"¿A
dónde vas? Naranjas traigo". Este tradicional refrán que hace referencia a
los fallos en la comunicación de quien padece sordera o de quien no quiere oír
es el que mejor define el segundo mensaje navideño de Su Excelencia el Jefe del
Estado a Título de Rey emitido por televisión el pasado 24 de Diciembre.
Después de que el año pasado Su Excelencia debutase con un mensaje que nodecepcionó porque solo se puede decepcionar al que conserva alguna expectativa,
la audición este año del tradicional mensaje navideño ha sido algo así como
escuchar música psicodélica después de haber consumido unas pastillas de LSD.
A los pocos días de la celebración
de unas elecciones que han consagrado la inestabilidad política y más que
posiblemente una ruptura social, Su Excelencia habla de responsabilidad y de
estabilidad a pesar de que los distintos miembros de la casta política han
demostrado una irresponsabilidad creciente en proporción geométrica a lo largo
de las dos últimas décadas y esto no porque antes no hubiera existido esa
irresponsabilidad, que también, sino porque al menos no la hacían tan pública y
patente.
A pocos meses de las elecciones
autonómicas catalanas que han manifestado la fractura social existente no solo
en el seno de la sociedad catalana sino entre Cataluña y el resto de las
Españas, Su excelencia, con toda tranquilidad apela reiterativamente a una
"unidad" que no solo contradice la tradición política y la historia
de las Españas que siempre ha consistido en fomentar la "unión"
heterogénea de sus entidades políticas, sino que además contradice el texto
constitucional al apelar a la homogeneidad jacobina que la palabra
"unidad" implica cuando el texto constitucional deja muy claro que
existen "nacionalidades" diversas.
Algunos, los menos, y desde hace
mucho tiempo habrían deseado escuchar algunas palabras sensatas de quien tiene el
papel de "árbitro y moderador de las instituciones españolas", pero
los más, somos conscientes de que tal cosa es imposible porque el texto
constitucional de 1978, desde que se le puso el punto y final antes de ser sometido
a referéndum, no deja de ser un texto confuso, ambiguo e ineficaz en todos los
aspectos y que concretamente priva a la Jefatura del Estado de toda
prerrogativa para cumplir el papel que se le otorga. De hecho, digámoslo ya, un
árbitro de futbol tiene un silbato y dos tarjetas ¿Cuales son las posibilidades
reales y legales de que Su Excelencia toque el silbato y saque una tarjeta, que
la legalidad no le da, a algún político?. Ninguna. La ausencia actual de
cualquier prerrogativa del Jefe del Estado fue una cosa querida y deseada por
la propia Jefatura del Estado ya que, hay que recordarlo, antes de la
aprobación en referéndum del texto constitucional, ésta tenía todos,
absolutamente todos, los poderes al ser sucesora de Francisco Franco y al haber designado directamente a cuarenta y un senador en las Cortes de 1977 que redactaron y aprobaron la Constitución sin que ninguno de ellos incidiera o cuestionara este
aspecto.
La situación política y social de
las Españas es la que es, la noche del 24 de Diciembre de 2015 el "Augusto
Cero" habló y el pésimo espectáculo español continúa el curso hacia su
desenlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario