Aunque sin duda no es desconocido a
los lectores el soneto que a continuación reproducimos y del cual tratamos en
el presente artículo sin ningún género de dudas es totalmente desconocida la
verdadera historia que envuelve el mismo.
El soneto que se recita oficialmente
en los actos de homenaje a los militares españoles fallecidos es un
"arreglo" (1) nada agraciado por su atentado a la rima y a la métrica
perpetrado contra un soneto original escrito en la década de los años cuarenta
del siglo pasado por don Martín Garrido Hernando, Requeté voluntario a los
cuarenta años de edad en el Tercio Burgos-Sangüesa y redactor jefe del diario
burgalés "El Castellano", donde apareció publicado dicho soneto por
primera vez el día 10 de Marzo de 1940.
El
soneto se titulo por su autor "A los Mártires de la Tradición" y lo escribió con motivo de la festividad instituida
por don Carlos VII en carta dirigida al Marqués de Cerralbo en fecha 5 de Noviembre de 1895 en la que textualmente se
decía:
"Con la misma sagrada invocación en
los labios, cuantos otros han entregado el alma a Dios mártires
incruentos en los Hospitales, en la emigración, en las cárceles, en la
miseria, matados, aún más que por el hambre, por las humillaciones, y todo por
no faltar a la Fe jurada, por ser fieles al honor, por no doblar la rodilla
ante la usurpación triunfante.
"Con este objeto propóngome que
se instituya una fiesta nacional en honor de los mártires que desde el
principio del siglo XIX han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria
y Rey en los campos de batalla y en el destierro, en los calabozos y en los
hospitales, y designo para celebrarla el 10 de marzo de cada año, día en que se
conmemora el aniversario de la muerte de mi abuelo Carlos V."
Este soneto se recita
repetidamente en actos oficiales de las Fuerzas Armadas sin que exista
constancia de que el autor o sus herederos perciban cantidad alguna en concepto
de derechos de autor y, lo que es peor, sin que exista tampoco constancia de que
haya existido autorización por parte del autor o de sus legítimos herederos para
realizar las "correcciones" efectuadas por lo que podríamos estar
ante el más burdo caso de plagio y atentado con la propiedad intelectual jamás
perpetrado por nadie en la historia.
El texto original del
Soneto de don Martín Garrido Hernando es el siguiente:
A LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN
Lo demandó el Honor y
obedecieron;
Lo requirió el Deber y lo acataron;
Con su sangre la empresa rubricaron;
Con su esfuerzo, la Patria redimieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
Fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como púgiles lucharon,
Por eso como mártires murieron.
Inmolarse por Dios fue su destino;
Salvar a España, su pasión entera;
Servir al Rey, su vocación y sino.
¡No supieron querer otra Bandera!,
¡No supieron andar otro camino!;
¡No supieron morir de otra manera!.
Lo requirió el Deber y lo acataron;
Con su sangre la empresa rubricaron;
Con su esfuerzo, la Patria redimieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
Fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como púgiles lucharon,
Por eso como mártires murieron.
Inmolarse por Dios fue su destino;
Salvar a España, su pasión entera;
Servir al Rey, su vocación y sino.
¡No supieron querer otra Bandera!,
¡No supieron andar otro camino!;
¡No supieron morir de otra manera!.
(1)
En realidad han existido hasta el momento dos arreglos, el primero data del año
2003 estando vigente hasta el 12 de Octubre de 2004 y dice así: Lo demandó el
Honor y obedecieron./ Lo requirió el
Deber y lo acataron. / Con su sangre la Empresa rubricaron. / con su esfuerzo
la Patria engrandecieron. / Fueron grandes y fuertes, porque fueron / fieles al
Juramento que empeñaron. / Por eso como valientes lucharon / y como Héroes
murieron. / Por la Patria morir fue su destino; / querer a España, su pasión
eterna; / servir en los Ejércitos, su vocación y sino. / No quisieron servir a
otra Bandera. / No quisieron andar otro camino. / No supieron morir de otra
manera./
La
versión actual que data del 12 de Octubre del 2004 dice así: Lo demandó
el honor y obedecieron,/ lo requirió el deber y lo acataron;/ con su sangre la
empresa rubricaron/ con su esfuerzo la Patria engrandecieron./ Fueron grandes y
fuertes, porque fueron/ fieles al juramento que empeñaron./ Por eso como
valientes lucharon,/ y como héroes murieron./ Por la Patria morir fue su
destino,/ querer a España su pasión eterna,/ servir en los Ejércitos su
vocación y sino./ No quisieron servir a otra Bandera,/ no quisieron andar otro
camino,/ no supieron vivir de otra manera./
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