La subida de los tipos impositivos del IVA que gravan la mayoría de los productos que consume el ciudadano conllevará evidentemente una subida generalizada en los precios y, a pesar de la introducción del fenómeno de “las Rebajas”, tal subida se reflejará en el Índice de Precios al Consumo que sirve de base para la revisión de pensiones y salarios, con lo cual es muy posible que el consumo se reduzca aún más y con él la producción de manufacturas en nuestro país con lo que, unido al incremento salarial que será justamente exigido por los sindicatos en todos aquellos convenios colectivos que tienen pactada una cláusula de revisión conforme al I.P.C., llevará a más empresas a cerrar y a muchos trabajadores a engrosar las filas del paro. ¿Acaso alguien duda que la subida del siete al ocho por ciento del IVA que grava la nueva construcción no producirá una subida equivalente en el precio de la vivienda nueva y un retraso en la recuperación del sector inmobiliario?
El otro aspecto de la subida de impuestos como es el incremento en las retenciones en las rentas de capital, es de menor importancia ya que las cantidades retenidas supondrán en la mayoría de los casos que la hacienda pública tenga que devolver más o recaudar menos en Primavera cuando se realice la liquidación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. No obstante tal incremento en la retención de las rentas de capital unido al descenso notable en la rentabilidad en los productos a plazo fijo puede llevar a muchos pequeños ahorradores a sacar sus dineros de los bancos con la intención de disfrutarlos, lo que no solo perjudicará a su seguridad personal futura sino también agravará la situación de falta de liquidez de muchos bancos cuya estabilidad podrá verse en peligro junto con los ahorros de no pocos ciudadanos.
Esta pretendida subida de impuestos ha sido defendida por el Ministro de Fomento, don José Blanco, afirmando que es para garantizar la sanidad, la dependencia, la educación, la justicia y otros muchos servicios públicos no cayendo en la cuenta de que tanto la sanidad como la educación y la justicia están transferidas desde hace años a las Comunidades Autónomas teniendo que ser ellas quienes tienen el deber de garantizarlas y financiarlas. Asimismo el Partido Popular, principal partido de la oposición, que estaba en el gobierno de España tan solo hace cinco años, se opone con enérgica pose dialéctica a toda subida de impuestos proponiendo como mágica receta para salir de la grave crisis que padecemos la reducción de impuestos ignorando o no reconociendo de que en todas las administraciones locales en las que gobierna el Partido Popular, como es el caso del Ayuntamiento de Madrid, los impuestos se incrementan e incluso se inventan nuevas tasas como la de “tratamiento de residuos”.
Evidentemente esta subida tan radical de impuestos y de la que no hay que echar la culpa solo al Partido Socialista hoy gobernante sino también a todos los partidos políticos que poseen y ejercen una parcela de poder ya sea municipal o autonómica obedece a un hecho extremadamente grave cual es que durante varios lustros en nuestro país, todas las instituciones han gastado mucho y mal y las arcas públicas se encuentran vacías y con la obligación de hacer frente a numerosas deudas. Si en los tiempos de bonanza económica las Administraciones Públicas, ya sean estatales, autonómicas o locales; han sido las que principalmente se han beneficiado de la misma por medio de la recaudación de impuestos (sobre todo a través del IVA, de las Plusvalías y del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) en los tiempos presentes de crisis económica generalizada esas mismas Administraciones son las principales deudoras de no pocas empresas que durante años han desarrollado trabajos para ellas y que ahora se encuentran con muchas facturas impagadas y con problemas de solvencia y de liquidez.
De todas formas lo más grave de esta subida de impuestos es que provocará una situación de alza generalizada de los precios que, por cierto, provocará que otro sector importante de la economía española cual es el turismo se resienta y ahogará un poco más a la economía particular de las familias y de las pequeñas y medianas empresas, verdadero sostén económico de la hacienda pública, corriéndose el importante riesgo de ampliar y trasladar la quiebra económica en la que se encuentra el estado español y que es fruto de una mala gestión a toda la sociedad española que no es más que la suma de todos y cada uno de sus individuos y familias.