Planteadas
como el primer test político que iban a pasar el Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), el Partido Popular (PP) e incluso el país entero, tras la
moción de censura del mes de mayo pasado, han tenido lugar las elecciones
autonómicas andaluzas el domingo 2 de diciembre de 2018 con los resultados de
todos ya conocidos.
Evidentemente, y así se ocupan los
medios de comunicación de difundirlo, junto con la pérdida de cuatrocientos mil
votos por parte del PSOE y trescientos mil por parte de PODEMOS, lo más
llamativo de los resultados es el ascenso del partido que lidera Santiago
Abascal, VOX, que ha pasado de tener unos cien mil votos en toda España en las
elecciones europeas de 2015 a llegar a casi cuatrocientos mil tan solo en
Andalucía con los que iguala los obtenidos en todas las circunscripciones por
la coalición de extrema derecha Unión Nacional en las elecciones generales de
1979 y que llevaron al Parlamento a su líder Blas Piñar.
La sorpresa dada por VOX no es
diferente a la que dio PODEMOS en las Elecciones Europeas de 2014 por lo
siguiente: en el primer caso se trata de un partido extraparlamentario que
desde su fundación con ocasión de las Elecciones Europeas de 2014 ha sido
extraparlamentario y no había hecho nada más que perder votos en todos los
comicios convocados hasta ahora mientras que PODEMOS era un grupo de profesores
universitarios erigidos en verdadera "intelligetsia" de la izquierda parlamentaria
que un día montaron una candidatura para presentarse a las Elecciones Europeas
de 2014. En ambos casos la atención mediática prestada a estas formaciones
antes de constituirse en fuerzas con representación parlamentaria (a PODEMOS
durante los años 2013 y 2014 y a VOX en el último año), no parece justificada
máxime cuando en nuestro país existen decenas de fuerzas políticas
extraparlamentarias que no reciben tal atención. Algunos intentarán explicar
dicha repercusión mediática en que determinadas encuestas arrojaban el hecho de
que estas fuerzas se convertirían en parlamentarias, pero lo cierto es que en
los últimos años estas mismas encuestas vienen hablando de la posible entrada
en el parlamento del partido animalista PACMA
y dicha fuerza política no ha tenido jamás la atención de los medios de
comunicación que estos dispensaron a PODEMOS en su momento y a VOX en los
últimos meses.
Por otro lado, PODEMOS y VOX, VOX y
PODEMOS, aunque no se quiera reconocer, no son más que la distinta cara de una
misma moneda. Sus respectivos líderes son personas que ostentaron cargos de
responsabilidad media y alta en las
estructuras de los partidos con representación institucional, en Izquierda
Unida en el caso de PODEMOS y en el Partido Popular en el caso de VOX, que al verse o sentirse marginados o que
se les cerraba la puerta a ascensos en el seno de la estructura de la que
formaban parte rompieron con la misma justificando dicha ruptura en que, más o
menos, tras muchos años de militancia y servicio habían descubierto (¡Oh,
cielos!, ¡Qué escándalo!) que unos "traicionaban a la clase obrera" y
otros "traicionaban a la patria", aunque curiosamente tal
descubrimiento siempre tuvo lugar después de que sus respectivas promociones
internas en las estructuras políticas de las que formaban parte se vieran frustradas.
Habrá
quien diga que tanto VOX como PODEMOS, responden a una radicalización de la
sociedad, pero en realidad dicha radicalización es artificial y viene promovida
desde arriba, desde el poder, por una serie de políticos irresponsables.
Mientras que en Europa la radicalización surge en la base social y va creciendo
hasta que adquiere la necesidad de organizarse en una fuerza política que actúe
políticamente en las instituciones; en España surge primero el embrión de la
organización, luego el discurso político y, finalmente, el poder político y los
medios de comunicación ya se encargarán de llenarles de votos y de afiliados. Así,
resulta muy curioso que VOX haya obtenido tantos votos apelando, entre otras
cosas, al rechazo a la inmigración cuando hace tan solo un año no había en la
sociedad española una preocupación grande por el hecho migratorio y cuando hace
unos pocos días hemos asistido a masivas movilizaciones en favor del buque
pesquero que había recogido a doce inmigrantes que naufragaron en el
Mediterráneo.
El daño que PODEMOS y VOX puedan
hacer a los partidos neodinásticos de "La Restauración" de 1975, PSOE
Y PP, ya ha sido descontado y asumido por éstos quienes estiman, posiblemente
con mucha razón, que los apoyos electorales que ahora y durante los próximos
años puedan perder a favor de estos partidos terminarán retornando en gran
medida a ellos. A este respecto es de
señalar dos cosas:
En primer lugar, PODEMOS que entró en la política española muy fuerte en 2014 diciendo
aquello, que muchos recordarán, de que "eran los de abajo que venían a por
los de arriba", que "eran lo nuevo contra lo viejo" y posicionándose "contra la casta";
después de su éxito electoral en las Elecciones Europeas de 2014 y en las
generales de 2015 y 2016, sus dirigentes se han integrado en la
"casta" con la que, no nos engañemos, se encuentran perfectamente identificados
y políticamente se han convertido, como poco, en la muleta del PSOE, partido
que fue calificado por el líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, como el "partido de la cal"; con lo que no
hace falta ser muy inteligente para ver, o al menos sospechar, que lo que han
vendido a su electorado es puro humo, lo que justificaría la pérdida de casi
trescientos mil votos en las elecciones autonómicas andaluzas en el desencanto
de sus votantes.
Por otro lado, VOX ha entrado igualmente con fuerza en el
panorama político español con doce diputados en el Parlamento Autonómico
Andaluz, afirmando que es un partido que está contra la "derechita
cobarde", que no debe ser otra que aquella que representa el Partido Popular,
ignorando el hecho de que muchos de sus dirigentes formaron parte de esa
"derechita cobarde" hasta que perdieron la oportunidad de escalar
puestos en la jerarquía estructural de la misma y que están a favor de la
supresión de las autonomías ocultando igualmente el hecho de que llevar a cabo
tal supresión es imposible porque jamás lograrán tener los apoyos
parlamentarios necesarios para reformar la Constitución en tal sentido.
En definitiva, como saben y son
conscientes los partidos neodinásticos, PP y PSOE, y tal vez alguna institución
secreta del propio estado; VOX y PODEMOS
están condenados a contrarrestarse recíprocamente, a defraudar y desilusionar a
sus respectivos votantes quienes terminarán volviendo a poner sus esperanzas en
los partidos mayoritarios (PSOE o PP) o yéndose en silencio a la intimidad de
sus hogares desmovilizados políticamente por varias décadas y, sobre todo, a
impedir cualquier debate serio sobre una reforma constitucional o proceso
constituyente porque cuando uno pretendiera atacar el Título II de la
Constitución referente a la Corona y otro el Título VIII referente a las
autonomías el debate sobre la reforma constitucional sería, simple y llanamente,
inviable y un proceso constituyente fuertemente desaconsejable.
PODEMOS y VOX, VOX Y PODEMOS, han
venido, consciente o inconscientemente, a salvar el régimen del 78 al suponer
el "peligroso radicalismo" imprescindible para que los ciudadanos de
a pié vean en los corruptos y partidos tradicionales la moderación y la
concordia.
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