho que pareciera, jamás habrían llegado a enfrentarse en un conflicto abierto porque, hoy ya se puede concluir, que los dos tratados que dieron lugar al mundo de postguerra, el Tratado de Yalta y el Tratado de Potsdam, han sido los tratados internacionales más respetados de toda la historia de las relaciones diplomáticas y las dos potencias enfrentadas actuaban, en no pocas ocasiones, como fuerzas de contención de las aspiraciones y peligrosos deseos de sus aliados dando una gran estabilidad a la política mundial.

            Tras el derrumbe de la URSS.  prácticamente todos los analistas coincidían, de una u otra forma, en que el Nuevo Orden Mundial, nombre que se dio a la nueva situación  surgida de la desaparición del bloque soviético, pivotaría sobre una única potencia hegemónica, Estados Unidos, que facilitaría el libre comercio y la expansión del capitalismo por todo un planeta que ya solo podría entenderse y considerarse de forma global y, efectivamente, así ocurrió durante aproximadamente una década tras la cual, Estados Unidos ha ido perdiendo hegemonía debido a sus numerosos errores y falta de previsión, apareciendo en el panorama internacional nuevos y poderosos actores que aspiran a ser tenidos en cuenta y que no se conforman con ser personajes secundarios. Estos nuevos actores, evidentemente, son Australia, Alemania, China, Francia, India, Pakistán y Rusia, lista ésta que posiblemente se amplíe en los próximos años.

            Las características de estos nuevos actores de la política internacional, que ya a finales del Siglo XX era previsible que surgieran, es que tienen intereses propios claramente contrapuestos a los de Estados Unidos y, si bien algunos de esos intereses son coincidentes entre ellos mismos, otros muchos son también de ellos mismos divergentes por lo que vamos a asistir en los próximos años, de hecho estamos asistiendo ya, al nacimiento de una nueva diplomacia tendente a crear nuevas alianzas que solo podrán ser relativas y frágiles y en ningún caso absolutas como en su momento lo fueron el Pacto de Varsovia o la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).  A esa nueva diplomacia responde la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la sustitución de la prioridad europea por la del Pacífico en la estrategia norteamericana y la creación de la alianza AUKUS entre el Reino Unido, Estados Unidos y Australia en septiembre de 2021 y que seguramente se ampliara en el próximo lustro con la incorporación de Japón, Nueva Zelanda y, muy posiblemente, Korea del Sur, aunque no creemos que sea capaz de incluir en ningún caso a Taiwan pues podría ser visto por China como un acto hostil y tener consecuencias imprevisibles.

Que cada vez se asemeja más al tablero del mundo de ayer
 
La política internacional siempre ha sido un juego de ajedrez en el que los jugadores han buscado ventajas geopolíticas intentando ocupar y mantener el centro del tablero siendo ahora varios los jugadores que buscan sus propias ventajas surgiendo, no realmente una situación nueva, sino reproduciéndose la política de hegemonías y alianzas inestables que comenzó en 1870 y culminó en 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1).

            En el mundo multipolar que se está consolidando, al igual que ocurrió en el mundo inmediatamente anterior a la I Guerra Mundial, las alianzas serán cambiantes según las concretas circunstancias de cada momento pudiéndose llegar a contemplar como surgen sorprendentes alianzas y no menos sorprendentes desafecciones entre aliados, en las que el amigo de hoy se convierta en el enemigo de mañana y viceversa. No obstante, lo más relevante de todo ello es que entre las potencias surgirán, están surgiendo ya,  multitud de puntos de fricción por todo el planeta en los que puede surgir la chispa que lo incendie sin que exista la posibilidad de una vigilancia constante que lo evite pues, cuanto más actores desean ocupar el centro del tablero y más compromisos adquieren éstos, la libertad de acción y el control que poseen es cada vez menor y no siempre el aliado más poderoso puede imponer sentido común a un aliado menor pudiendo verse arrastrado por éste a la tragedia con tal de no perder credibilidad frente a otros aliados. A este respecto resulta imprescindible aclarar dos verdades no escritas, pero en las que se fundamenta toda la política internacional:  

            1º.- Las relaciones políticas no son relaciones de amistad sincera sino que siempre responden a un juego de intereses en los que existen contrapartidas de algún tipo.

            2º.- En política internacional, nada es eterno, ni siquiera las desafecciones pues aunque se pueda traicionar alguna vez o eximirse del cumplimiento de algún compromiso adquirido, no se puede adoptar eternamente esa actitud pues terminaría por minar totalmente la credibilidad de la potencia en cuestión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) Todo el mundo sabe ya quienes fueron los contendientes durante la I Guerra Mundial, lo que muchos ignoran es que tales contendientes pudieron ser otros debido a los puntos de fricción, intereses y alianzas existentes. Así la Guerra podría haber enfrentado a Inglaterra, Austria, Alemania y Japón contra Francia y Rusia, o incluso, Inglaterra podría haber permanecido neutral si Bélgica no hubiera sido invadida por Alemania en 1914 o se hubieran llevado a efecto  los acuerdo secretos anglo-germanos que preveían el reparto del Congo Belga entre ambas potencias, y los árabes podían haberse sumado al bando de los Imperios Centrales pues sus contactos tuvieron con los germanos. Incluso Turquía podría no haber intervenido en la guerra si los Británicos hubieran hecho honor a los compromisos comerciales contraídos con la Sublime Puerta; Igualmente Italia podía haberse unido a los Imperios Centrales en la lucha o permanecer neutral.

            En 1914, podía haber ocurrido cualquier cosa en cualquier momento y con cualquier tipo de consecuencias... surgió en Sarajevo el 28 de junio con las consecuencias por todos conocidas.

 

martes, 7 de diciembre de 2021

NAVARRA, SEGUNDA PATRIA DE VALLE INCLAN

Un nuevo libro –Tinta, Tierra y Tradición, de Alfredo Comesaña– desmonta definitivamente la extendida tesis de que el carlismo de Valle-Inclán era solamente “estético” y nada tenía que ver con el compromiso político. Esta es la principal conclusión de esta voluminosa obra, editada por Reino de Cordelia en colaboración con la Fundación Larramendi, y presentada el pasado lunes 29 en el Ateneo de Madrid y que tiene una segunda parte, a cargo de Patricia Juez y Olga Pardo, detallando la presencia del carlismo en toda su obra, desde Rosarito (1895) hasta El trueno dorado, de 1936, año de su muerte.

            Alfredo Comesaña se une así a la posición de otros autores especializados en la vida del escritor, como Margarita Santos Zas, Manuel Alberca, Carlos y Joaquín Valle-Inclán, respectivamente, hijo y nieto del creador del esperpento. Todos coinciden en que, además de una simpatía sentimental, Don Ramón María asumió el carlismo de forma activa, llegando a plantearse su candidatura electoral primero por Monforte de Lemos y después por Estella, aunque en ninguno de los dos casos la propuesta terminara por concretarse.

            La única duda que se plantea en este sentido se refiere a la duración de esa “militancia”; para Margarita Santos, de la Universidad de Santiago de Compostela, llegaría hasta la Primer Guerra Mundial, mientras que Alberca y Comesaña defienden que el tradicionalismo valleinclanesco duró toda su vida, como igualmente reconocería su amigo y futuro presidente de la II República, Manuel Azaña.

            Esa relación con el carlismo habría surgido en su Galicia natal, debido a la especial raigambre del legitimismo en la zona de Arousa, reforzándose después al relacionarse con otras personalidades tradicionalistas, como el diputado Vázquez de Mella, azote del caciquismo liberal y partidario del voto femenino, Alfredo Brañas, impulsor del regionalismo gallego, el escritor Ciro Bayo o la propia Emilia Pardo Bazán, declarada simpatizante del carlismo en su juventud.

            Según se desprende del nuevo libro, este componente tradicionalista de Valle se intensificaría notablemente por su estrecha relación con Navarra, la región a la que más se sentía vinculado después de su Galicia natal y a la que el propio escritor se refería como “la tierra que tanto quiero”. Y en Navarra, especialmente en la zona de Bértiz y el Baztán, pasó buena parte de los veranos, con su mujer, la actriz Josefina Blanco, sus cuatro hijos y sus dos hijas entre 1909, cuando realiza su primer viaje a la comunidad foral, y comienzos de los años 30.

            Esa primera incursión navarra la realiza con su amigo Joaquín Argamasilla, marqués de Santacara, escritor y destacado carlista que acababa de adquirir un automóvil. Haciendo base en su casa solariega de Aoiz, Valle-Inclán recorre las zonas de Tafalla y Estella, recopilando valiosos testimonios con los que terminará las otras dos partes de su Trilogía Carlista -El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño-, ya que la primera -Los cruzados de la causa-, publicada un año antes, estaba ambientada en Galicia.

            Volverá dos años después, en julio de 1911, para adentrarse, igualmente desde Aoiz pero ahora a lomo de cabalgaduras, por el valle de Arce y la sierra de Areta para llegar a la selva de Irati. Después, hasta el mes de septiembre, se hospedaría en el Palacio de Reparacea, que entonces servía de hotel y era frecuentado por viajeros extranjeros, sobre todo franceses y británicos, llegando a tener como cliente al rey de Inglaterra.

            En este palacio de “cabo de armería” escribiría La marquesa Rosalinda, una de sus comedias, y desde aquí, al año siguiente, se dirigiría a Pamplona para intentar que Voces de Gesta fuera representada en el Gayarre, algo que no consiguió y precipitó su ruptura con la compañía Guerrero-Mendoza. Tuvo que conformarse con leer personalmente algunas escenas de esta “tragedia pastoril” sobre el escenario del teatro pamplonés.

            En 1913 aparecería, publicada por Editorial Renacimiento, la novela de Argamasilla El yelmo roto, con prólogo de Valle-Inclán, que presenta al protagonista como símbolo de un pueblo que, tras vivir esclavizado por imitar otras culturas, recupera su propia identidad. La firma de Valle lleva fecha de 25 de mayo y aparece en página par, mientras que en la contigua impar se puede leer la dedicatoria que Argamasilla hace de su obra a Tomás Domínguez Arévalo Conde de Rodezno, otro destacado dirigente carlista.

            Era la época en que el movimiento legitimista estaba influido por el “jaimismo”, es decir por una política de fuerte impulso social, potenciando el cooperativismo agrario y el sindicalismo obrero, al mismo tiempo que se buscaba un sistema electoral de representación proporcional puro y proponía la configuración territorial de España como “una Federación de las distintas nacionalidades ibéricas”, estableciendo alianzas con nacionalistas vascos y catalanes.

            El Conde de Rodezno, como muchos jaimistas, defendería el Estatuto Vasco-navarro, también llamado de Estella, para retirarle su apoyo cuando el Gobierno Provisional de la República rechazó el contenido religioso de este proyecto autonómico.

            La de 1912 no sería la última estancia de Valle-Inclán en esta casa noble de origen medieval junto al río Bidasoa en Oieregi (Bertizarana); volvería varias veces más con su familia hasta 1929, cuando, debido a su precaria situación económica, decidieron trasladarse al palacio de Jarola, en Elbetea, junto a Elizondo, instalándose en la primera planta.

            De esos años, según explica José Macicior, uno de los actuales propietarios de Reparacea, estas piedras guardan recuerdos sobre la estancia de los Valle-Inclán, como los ratos que permanecían al calor de la chimenea en uno de los salones de la planta baja, y una fotografía recogiendo a toda la familia posando en la amplia balconada de la fachada.

            En el de Jarola incluso se conserva la cama en la que dormía el escritor y otra fotografía, en este caso un retrato personal, que dedicó a Isabel Echenique, la entonces propietaria y que, al alquilar la primera planta, habitaba la parte superior de este edificio barroco, construido por Miguel de Vergara en el siglo XVII.

Isabel Eugui, nieta de Isabel Echenique, explica cómo les imponía la estilizada figura de Valle-Inclán, con su larga barba blanca, estatura y una vestimenta oscura que le daba un aire lúgubre, mientras su prole utilizaba el balcón central para montar un teatrillo de comedias. También que Valle-Inclán dejó de pagar el alquiler de las habitaciones porque no tenía dinero y terminó marchándose a Madrid, abandonando, en la práctica, a Josefina, quien, finalmente, solicitó el divorcio nada más ser aprobado por el Gobierno republicano.

            Los Valle-Inclán terminaron trasladándose a Madrid pero no por ello dejaron de visitar esta parte de Navarra; de hecho, aquí le sorprendió el estallido de la Guerra Civil a Mariquiña, como era conocida familiarmente Encarnación, la cuarta y más cercana hija del escritor, pasando a Francia y más tarde, ante la invasión nazi de las Galias, a Argentina. Aún regresó, avanzada la Transición y residiendo ya en París, a Jarola para visitar el lugar donde vivieron aquellos momentos felices de su infancia.

            En la obra de Comesaña aún son más exhaustivas las referencias al compromiso político de Valle. No solo por haber aceptado la Cruz de la Legitimidad Proscrita, otorgada por el pretendiente Jaime III para agradecerle su dedicación a “la causa”, sino por las declaraciones explícitas que, en este sentido, hace a periódicos como El Debate, El Correo Catalán o El Diario Español, en los que se refiere al carlismo como su “partido político”, o la clara identificación que asume con los principios tradicionalistas en sus cartas a Azorín o al crítico literario Gómez de Baquero.

            Destaca, sobre todo, por su alta significación, la fotografía del mitin carlista en el frontón Jai Alai de Madrid el 8 de enero de 1911, ocupando un lugar destacado en la mesa presidencial, donde aparece flanqueado por Prudencio Iturrino, jefe carlista de Vizcaya, y Antomio Mazarrasa, diputado por Álava, mientras Vázquez de Mella, principal parlamentario carlista y amigo del escritor desde sus años universitarios en Santiago, contempla la escena. Valle-Inclán fue ovacionado por el numeroso público asistente que, igualmente puesto en pie y solemnemente descubierto, entonó por dos veces seguidas el Gernikako Arbola.

            También es fotografiado con los dirigentes del Círculo Tradicionalista de Buenos Aires en su viaje por Argentina y cuando llega en junio de 1911 para visitar la sede legitimista de Barcelona, donde pronuncia una conferencia de contenido político, como lo hará en los círculos de Valencia, San Sebastián y Pamplona. Precisamente en estas conferencias pone el sistema foral de Navarra como ejemplo para resolver el problema regional de España.

Será esta una idea que seguirá manteniendo entrados los años 30, cuando ya estaba distanciado del carlismo militante, asumiendo posiciones claramente de izquierda. Por ejemplo, en junio de 1931 declara al periódico La Voz que “España es históricamente considerada una federación de hecho” en la que hay “regiones, como Navarra, de las que debían tomar ejemplo todas las demás”. “Navarra -continúa- es única en la Historia no ya de España sino de todo el mundo. Ninguna región se puede comparar con el antiguo reino navarro, que, a través de los siglos, ha conservado su independencia, su personalidad y su vida próspera y feliz sin pedirle nada a nadie ni contar con protección oficial alguna”.

            Incluso a comienzos de 1935, solo un año antes de su muerte, defenderá esta tesis, como lo hace en su última conferencia pública, que pronuncia en el Ateneo de San Sebastián. Por todos estos motivos, el propio Manuel Azaña, con el que Valle-Inclán mantuvo gran amistad, hasta el punto de que el Gobierno de la II República se “inventó” un nuevo cargo público a su medida para aliviar sus apuros económicos, afirmaba que “su carlismo no fue una posición estética, como se ha dicho”, sino que era “tradicionalista por inclinación natural”.

Desatinos y ausencias

            La posición de Comesaña está avalada por las principales investigaciones de los últimos años sobre el creador del esperpento. En primer lugar, por el equipo interdisciplinar que, desde hace ya dos décadas, dirige Margarita Santos Zas en la Universidad de Santiago de Compostela, de quien depende el principal archivo documental sobre el autor. En segundo lugar, por el filólogo y catedrático Manuel Alberca, cuya obra La espada y la palabra fue galardonada en 2014 con el prestigioso Premio Comillas de biografías que convoca la Editorial Tusquets.

            Para Alberca, “la abundantísima documentación manejada, privada y pública, no deja lugar a dudas de que (el carlismo de Valle) no se trataba de una actitud afectada, inducida por un esteticismo decadente, sino una firme convicción que se mantendría intacta e invariable hasta el fin de sus días”.

            Por su parte, para Margarita Santos, probablemente la mejor conocedora de su vida, esa abundante documentación, escrita y gráfica, además de sus explícitas declaraciones y manifestaciones, tanto en actos públicos como en las entrevistas a la prensa, “desmiente el carácter estético de su carlismo”, postura con la que, de acuerdo con esta investigadora, “se ha pretendido desvirtuar la carga ideológica” del tradicionalismo valleinclanesco.

            Pese a ello, todavía a comienzos de 2020, en la exposición sobre Carlismo y Literatura del Museo del Carlismo de Estella, se afirmaba que “la mirada decadente de Valle-Inclán” sobre el movimiento legitimista era “de carácter estético y estetizante y por ende muy distinto al de Pereda y sus correligionarios tradicionalistas”, según afirma José Joserentzat en el catálogo-presentación de esa muestra temporal.

            Se da la circunstancia de que en la exposición permanente del museo estellés no existe la menor referencia a la aportación del carlismo a la literatura; ni en el caso de Valle-Inclán, pese a que se barajó su candidatura electoral por este distrito y fue precisamente Estella una de las principales inspiraciones para su famosa Trilogía Carlista, ni tampoco en el de su amigo Argamasilla o en el del citado José María Pereda, principal referencia del género costumbrista.

            Lo mismo ocurre con otras destacadas figuras literarias, como, por ejemplo y entre otros, Domingo Aguirre, “padre” de la novela en euskera; Ciro Bayo, precursor en la literatura de viajes; la escritora y periodista Eva Canel, rompedora de moldes sobre el protagonismo social de la mujer a finales del siglo XIX, o Emilia Pardo Bazán, por el mismo motivo de gran actualidad en estos momentos y que, como Valle-Inclán, también fue carlista en su juventud.

 

Manuel Martorell

Publicado en Diario de Navarra el 4/12/2021

miércoles, 1 de diciembre de 2021

BABYLON BERLIN. MÁS QUE UNA SERIE

De thriller político, de serie negra, policiaca, costumbrista e histórica..., pero en cualquier caso de excelente y magnífica, ha sido calificada "Babylon Berlín"; serie televisiva coproducida por la primera cadena pública alemana, la ARD, la plataforma de pago Sky Deutschland y las productoras X Film Creative Pool y Beta Film y que, hasta el momento, en sus tres temporadas, se ha convertido en la serie más cara de la historia de la televisión germana.

            Inspirada libremente, incluso se puede decir que muy libremente, en las tres primeras novelas de la serie del inspector Gereon Rath ("Sombras sobre Berlín", "Muerte en Berlín" y "Un Gánster en Berlín"), personaje creado por el escritor alemán Volker Kutscher; "Babylon Berlín" tiene el gran mérito de superar a la obra original, cosa que muy pocas veces suele ocurrir con las adaptaciones cinematográficas de piezas literarias, trascendiendo el género negro y policiaco para introducirse en el ámbito del thriller político, el suspense y la historia reflejando perfectamente el ambiente de decadentismo y corrupción que marcó la sociedad y la política alemana de los últimos años de la República de Weimar y que ya se había reflejado anteriormente en la novela "Adiós Berlín" de Christopher Isherwood,, la cual inspiraría la película británica "Soy una Cámara" (1955) y ésta, a su vez, la versión musical "Cabaret" (1972).

            La trama policiaca en "Babylon Berlín", aunque muy bien trazada y con el lógico desenlace del descubrimiento del misterioso criminal, no es más que el hilo argumental y la justificación que permite reflejar el ambiente social del Berlín de la República de Weimar con sus miserias, sus sociedades secretas lúdicas y esotéricas, sus lugares de diversión  y, sobre todo, el agitado ambiente político inmediatamente anterior a la llegada del nazismo al poder por el que desfilan multitud de personajes históricos, algunos con sus auténticos nombres y otros, por motivos que ignoramos, con nombres supuestos pero muy fácilmente reconocibles para los ligeramente iniciados en la historia reciente de Alemania.

            Así, por ejemplo, mientras Ernst Gennat, famoso criminólogo y Jefe de la Brigada Criminal de la Policía berlinesa, y Karl Zörgiebel, Jefe de la Policía de Berlín, son nombrados con su nombre auténtico, e incluso el primero de ellos por su apodo de "El Buda", que era debido a su prominente estómago y a su gusto por los pasteles, el personaje de August Benda esconde de una forma muy evidente a Bernhard Weiss, Vicepresidente que fue de la Policía de Berlín durante la República de Weimar y constante víctima de las burlas del diario "Der Angriff" que dirigía Joseph Goebbels y donde se le denominaba "Isidor Weiss".

            Otros personajes que ocultan de una forma evidente su identidad histórica son el General Seegers quien, con una hija comunista, no puede ser otro que el General Von Hammerstein, Comandante en Jefe del Reichwehr (denominación del Ejército Alemán durante la República de Weimar), Horst Kessel que no es otro que Horst Wessell, autor de la  letra de la "Horst Wessell Lied" o himno del Partido Nazi, aunque la muerte de este se produjo en febrero de 1930 y no, como figura en la serie, en octubre de 1929 y el personaje del periodista Samuel Katelbach, que se identifica claramente con el periodista Carl von Ossietzky, quién publico varios artículos sobre el rearme secreto del Reichwehr.

            Todo este intento de camuflar la identidad de determinadas personas, seguramente por motivos legales, no deja de resultar curioso y de llamar la atención, cuando en la serie no dejan de aparecer personajes históricos en papeles protagonistas, sobre todo en la tercera temporada, con su auténtico nombre como Stennes, Jefe que fue de la S.A. en Berlín y posterior asesor militar de Chiang Kai-Shek, o Hans Litten conocido abogado opositor al nazismo que da nombre a la actual Littenstrasse, calle en la que se encuentra el Tribunal Regional de Berlín.

            Por último, "Babylon Berlín" refleja el mundo y la actuación de las distintas "Ringvereine" u organizaciones criminales que llegaron a controlar totalmente ciertas actividades y barrios berlineses y rinde un merecido homenaje a la policía berlinesa que, en los años veinte del pasado siglo, era considerada como la mejor del mundo por la innovadora aplicación de métodos científicos a la investigación criminal, entre los cuales se encontraba no solo la química o la medicina, sino también y sobre todo las ciencias sociales y la psicología.

 

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