“Hablad de Castellanos y Portugueses
Porque Españoles somos Todos”
Luis de Camoens (1524-1580)
El 18 de Junio pasado fallecía en su exilio voluntario, en la localidad canaria de Tías (Lanzarote, España) el eminente premio Nobel de Literatura; don José Saramago.
Muchos han sido los actos de homenaje con motivo de su sepelio en los que se ha incidido interesadamente en el posicionamiento político del gran escritor hispano-luso, o mejor dicho, ibérico; recalcando su progresismo militante de izquierdas, pero del mismo modo interesado se ha ocultado su iberismo, es decir, su apuesta decidida por la idea de la unión ibérica del estado portugués y del español en uno solo y que, según una encuesta publicada por el diario luso “El Sol” en 2006, es compartida por el veintiocho por ciento de nuestros vecinos portugueses.
Si bien es cierto que don José Saramago fue un intelectual influenciado por la corriente ideológica marxista en la que se sitúa gran parte de su obra y su pensamiento, llegando a militar, en 1969, en el entonces, clandestino Partido Comunista Portugués; no es menos cierto que la militancia comunista no debe confundirse con lo que hoy es y se denomina izquierdismo, pues como claramente definió Lenin en un acertado ensayo, “el izquierdismo no es más que una enfermedad infantil del comunismo” y nada tiene que ver la postura reivindicativa de un intelectual marxista y ateo militante como don José Saramago con la mera pose aparentemente transgresora de los pequeños burgueses que, jugando a hacer la revolución, integran los poderosos partidos socialistas y eurocomunistas europeos.
Por otra parte, y alejado de todo afecto y encomio, se ha pronunciado el Vaticano, que ante el fallecimiento del escritor no ha hecho nada más que recordar que era marxista, laico, ateo y unos cuantos anatemas más ignorando su propia doctrina sobre el perdón y sobre la defensa de la persona humana (aunque se puedan criticar o atacar las ideas que profese) pero, sobre todo, padeciendo la ceguera (valga esta palabra también para recordar una novela de Saramago: “Ensayo sobre la Ceguera”) de negar el reconocimiento que merecen todas aquellas “raras avis” entre la intelectualidad occidental que, frente al mundo materialista actual, mantienen la esperanza de que se pueda reconvertir en algo mejor para todos.
Pues bien, el pensamiento y la obra que don José Saramago nos ha dejado a lo largo de sus ochenta y siete años de vida han hecho que este intelectual se haya convertido en algo que ha transcendido las estables fronteras hispano-lusas. Don José Saramago ha sido un escritor ibérico y utilizando en sus obras tanto la lengua española, como la portuguesa se convirtió en un autor que tendrá, o tiene ya, un puesto en la historia de la literatura portuguesa al mismo tiempo que en la historia de la literatura española, lo que probablemente le configura como el único literato internacional, porque hay que recordar que la nacionalidad de un escritor no es la que figura en su pasaporte, sino la de la lengua, o lenguas, en la que se expresa en sus obras.
Por otra parte, a lo largo de su vida, don José Saramago, trabajó por divulgar la idea de la Unidad Ibérica, es decir, la unión libremente pactada y pacífica de todos los pueblos de la Península en un único estado para resistir las presiones de la cultura y de la economía europea que no es sino la cultura y la economía de Inglaterra, Francia y Alemania, los tres países dominantes en torno a los cuales giran los intereses de la llamada Unión Europea. Esta idea ibérica es la que inspira su novela “La Balsa de Piedra”, la cual, por cierto puede entenderse como una crítica al errático europeismo triunfante tanto en España como en Portugal que lleva al sometimiento de los ciudadanos de estos dos estados a unas políticas supranacionales ajenas a sus intereses cuando no directamente contrarias a los mismos.
Igualmente, los postulados sociales de Saramago quedan plasmados en su primera novela “Levantado do Chao” (1980) en la que, adscrita a un realismo social tardío, describe las duras condiciones laborales de los trabajadores del Alentejo y en la novela “Memorial de un Convento” (1982) que se desarrolla en el medievo describiendo la dura vida cotidiana de los campesinos afectada por el hambre, las guerras y la religión.
Don José Saramago es una figura digna de todo encomio, y a pesar de su ateismo y de su marxismo, que no compartimos, desde aquí queremos rendirle un sentido homenaje porque con los honrados idealistas como él, que tienen sinceramente el bien supremo por objeto, tendremos que entendernos para hacer frente común al modelo economicista, amoral e injusto que se quiere imponer a la humanidad desde los distintos focos de poder, siendo nauseabundo que las plañideras que hace dos días han inclinado llorosamente sus cabezas ante su féretro sean los mismos políticos portugueses que en 1991 le vetaron para el “Premio Literario Europeo” por considerar que su novela “El Evangelio Según Jesucristo” era ofensiva para los católicos obligándole a exiliarse en tierras canarias y los mismos políticos españoles que han hecho constantemente caso omiso a su iberismo y a sus ansias de justicia social.
3 comentarios:
La verdad que hay que lamentar la pérdida de un intelectual y escritor como Saramago, sin olvidar lo que puede ser algun día la futura Monarquía Ibérica a la que dediqué en su día un texto: http://elcarlismocontralaglobalizacion.blogspot.com/2009/11/unidad-confederal-iberica-la-corona.html
Un saludo Chouan!
La verdad que hay que lamentar la pérdida de un intelectual y escritor como Saramago, sin olvidar lo que puede ser algun día la futura Monarquía Ibérica a la que dediqué en su día un texto: http://elcarlismocontralaglobalizacion.blogspot.com/2009/11/unidad-confederal-iberica-la-corona.html
Un saludo Chouan!
Otro grande que se va a escribir a las estrellas.
Besos
Nela
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